¿Una partida al Angry Birds sobre la piel?

¿Una partida al Angry Birds sobre la piel? Future Interfaces Group.

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Cuando tu brazo es tu tablet

Un proyecto propone utilizar la piel como superficie táctil para manejar más cómodamente pantallas como las de los relojes inteligentes.

10 mayo, 2016 17:28

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Las caricias en el antebrazo y la muñeca tendrán otro significado gracias a un sistema, aún experimental, capaz de convertir la piel en una especie de pantalla táctil que controla un interfaz.

SkinTrack: Using the Body as an Electrical Waveguide for Continuous Finger Tracking on the Skin

Investigadores de la Universidad Carnegie Mellon trabajan en un proyecto llamado SkinTrack, que consiste en un sistema relativamente simple: un anillo en el dedo índice de la mano emite una señal eléctrica que recoge un electrodo en un reloj colocado en el brazo contrario.

De esta forma, al rozar con el dedo la piel, los sensores detectan el movimiento y envían una señal al dispositivo correspondiente, como el propio reloj digital, cuya minúscula pantalla puede ser a veces complicada de manejar, informa MIT Technology Review.

Los investigadores pensaron que el uso de su piel -específicamente la de la muñeca y la mano- como una pantalla táctil podría facilitar tareas como navegar por un mapa, hacer llamadas o jugar con videojuegos.

Para probar SkinTrack, capaz de localizar en tiempo real la posición del dedo en el brazo, los investigadores hicieron varias demostraciones, entre ellas una con el conocido juego Angry Birds, instalado en su reloj inteligente.

Gierad Laput, estudiante en la Universidad Carnegie Mellon y uno de los investigadores responsables del proyecto, dice que SkinTrack funciona de manera similar a las torres de telefonía móvil, capaces de triangular señales para averiguar la ubicación de un teléfono, pero en miniatura.

Por asombrosa que parezca esta tecnología, de momento no hay planes concretos para comercalizarla, asegura The Verge.

Este proyecto, que se presentará en una conferencia en EEUU en pocos días, se enmarca en las actividades del Future Interfaces Group (FIG), un laboratorio de investigación del Instituto de Interacción Humano-Computadora en la Universidad Carnegie Mellon. La finalidad de este laboratorio es investigar nuevas formas de interacción entre personas y máquinas "más fluidas, intuitivas y potentes".