
Sara Ciscares en un viaje a Madrid. Imagen Cedida.
Sara, la 'influencer' de 21 años que narra la recuperación de su anorexia en TikTok: "Quiero aportar algo de esperanza"
Sara Ciscares se ha convertido en influencer por compartir en TikTok su proceso de recuperación de anorexia.
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Las redes sociales siempre se han concebido como algo negativo y peligroso, sobre todo para las personas con un Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA). Las fotografías de cuerpos imposibles o las cuentas que solo hablan de dietas y alimentos saludables pueden ser un detonador para caer, o recaer, en este problema. Sin embargo, no tiene por qué ser únicamente así, también pueden ser de ayuda. Eso es lo que pensó Sara Ciscares (Utrera, Sevilla), de 21 años, hace seis meses cuando decidió abrirse una cuenta en TikTok para contar su proceso de recuperación de la anorexia.
"Sabía que podía ser algo muy bueno o muy malo", reconoce Ciscares a EL ESPAÑOL. Ahora tiene 175.000 seguidores en TikTok, ante los que se muestra, casi cada día, probando una comida que se había prohibido desde hace años debido al trastorno. Se la puede ver tomando desde un plato de huevos fritos con patatas hasta croquetas, pasando por un vaso de leche con cacao o un helado.
Laura Reina, directora de Ita Salitre, centro de Málaga especializado en TCA, expone que las redes sociales pueden ser un aliado en el proceso de recuperación. "Son un escaparate con un impacto muy amplio en las personas". Además, la especialista opina que alguien como Ciscares puede influir muy positivamente en otros pacientes.
A Ciscares se le ocurrió la idea en una sesión de terapia con su psicóloga en julio de 2024. Con las vacaciones de verano iba a pasar mucho tiempo sola y enfrentarse a las comidas podía ser más complicado. "Necesitaba encontrar algo que me diera una motivación extra", cuenta. Como estudiante de interpretación, se siente muy cómoda delante de una cámara. Por eso, creyó que subir los vídeos de sus comidas podía ser una buena opción para ella.
La posibilidad de consumir publicaciones de alguien que habla abiertamente de estos trastornos puede ser muy beneficioso para los pacientes y para el resto de la sociedad, expone Marian Fernández, psicóloga de la Asociación en Defensa de la Atención a la Anorexia Nerviosa y Bulimia (Adaner). "Se necesita contenido de gente que lo ha superado".
La historia de la joven comienza hace cinco años, cuando tenía 16. Los problemas de autoestima, una situación complicada en casa y recibir comentarios sobre su físico en el instituto fueron el cóctel que le llevó a refugiarse en el control de la comida. "No sabía donde me estaba metiendo".
Reconoce, además, que durante mucho tiempo no fue consciente de lo que le pasaba. "Mi cuerpo y mi cabeza estaban reaccionando de una manera y estaba tirando para adelante". La joven cuenta que ahora está "muy bien", pero el proceso de recuperación no es, para nada, lineal. "No es algo fácil ni bonito. Ha habido muchos momentos en los que quería tirar la toalla", confiesa.
La especialista de Adaner señala que la sevillana no iba desencaminada cuando se le ocurrió la idea de abrir la cuenta en TikTok. Crear ese contenido le puede servir para tener una mayor motivación para afrontar el proceso de recuperación. No obstante, para que sea sano debe ser algo que haga por ella misma y no por lo que puedan esperar los demás. "Cuando sientes que eres útil, puede enganchar".
Un arma de doble filo
Para que las personas como Ciscares cuiden su salud mental es imperante que se escuchen a sí mismos, identifiquen sus necesidades y, sobre todo, que se apoyen en un psicólogo, dice Fernández.
Esto es algo que la joven tiene muy presente y trata en terapia todo lo que tiene que ver con el contenido que crea en redes sociales. También es flexible consigo misma y no se obliga a grabar si no está preparada o no se encuentra con fuerza suficiente, cuenta.
Ciscares intenta diferenciar el motivo que le hace no querer hacer el vídeo. Hay días en las que no quiere grabar simplemente porque está cansada o no es "amiga de la cámara", pero otras veces se trata de una batalla contra su propia mente. En esas ocasiones, hace lo posible por no dejarse llevar. "El bichillo [como ella llama al TCA] nunca va a sentirse preparado para hacerlo".
Para la sevillana es muy importante que su perfil sirva de ayuda a los demás y sea un entorno sano. De momento, el objetivo se ha cumplido. Tiene sus publicaciones repletas de comentarios positivos y es muy difícil encontrar respuestas negativas, lo que actualmente se conoce como hate. "Tengo un 90% de comentarios positivos y solo un 10% negativos".
Reina, de Ita, remarca que es muy importante que los quienes lidian con TCA encuentren comunidades seguras porque los contenidos que consumen pueden tener mucha influencia en ellos. "Generalmente, buscan personas en situaciones similares a la suya". Si encuentran perfiles como el de Ciscares, u otros pacientes que cuentan su recuperación, puede ser una muy buena herramienta.
No obstante, Fernández advierte del riesgo que puede tener compararse. Quienes ven este contenido y están pasando por un TCA deben ser conscientes de que cada persona es un caso completamente distinto y lleva ritmos diferentes. Si no, pueden surgir frustraciones por comparar su situación con la del protagonista del contenido, agrega la psicóloga de Adaner.
Un huevo Kinder y un polvorón
Aunque tiene muchos momentos donde elegir en los últimos seis meses, tiene muy claro cuáles son sus favoritos. El primero en septiembre de 2024, cuando se comió un huevo Kinder con su abuela, y el otro el pasado diciembre, cuando disfrutó de un polvorón con su madre. "Las demás espinitas [comidas prohibidas] las tenía conmigo, pero estas dos las tenía con ellas".
@sararciscares Abuela, gracias por ser mi luz y mi fuerza. Gracias por ser amor y por llenar el mundo de el. Gracias. Te quiero muchísimo ❤️🩹 ¨Cómo no te voy a querer si fuiste mi primer amor” #mentalhealth #saludmental #recuperacion #fearfood #abuela #parati ♬ suono originale - sophia ★
En este proceso de recuperación ha visto que el TCA no es solo una cuestión nutricional. No solo está recuperando platos que le gustaban, también ha vuelto a disfrutar de su gente. "Puedes volver a salir con tus amigos y tienes energía de nuevo. Retomas muchas cosas". La joven reconoce que ha logrado dar muchos pasos en los últimos meses y uno de ellos es que ha vuelto a disfrutar de la Navidad.
Comer, como actividad social, puede ser muy complicado en un proceso como el suyo. "Tienes miedo a que te juzguen o comparen tu plato con el de al lado", desgrana. Sin embargo, esta vez ha sido capaz de naturalizar el proceso y disfrutar de estos momentos. "Ha sido un avance bastante grande".
La sevillana tiene las publicaciones repletas de personas que la retratan como un modelo a seguir o que les gustaría poder llegar a su punto de recuperación a seguir. Sin embargo, ella no se considera ningún ejemplo ni quiere serlo. "Igual que hoy estoy bien, mañana puedo fallar en algo". Aun así, quiere "aportar algo de esperanza", por lo que usa su posición para animar a sus seguidores.
Ciscares ha avanzado mucho en estos meses desde que comenzó con este perfil en redes sociales, celebra. Los dos primeros fueron los más complicados. "Al principio solo sentía miedo puro, pero ahora hay, sobre todo, emoción e ilusión". Cada vez tiene más ganas de afrontar el reto y seguir incorporando esas comidas que se tenía prohibidas. "Ahora es el momento de ir a por cosas que me dan más miedo", dice motivada.