Ya sean tuppers, así los llamamos desde los 80; táperes, como dice la RAE que hay que llamarlos o fiambreras, así los llamaba tu abuela, estos recipientes para guardar y/o transportar comida no pueden faltar en una casa. Para muchos, son la solución que les permite comer comida casera a diario cuando no tienen tiempo para cocinar o tienen que comer fuera de casa.

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Es gratificante llegar a casa cansados y tener un táper con comida deliciosa esperándonos para que solo tengamos que calentarlo. Pero algo malo tenía que tener el invento y es lo engorroso que suele ser fregarlos. Por alguna razón extraña y, especialmente, cuando se utilizan con determinado tipo de comidas, limpiar los táperes suele ser un suplicio.

Cómo limpiar un túper sin morir en el intento

Un menú para comer de táper en el trabajo

En primer lugar, tenemos los de vidrio, que son mucho más agradecidos en lo que a limpieza se refiere. No dejan de ser como un bol cerámico y estarán siempre como nuevos si los fregamos a mano justo después de haberlos usado.

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Si los usamos para llevar la comida a una jornada en el campo o en la playa y no tenemos posibilidad de fregarlo correctamente con jabón para platos, intentaremos al menos enjuagarlo para retirar los restos de comida y secarlo con papel absorbente, así evitaremos que los restos de comida generen olores desagradables o se resequen dificultando la limpieza posterior.

En el caso de fiambreras de plástico, siempre que no tengamos ocasión de limpiarlas a fondo en el momento, también debemos hacer lo posible por enjuagarlas o limpiarlas bien con servilletas de papel para retirar los restos de comida una vez que hayamos retirado esta del mismo.

Al llegar a casa, debemos lavarlos a mano con agua caliente -pero que no queme-, jabón para lavar platos y una esponja o estropajo que no raye la superficie, pues, aunque parezca que un estropajo que rasque va a ser mejor, los rayazos que pueda dejar el estropajo en la superficie harán que en los siguientes usos la comida penetre más en el plástico y cada vez resulte más difícil de limpiar.

Si nos hemos descuidado y el túper se ha quedado muchas horas sin limpiar, o en el primer momento no tuvimos opción a enjuagarlo, aparte de la limpieza con agua caliente y jabón puede ser necesario hacer algo para eliminar olores extraños.

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Si se diera ese caso, mezclaremos bicarbonato sódico con unas gotas de agua hasta formar una pasta que untaremos por todo el interior del táper, lo dejamos reposar durante una hora, rociamos con zumo de limón, enjuagamos para retirar la espuma que se forma y volvemos a lavar con agua y jabón.

Si el táper está muy sucio, hay que evitar caer en la tentación de meterlo en el lavaplatos, pues las altas temperaturas por tiempo prolongado a las que se somete el táper dentro de este electrodoméstico pueden deformarlo.

Cómo guardar los táperes en casa

Para evitar la aparición de olores a "guardado" o a "humedad", debemos secarlos muy bien antes de guardarlos. De ser posible lo ideal es dejarlos secar al aire.

Una vez que estén bien secos lo mejor es guardarlos destapados, aunque eso requiere ser muy ordenados para que luego cuando los vayamos a usar nos resulte fácil encontrar la pareja tapa-táper que necesitemos. Si se trata de tápers con tapa de bisagra que, por cuestiones de espacio debemos guardar cerrados podemos poner un poco de sal dentro para que no aparezcan olores extraños.