Rodilla de mujer con dolor.

Rodilla de mujer con dolor. iStock

Salud

Adiós al dolor de rodilla: este es el sencillo truco que reduce las molestias sin fármacos ni cirugía

El dolor de rodilla secundario al 'desgaste' o gonartrosis es comúnmente tratado con fármacos, aunque ahora existen mejores alternativas.

Más información: El Dr. López, médico de Alcaraz, alerta a España: "Los chasquidos de rodilla pueden relacionarse con roturas de menisco"

Publicada

En España, se estima que el dolor secundario a artrosis de rodilla o gonartrosis es superior al 10% en la edad adulta, según datos del estudio EPISER. Sería más común en mujeres que en hombres, y su frecuencia aumenta a partir de los 45 años, siendo su prevalencia más significativa entre los 70-79 años.

Tanto en España como en el resto de países occidentales, es una de las principales causas de discapacidad, y su tratamiento suele basarse en la toma de analgésicos, fisioterapia e incluso cirugía. Pero podría haber una alternativa mejor.

Así lo sugeriría un nuevo trabajo llevado a cabo por los investigadores del NYU Langone Health, la Universidad de Utah y la Universidad de Stanford, el cual se ha publicado recientemente en The Lancet Rheumatology: ajustar sutilmente el ángulo del pie al caminar puede reducir el dolor.

Para el estudio, los investigadores analizaron si cambiar la forma en la que los pacientes posicionan sus pies al caminar podría reducir la carga adicional sobre sus rodillas, es decir, la tensión sobre la articulación durante el movimiento.

En este caso, probaron esta hipótesis en 68 hombres y mujeres diagnosticados de osteoartritis de rodilla leve o moderada, y posteriormente usaron exploraciones de resonancia magnética avanzadas para controlar si la intervención había tenido éxito.

Durante la nueva investigación, se grabó a los participantes caminando en una cinta en un laboratorio especializado en la evaluación de la marcha. Un programa informático simuló sus patrones de marcha y calculó la carga máxima ejercida sobre la cara interna de las rodillas.

A continuación, se generaron modelos informáticos de cuatro nuevas posiciones del pie (con ángulos de cinco o diez grados hacia dentro o hacia fuera) y se estimó que opción reduciría más la carga.

Los pacientes se dividieron aleatoriamente en dos grupos: un grupo recibió seis sesiones de entrenamiento para caminar con su ángulo ideal, mientras que el otro grupo recibió instrucciones para caminar con naturalidad. Se les realizaron puntuaciones de dolor y resonancias magnéticas al inicio del estudio y un año después de la intervención.

Según sus resultados, los pacientes que fueron entrenados para inclinar los pies ligeramente hacia dentro o hacia fuera respecto a su alineación natural experimentaron una degeneración del cartílago más lenta en la parte interna de la rodilla, en comparación a quienes fueron animados a caminar con mayor frecuencia sin cambiar la posición de sus pies.

Reducción del dolor

Los hallazgos revelaron que quienes ajustaron el ángulo del pie redujeron su dolor en 2,5 puntos en una escala del 0 al 10, siendo este un efecto equivalente a la toma de analgésicos de venta libre. En cambio, aquellos participantes que no mejoraron su marcha redujeron su dolor en poco más de un punto.

Como explica Valentina Mazzoli, profesora asistente del Departamento de Radiología de la Facultad de Medicina Grossman de la NYU: "Aunque nuestros resultados deberán confirmarse en estudios futuros, plantean la posibilidad de que el nuevo tratamiento no invasivo pueda ayudar a retrasar la cirugía".

"En conjunto, nuestros hallazgos sugieren que ayudar a los pacientes a encontrar el mejor ángulo del pie para reducir la tensión en las rodillas puede ofrecer una manera fácil y bastante económica de abordar la osteoartritis en etapa temprana".

Como también explica Mazzoli, aunque las cirugías de rodilla suelen ofrecer buenos resultados inicialmente, llevar a cabo una sustitución con prótesis, a largo plazo, incrementa la probabilidad de requerir procedimientos adicionales.

Los estudios previos no habrían aportado demasiada evidencia sobre los cambios en la marcha para reducir el dolor de rodilla causado por osteoartritis, según comenta Mazzoli. Algunos ensayos previos entrenaron a los participantes para adoptar el mismo ángulo del pie y no encontraron alivio, mientras que otros no compararon la intervención con un grupo control o solo hicieron un seguimiento de los pacientes durante un mes.

Este estudio sería el primero en demostrar que adaptar el ángulo del pie de cada paciente a su patrón de marcha único puede aliviar los síntomas de la enfermedad a largo plazo y retrasar el deterioro del cartílago. Como también comenta la especialista en radiología, el uso de analgésicos no trata la enfermedad subyacente, y pueden incluso llegar a ser contraproducentes al contribuir a producir daños hepáticos y renales, úlceras estomacales y otros efectos adversos no deseados.

Como concluye Mazzoli: "Estos resultados resaltan la importancia de personalizar el tratamiento en lugar de adoptar un enfoque único para la osteoartritis. Si bien esta estrategia puede parecer compleja, los recientes avances en la detección del movimiento de diferentes partes del cuerpo mediante inteligencia artificial podrían facilitarla y agilizarla como nunca antes".