Un riñón de cerdo modificado genéticamente y listo para el trasplante.

Un riñón de cerdo modificado genéticamente y listo para el trasplante. Kate Flock/Massachusetts General Hospital

Salud

Un riñón de cerdo trasplantado a un paciente humano funcionó dos meses con normalidad por una mínima edición genética

El paciente se encontraba en muerte cerebral y no dio señales de rechazo al xenotrasplante durante el tiempo que duró el ensayo.

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P. Fava
Publicada

Un riñón de cerdo modificado genéticamente que fue trasplantado a un receptor humano en estado de muerte cerebral funcionó con normalidad durante los dos meses que duró el ensayo. La clave fue un protocolo desarrollado por inmunólogos de la Universidad de Columbia que ayudó a evitar el rechazo a largo plazo del xenotrasplante.

Para el ensayo, cirujanos del centro médico Langone Health de la Universidad de Nueva York trasplantaron tanto el riñón como el timo del mismo animal a un hombre de 57 años afectado por un glioblastoma que había sido declarado como fallecido cerebral en el hospital. El análisis se publica ahora en la revista Nature.

“Nuestro ensayo nos ha permitido obtener un volumen sin precedentes de muestras de tejido, sangre y fluidos del receptor, lo que nos ha permitido monitorizar los cambios inmunológicos a lo largo del tiempo e identificar mejoras para realizar xenotrasplantes”, afirma Megan Sykes, directora del Centro de Inmunología Traslacional de Columbia y una de las autoras del estudio.

En las últimas tres décadas, el equipo de Sykes se ha centrado en entrenar el sistema inmunitario de un receptor de trasplante para permitirle tolerar los órganos donados, incluidos los xenotrasplantes.

Descubrieron que trasplantar tejido del timo del donante —el órgano que enseña a las células inmunitarias a distinguir entre tejidos propios y extraños— junto con el órgano de reemplazo reduce el ataque inmunitario contra el órgano trasplantado.

"Nuestros análisis apunta a que el timo porcino trasplantado pudo ayudar a controlar el sistema inmunitario del receptor y evitar que atacara el riñón", explicó Sykes. El timo también pudo evitar una pérdida peligrosa de proteínas del organismo, un problema que ha dificultado los xenotrasplantes en pacientes vivos.

"Una de las funciones del riñón es mantener las proteínas dentro del cuerpo y evitar su eliminación por la orina”, señala Sykes. “Con el trasplante de timo y riñón no observamos señales de esta complicación".

El riñón de cerdo trasplantado en este estudio había sido editado genéticamente para eliminar la molécula de azúcar alfa-gal presente en los órganos porcinos, que causa un rechazo inmediato cuando se trasplantan en humanos. El órgano mínimamente editado funcionó sorprendentemente bien durante dos meses.

"A los dos meses, el riñón seguía funcionando correctamente y sin problemas importantes", comenta Sykes. "Esto sugiere que quizás no sea necesaria una extensa edición genética del órgano donante , sino el control de los linfocitos T preexistentes del paciente cuando no tienen altos niveles de anticuerpos antes del trasplante.”

Los órganos porcinos mínimamente editados también son más fáciles de producir, lo que promete una mayor disponibilidad. "Otros estudios en fallecidos pueden ayudarnos a mejorar los xenotrasplantes", sostiene Sykes.

"Pero es un gran sacrificio para la familia, y en última instancia son ellos quienes deben decidir cuándo termina el estudio. La familia en este caso fue muy generosa. Lo que hemos aprendido es inestimable".