Una paciente se somete a una diálisis.
El nuevo cribado que podría detectar el doble de casos de enfermedad renal crónica
Un nuevo estudio apunta que la ERC podría diagnosticarse antes con una prueba sencilla y barata, el cribado de albuminuria.
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La enfermedad renal crónica (ERC) no sólo aumenta el riesgo de necesitar diálisis o incluso un trasplante de riñón. Además, causa un envejecimiento biológico acelerado y multiplica el riesgo de sufrir un infarto, un ictus y una muerte prematura. El problema es que es una enfermedad que suele dar la cara cuando ya está avanzada.
En el mundo se calcula que más de 850 millones de personas la padecen. “La ERC es la causa de muerte que más rápido crece en España y se convertirá en la tercera causa de muerte en 2050 y en la segunda antes de fin de siglo si no cambiamos la forma de actuar”.
Así lo explica Alberto Ortiz, jefe del Servicio de Nefrología e Hipertensión del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz (HUFJD). Por suerte, un nuevo estudio apunta a que la ERC podría diagnosticarse antes con una prueba sencilla y barata que puede realizarse en Atención Primaria: el cribado de albuminuria. La albuminuria suprime una función clave de los riñones: producir la hormona anti-envejecimiento Klotho. Así, diagnosticarla y tratarla puede retrasar el envejecimiento.
El estudio, Impacto del cribado de albuminuria en atención primaria en la detección y el tratamiento de la enfermedad renal crónica: hallazgos del estudio ONDAAS ha sido publicado recientemente en la prestigiosa revista científica Clinical Kidney Journal.
Este trabajo pone de manifiesto que incluir de forma sistemática un análisis de la relación albúmina/creatinina urinaria (uACR) permite la detección precoz de la ERC. Incluso en fases en las que todavía se podría frenar su avance.
El método convencional para detectar la ERC "es estimar una de las funciones renales (filtrado glomerular) mediante ecuaciones a partir del valor de creatinina en suero", explica Ortiz. "Hay que esperar a que la enfermedad renal haya destruido la masa equivalente a uno de los dos riñones para hacer el diagnóstico", añade.
Para cuando se determina la causa y empieza el tratamiento, "ya no se puede ni recuperar la función renal, ni detener la pérdida de función renal. Sólo se puede enlentecer". Ortiz lamenta que el número de personas en diálisis o con trasplante en España está en aumento.
La nueva investigación, liderada por Sebastián Mas-Fontao, investigador del Instituto de Investigación Sanitaria de la Fundación Jiménez-Díaz, y Emilio González-Parra, especialista del Servicio de Nefrología e Hipertensión de la Fundación Jiménez-Díaz, junto con los doctores María Izquierdo y Didier Sánchez Ospina, del Servicio de Nefrología del Hospital Universitario de Burgos, y en colaboración con la Consejería de Sanidad de la Junta de Castilla y León, evaluó a un total de 9.890 personas.
¿Qué encontraron los investigadores? Uno de cada cinco participantes, mayores de edad y que acudieron a consulta de Atención Primaria en la provincia de Burgos, tenía criterios de ERC y un 14,04% tenía niveles de albuminuria por encima de lo normal.
Otro 13,81% mostraba una tasa de filtración glomerular reducida. Es decir, el cribado de albuminuria permitió identificar a 903 personas con valores normales de filtrado glomerular, pero con albuminuria elevada. Es decir, un grupo en riesgo de ERC que habría sido ignorado.
"El cribado de albuminuria, o sea estudiar si se pierde en la orina una proteína de la sangre que no debería estar ahí, permite diagnosticar la ERC cuando el filtrado glomerular es todavía normal", explica Ortiz.
Además, la albuminuria permitió clasificar a un nivel más alto de riesgo a 434 pacientes diagnosticados de ERC. Ese 22% de participantes con criterios de ERC fueron candidatos a recibir terapias destinadas a ralentizar la progresión de la enfermedad.
"Todo aquel que no conozca sus números de la salud cardio-renal-metabólica puede tener una ERC y puede no estar ni diagnosticado ni tratado. Se conocen como ABCDE, donde la A es el número de la albuminuria", explica Ortiz. Es más, el experto calcula que hasta el 95% de quienes tienen albuminuria elevada, pero función renal normal, no están diagnosticados hoy en día.
"Y entre las personas que ya tienen disminuida la función renal, el 80% no está diagnosticado. En 2025, el año en la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado que la ERC es la sexta gran enfermedad crónica no transmisible, estas cifras son inadmisibles", alerta Ortiz.
La incidencia de ERC ha aumentado en los últimos años un 29% y estos datos exigen mejores métodos de detección en Atención Primaria, como este cribado de albuminuria. “Implantar el cribado de albuminuria sería realmente barato”, explica Ortiz.
Medir la albuminuria, apunta, cuesta entre 30 y 50 céntimos de euro y lo hace una máquina disponible en todos los hospitales, que puede procesar 5.000 muestras en un día. "Si se hace anualmente a partir de los 50 años, es una inversión anual en salud de 0,13 céntimos al día por persona", explica.
"Si la prueba sale positiva, se repite a los tres meses y si sigue positiva, el diagnóstico de ERC está confirmado por un coste total de hasta un euro, y se puede empezar a tratar. El coste es mínimo y no es invasivo", continúa.
Ortiz, además, señala que un año de diálisis para un paciente, en el que se ha dejado que la ERC avance, tiene un coste aproximado de 60.000 euros. Detectar antes la ERC, a través de métodos como este cribado de albuminuria, puede retrasar la necesidad de diálisis.
Concretamente, los expertos señalan que comenzar el tratamiento cuando aún no hay daño renal irreversible puede retrasar la necesidad de diálisis hasta 27 años. "Esto enlentece el envejecimiento, disminuye la incidencia de enfermedades cardiovasculares y prolonga la vida con salud", explica Ortiz.
"Disminuiría la necesidad de diálisis, y el sufrimiento de las personas que la necesitan, así como el gasto para la sociedad de esta forma de sustituir un órgano vital, que es cara y medioambientalmente insostenible a largo plazo", añade el experto.
En este sentido, Castilla y León será la primera región en la que se realizará este análisis de forma generalizada. Y si España se anima a implantarla en todo el territorio, "seríamos pioneros", dice Ortiz. “En España, no tenemos más remedio”.
"La edad avanzada es el principal factor de riesgo para la ERC y España tendrá la mayor esperanza de vida del mundo para 2040", advierte.