El doctor Manuel Viso.

El doctor Manuel Viso. E.E.

Salud

Manuel Viso, médico: "Ojo, si notas estos síntomas en España, tu cuerpo te está lanzando señales de alerta"

Existen síntomas digestivos que son fácilmente confundibles con una 'mala digestión', pero puede ser algo más.

Más información: Los 10 hábitos que los médicos recomiendan para mejorar la digestión y no tener dolor de estómago.

Publicada
Actualizada

Existen multitud de ocasiones en las que notamos determinados síntomas o sufrimos algunos signos de alerta en el organismo que son difíciles de interpretar. O, peor aún, pasados por alto como si se tratara de algo pasajero o temporal. Si bien es cierto que en muchas ocasiones es así, hay determinados signos y síntomas, especialmente a nivel digestivo, que deberíamos saber reconocer.

Por dicho motivo, en su último reel de Instagram, el doctor Manuel Viso ha querido repasar algunos problemas digestivos que, cuando se asocian determinados signos y síntomas, pueden ser signos de alerta que no debemos dejar pasar y ante los que debemos actuar.

Manuel Viso inicia su vídeo comentando que "ese dolor en la parte derecha del abdomen, justo debajo de las costillas, que puede empezar como una molestia leve, pero de repente, 'pum', el dolor se hace muy intenso. La sensación muchas veces es como si te estuvieran apretando desde dentro. Ese dolor puede subir al hombro derecho o ir hacia la espalda. Y después de comer algo muy graso, 'palas', explosión de malestar, hinchazón, pesadez, náuseas o incluso vómitos"

Estos síntomas, como explica Viso, pueden llegar a confundirse con una "mala digestión". El problema es que este dolor, y el resto de síntomas descritos, suelen repetirse con cada comida, "sientes como si la comida se quedara ahí, estancada", como comenta el divulgador. Pero las cosas no acaban ahí, sino que en muchas ocasiones se observan signos como fiebre o escalofríos, coloración amarillenta en ojos y/o piel, orinas oscurecidas y heces claras. Ahí ya tenemos el cuadro clínico completo.

Como explica Viso, el culpable de todos estos síntomas es la vesícula biliar, la cual se encuentra asociada al hígado y colabora activamente en el proceso de digestión al liberar ácidos biliares hacia el tracto gastrointestinal. Y, como también explica, no es un órgano al que se le suela prestar demasiada atención hasta que empieza a fallar o produce dolores de este tipo, los cuales no pueden ser ignorados.

Llegados a este punto, cabe diferenciar qué tipo de patologías puede producir la vesícula biliar y cuál es la causa de las mismas. Por un lado, un dolor intenso, sin asociar alteraciones en la piel, orina y heces, y sin fiebre, puede estar indicando la presencia de un cólico biliar simple, donde se ha producido una litiasis o 'piedra' en la salida del conducto biliar o incluso en la salida del colédoco, un conducto de mayor envergadura que unifica la salida tanto desde el hígado como desde la vesícula. En este caso podemos hablar de colelitiasis ('piedra' en la vesícula) o coledocolitiasis ('piedra' en el colédoco).

Si una colelitiasis o coledocolelitiasis se complican, produciendo una gran obstrucción, es cuando se producen las alteraciones en la piel, orina y heces que comenta Viso, dado que la obstrucción es total y, más allá del dolor, también se produce una acumulación de bilis y bilirrubina, la causante de la coloración de la piel y la orina, y la cual no puede llegar al tubo digestivo de forma adecuada, dejando las heces con una menor coloración.

Si, junto a todo este cuadro clínico, se produce una infección asociada a la obstrucción, dando lugar a la fiebre, es cuando ya hablamos de colecistitis (infección de la vesícula biliar) o colangitis (infección a nivel del colédoco). Aunque dichas infecciones pueden producirse sin necesidad de una litiasis o 'piedra' que esté obstruyendo los conductos, es habitual que se den ambos procesos de forma simultánea, dando lugar a una emergencia y a la necesidad de atención médica con prontitud.