La italiana Emma Morano, que a sus 117 años llegó a ser la más anciana del mundo.

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Salud

De la inestabilidad política a la desigualdad social: un estudio mundial identifica los factores que aceleran el envejecimiento

Europa lidera como polo mundial del envejecimiento saludable, pero España y los países del sur quedan rezagados en comparación con los europeos del norte.

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Paolo Fava
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Los factores que determinan la calidad del envejecimiento en cada país van más allá de los aspectos asistenciales y sanitarios, y abarcan desde el medioambiente a la calidad democrática, pasando por la equidad social y de género. Esta es la conclusión de un gran estudio mundial que abarca 40 países y datos de más de 160.000 participantes, y que sitúa a Europa como región líder en envejecimiento saludable, pero con un importante contraste entre norte y sur.

Este estudio colaborativo liderado por investigadores del Instituto Global de Salud Cerebral (GBHI) del Trinity College de Dublín, y publicado en la revista Nature Medicine, subraya la influencia del 'exposoma', el conjunto de factores externos al que se encuentra expuesto el individuo en su vida diaria, en el aceleramiento o ralentización del envejecimiento biológico.

"Los autores parten de un concepto poco estudiado, el de la brecha de edad bioconductual (biobehavioral age gaps, BBAGs), que definen como la diferencia entre la edad cronológica y la edad biológica estimada", explica Carmen Rodríguez-Blázquez, investigadora del Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), en declaraciones a Science Media Centre.

Así, a partir de variables como el funcionamiento cognitivo, la capacidad funcional y el bienestar declarado de los participantes en el estudio, así como factores sociodemográficos, los investigadores han calculado la edad biológica real de su cerebro, comparándola con su edad cronológica. La diferencia entre ambas edades, establecida en base a cálculos de epidemiología, es lo que se mide en BBAGs.

"Los autores han encontrado que los factores físicos como la calidad del aire, sociales como la igualdad de género, y políticos como la existencia de elecciones democráticas y libres, influyen en el proceso de envejecimiento saludable y explican las diferencias entre países", prosigue Rodríguez-Blázquez. Así, los países en los que identificó un mayor envejecimiento acelerado fueron aquellos de mayor desigualdad económica e inestabilidad política, como Sudáfrica y Egipto.

Por regiones mundiales, los habitantes de países africanos tendían a acumular un mayor número de BBAGs, equivalente a un envejecimiento cerebral acelerado y a un riesgo hasta ocho veces mayor de perder funcionalidad física con la edad. Los países de América Latina eran los siguientes en la gradación de envejecimiento acelerado, seguidos de los de Asia.

Europa, finalmente, aparece como el continente en el que sus habitantes acumulan menos BBGAs, lo que se vincula al envejecimiento saludable. Un alemán tendrá un riesgo hasta cuatro veces menor de sufrir demencia que un ciudadano de un país africano de su misma edad. Sin embargo, los investigadores determinaron que Europa del Sur -el conjunto de países que engloba a España- presenta un envejecimiento más acelerado que sus vecinos del norte.

Asimismo, los habitantes de países del Este envejecen más rápido que los de Europa Occidental. "La exposición a la polución ambiental, a la inestabilidad política y a la desigualdad no solo afecta a la sociedad, sino también a la salud", advierte Agustín Ibáñez, del GBHI y el Instituto de Salud Cerebral de América Latina. "Debemos dejar de pensar en la salud cerebral como de una responsabilidad puramente individual y considerar el contexto ecológico y neuro-sindémico".

Según Ibáñez, los principales predictores del envejecimiento saludable incluyen niveles altos de calidad en el aire respirable; mecanismos que garanticen la equidad socioeconómica y de género; y medidas de garantía democrática como la representación política, libertad de elección de partidos, sufragio universal y convocatorias de elecciones libres.

Por el contrario, pertenecer a países de bajos ingresos y elevada desigualdad se ha revelado como el principal predictor del envejecimiento cerebral acelerado. En este contexto, los factores previamente mencionados se combinan con una prevalencia mayor de enfermedades cardiometabólicas y de problemas de oído, lo que "exacerba el riesgo de demencia".