El cirujano Mark Soliman.

El cirujano Mark Soliman.

Salud

Las cinco señales que se vinculan con el cáncer de colon en España según el doctor Soliman: la nueva alerta médica

Una alimentación deficiente, el sedentarismo y la contaminación ambiental están actuando como detonantes silenciosos para las nuevas generaciones.

Más información: El cáncer se adelanta: los jóvenes sufren hoy hasta el triple de casos que sus abuelos a su misma edad

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Durante años, el cáncer colorrectal fue catalogado como un padecimiento de adultos mayores, una enfermedad que solía aparecer en personas de más de 50 años como resultado de factores genéticos y del desgaste natural del organismo. Sin embargo, en las últimas dos décadas, un fenómeno inquietante ha captado la atención de los especialistas en oncología y cirugía digestiva: cada vez más jóvenes están siendo diagnosticados con esta enfermedad, y en muchos casos, en estadios avanzados.

El cirujano Mark Soliman, especialista en cirugía colorrectal, ha lanzado una advertencia contundente: los pacientes con este tipo de cáncer son cada vez más jóvenes, con casos de personas sobre los veinte años que presentan tumores agresivos.

Este patrón no se limita a Estados Unidos. En España, el cáncer colorrectal es ya el más diagnosticado, con más de 40.000 nuevos casos anuales, según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). Lo preocupante es que la incidencia en menores de 45 años ha experimentado un crecimiento significativo en los últimos años, lo que sugiere que factores ambientales y de estilo de vida podrían estar contribuyendo a esta tendencia. Aunque la genética siempre ha sido un factor de peso en este tipo de cáncer, estudios recientes apuntan a que la alimentación deficiente, el sedentarismo y la contaminación ambiental están actuando como detonantes silenciosos en nuevas generaciones.

Un estilo de vida moderno que está costando vidas

El ser humano moderno ha construido una vida más cómoda, pero al mismo tiempo, más peligrosa. La alimentación a base de ultraprocesados, llena de conservantes, colorantes artificiales y carnes procesadas ricas en nitratos, se ha convertido en la base de la dieta de muchas personas. Según estudios publicados en la revista científica Gut, existe una relación directa entre el consumo elevado de carnes procesadas y un aumento significativo del riesgo de desarrollar cáncer colorrectal. En España, el consumo de embutidos y productos cárnicos curados sigue siendo parte fundamental de la gastronomía, pero su abuso podría estar pasando factura.

El problema no solo reside en lo que se come, sino en lo que no se come. La falta de fibra en la dieta, presente en frutas, verduras y cereales integrales, ha demostrado ser un factor crítico en la prevención de enfermedades digestivas y del cáncer colorrectal. La fibra no solo facilita el tránsito intestinal, sino que también reduce la acumulación de sustancias cancerígenas en el colon. A esto se suma el estilo de vida sedentario: el 60% de la población mundial no realiza suficiente ejercicio, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), lo que contribuye a problemas metabólicos como la obesidad y la inflamación crónica, dos factores directamente vinculados con el desarrollo de tumores malignos en el intestino.

El miedo al diagnóstico: una barrera peligrosa

Más allá de los factores físicos, existe un enemigo silencioso que impide que muchas personas accedan a una detección temprana: la vergüenza y el tabú en torno a los hábitos intestinales. "Como cirujano, es desgarrador presenciarlo porque es 100% prevenible. Pero a la gente le da vergüenza hablar con su médico sobre sus deposiciones o el color de sus heces", explica el doctor.

Soliman destaca que muchos jóvenes evitan hablar con sus médicos sobre síntomas digestivos, ya sea por pudor o por subestimar la importancia de estos signos. Cambios en el ritmo intestinal, estreñimiento persistente, sangrado rectal, pérdida de peso sin motivo aparente o sensación constante de evacuación incompleta pueden ser señales de alarma que muchas veces se ignoran hasta que la enfermedad ha avanzado demasiado.

En España, el Programa de Cribado de Cáncer Colorrectal, impulsado por el Sistema Nacional de Salud (SNS), recomienda pruebas de detección temprana a partir de los 50 años mediante test de sangre oculta en heces cada dos años. Sin embargo, ante el aumento de casos en menores de 45, algunos expertos sugieren adelantar esta edad de cribado, como ya ha sucedido en Estados Unidos, donde la American Cancer Society recomienda iniciar pruebas de detección a partir de los 45 años o antes si hay antecedentes familiares.

Un enemigo que ataca en silencio

El cáncer colorrectal tiene una de las particularidades más peligrosas de todas: cuando los síntomas aparecen, la enfermedad suele estar en un estadio avanzado. Según un estudio publicado en The Journal of the National Cancer Institute, los jóvenes diagnosticados con esta enfermedad tienden a presentar tumores más agresivos y en fases más avanzadas que los pacientes mayores, lo que complica significativamente su tratamiento y reduce las tasas de supervivencia.

Soliman explica que los síntomas de este cáncer suelen ser vagos y fácilmente atribuibles a otros problemas digestivos. Entre los signos de alarma se encuentran estreñimiento crónico, cambio en el diámetro de las heces, sensación de evacuación incompleta, sangrado rectal y pérdida inexplicada de peso. Sin embargo, muchos de estos síntomas pueden aparecer en etapas avanzadas, lo que resalta aún más la importancia de realizar pruebas de detección preventiva.

Las claves para evitar el cáncer colorrectal

Aunque la tendencia de esta enfermedad en jóvenes es preocupante, la buena noticia es que el cáncer colorrectal es altamente prevenible con hábitos de vida saludables y pruebas de detección temprana. Según los expertos, existen cinco pilares fundamentales para reducir el riesgo de desarrollar este cáncer. Seguir una dieta rica en fibra: frutas, verduras y cereales integrales ayudan a mejorar el tránsito intestinal y reducen la acumulación de toxinas en el colon. También reducir el consumo de carnes procesadas y embutidos. Los nitratos presentes en estos productos han sido vinculados a un mayor riesgo de cáncer colorrectal.

Hacer ejercicio regularmente, ya que la actividad física mejora la salud intestinal y reduce los niveles de inflamación en el cuerpo. Evitar el tabaco y el alcohol, ya que ambos han sido identificados como factores de riesgo en múltiples tipos de cáncer. Además, realizar pruebas de detección periódicas: un simple test de sangre oculta en heces o una colonoscopia pueden detectar la enfermedad en sus primeras etapas, cuando es más fácil de tratar.