Jane Healy.

Jane Healy. MSD

Salud

Jane Healy, vicepresidenta de Oncología de MSD: "La vacuna del cáncer puede llegar antes de lo previsto"

Aunque los actores implicados ponen el horizonte en 2030, el interés en la terapia puede adelantarla "y tendremos que ajustar los tiempos para ello".

1 julio, 2023 02:21

Las vacunas personalizadas contra el cáncer están en boca de todos. Basándose en la tecnología de ARN mensajero, las compañías han desarrollado estrategias novedosas para estas terapias que buscan evitar recaídas tumorales, superando los fracasados experimentos del pasado. La más avanzada es la que están desarrollando Moderna y MSD. La vicepresidenta asociada de Desarrollo Clínico Global de Oncología de la última compañía, Jane Healy, cree que es realista disponer de ellas antes de finales de la presente década.

"Hay tanto interés en esta vacuna que puede desplegarse más rápido de lo que creemos, y tendremos que ajustar los tiempos para ello", explica Healy a EL ESPAÑOL en el marco de una visita a la nueva planta de biotecnología de MSD en Dublín, invitado por el laboratorio. En estas instalaciones, puestas en marcha el año pasado, se fabrican las inmunoterapias que irán combinadas con las futuras vacunas personalizadas contra el cáncer.

De momento, no se sabe cómo ni dónde se fabricarán estas vacunas, cuyo nombre correcto es "terapias individualizadas de neoantígenos". Estos neoantígenos se obtienen tras secuenciar el tejido tumoral y seleccionar proteínas que aparecen exclusivamente en las células cancerígenas. Con ellas se confeccionará una vacuna que será única para cada paciente.

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El tratamiento se ha probado primero en melanoma, que es un tipo de tumor con alta carga mutacional y, por tanto, el candidato ideal para una vacuna de este tipo. Los resultados de un ensayo en fase 2 –donde se evalúa si la vacuna es eficaz o no– mostraron una reducción del 44% en el riesgo de recaída en el cáncer o muerte.

El siguiente paso, previo a la aprobación, es el desarrollo de un ensayo en fase 3, donde se comprobará cómo de eficaz es este tratamiento. Para ello hace falta un número mucho mayor de pacientes (en la fase 2 fueron 157), por lo que los tiempos de desarrollo suelen ser más largos. No obstante, Healy considera "realista" que este producto esté listo para finales de la década.

Por el momento, poco se sabe sobre cómo se puede implantar este tratamiento, si las muestras de cada tumor tengan que viajar miles de kilómetros hasta un laboratorio central que fabrique el producto o, en cambio, si será algo más descentralizado.

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"Lo que puedo decir es que el aspecto personalizado de la producción de estas terapias requerirá una coordinación cuidadosa entre los centros donde están los pacientes y los de secuenciación/fabricación para poder estimar la demanda y el suministro. Estamos planificando esto cuidadosamente y usaremos la experiencia que hemos ganado con los ensayos clínicos para refinar este proceso".

Lo que parece más claro es que los pacientes van a necesitar múltiples dosis hasta comprobar su efecto. En el ensayo de fase 2 fueron nueve inyecciones, a las que se sumaron hasta 18 ciclos pembrolizumab, la inmunoterapia con la que la vacuna se administrará de forma combinada.

"La dosis y el calendario de la vacuna se ha seleccionado cuidadosamente basándonos en datos preclínicos y clínicos", cuenta Healy a este periódico. "Pensamos que las dosis múltiples son realmente importantes para dar a un paciente la mejor oportunidad de desarrollar una respuesta inmune sólida" frente al tumor. Por tanto, "no hay planes actualmente para cambiar la dosis antes o durante la fase 3".

Marcadores, no localizaciones

Hasta la llegada de estas vacunas es pembrolizumab el tratamiento estrella contra el cáncer de MSD, punta de lanza de los conocidos como inhibidores del punto de control inmune o, más comúnmente, inmunoterapias contra el cáncer.

Fue aprobado en Europa en 2015 para combatir el melanoma. Desde entonces, ha ido sumando indicaciones para más de una docena de tumores distintos, que tienen en común entre ellos la expresión de un receptor conocido como PD-L1.

No todos los pacientes con estos tumores son susceptibles de tratarse con el fármaco ya que no todos expresan ese receptor de la misma forma. Incluso hay tumores para los que esa expresión tampoco predice el nivel de respuesta del fármaco, explica Healy, por lo que no es tan sencillo elegir los candidatos a esta terapia.

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Sin embargo, gracias a este y otros fármacos anteriores dirigidos a proteínas concretas de los tumores, el paradigma en el tratamiento del cáncer ha ido cambiando en los últimos 20 años. Es lo que se conoce como medicina personalizada: son marcadores concretos del tumor los que posibilitan que el tratamiento funcione.

A veces estos marcadores están presentes en cánceres de distintos tipos, como PD-L1, y a veces dos tumores en apariencia similares pueden diferir en la expresión de estas señales. Pese a ello, las agencias reguladoras siguen basándose principalmente en la localización del tumor a la hora de aprobar un fármaco o una indicación.

No obstante, ese paradigma regulador está cambiando, agilizando los tiempos para que una terapia llegue a pacientes con cánceres de diferentes tipos. "Los reguladores están abiertos a ello", comenta Healy. Prueba de ello es que "hemos conseguido una aprobación dependiente del biomarcador y no del tipo de tumor. Y esto ha hecho que el medicamento esté disponible para muchos pacientes sin tener que ir tumor por tumor".

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La vicepresidenta asociada de Oncología de MSD cuenta, además, que están buscando diferentes formulaciones de pembrolizumab para mejorar la forma de administrarlo. Hasta ahora se hace de forma intravenosa, que "toma su tiempo y se da en combinación con múltiples tratamientos".

El laboratorio busca una formulación subcutánea, es decir, una inyección, algo en principio más cómodo que estar sentado en un sillón del hospital de día durante horas. "Queremos reducir el tiempo que el paciente necesita estar en la clínica", apunta Healy.

Sustituir a la quimioterapia

Más allá de la inmunoterapia y las vacunas, el laboratorio está desarrollando una amplia variedad de nuevos mecanismos para combatir el cáncer, desde activadores de células natural killer o 'asesinas naturales' (un tipo de célula del sistema inmune) a moduladores del microambiente del tumor.

La cada vez más rápida profusión de terapias distintas contra el cáncer contrasta con el medio siglo en que quimio y radioterapia eran la única opción tras la cirugía. La aparición de los anticuerpos monoclonales, a finales de los años 90, marcó el inicio de una nueva era.

Sin embargo, todavía queda mucho tiempo hasta que la quimioterapia forme parte del pasado. En cambio, el futuro está en su combinación con estos nuevos tratamientos. "No veo que la quimio desaparezca por completo, porque es una terapia efectiva y probada. Pero estamos intentando minimizar su exposición al paciente, centrándonos en tratar el cáncer, desde etapas tempranas, con terapias sistémicas. Esperamos con ello reducir el riesgo de recaída, lo que quiere decir que se necesitará, en general, menos tratamientos".

La planta de Biotech de MSD producirá 160.000 tratamientos para pacientes con cáncer en 2023 y espera llegar a 650.000 pacientes de 86 países de forma anual en 2026.