Miguel Ángel Martínez-González, epidemiólogo.

Miguel Ángel Martínez-González, epidemiólogo.

Nutrición

El epidemiólogo Martínez-González avisa a España: "Unir ejercicio y dieta mediterránea reduce un 31% la diabetes"

Los mejores beneficios aparecieron en quienes redujeron calorías al día, realizaron ejercicio a diario y recibieron ayuda profesional para reducir su peso.

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La dieta de estilo mediterráneo se caracteriza por su elevado consumo de verduras, frutas, cereales integrales y grasas saludables, como el conocido aceite de oliva, además de su consumo moderado de lácteos y proteínas magras, y poco o ningún consumo de carne roja.

En conjunto, este patrón alimentario se ha relacionado con diversos beneficios para la salud, especialmente para la salud cardiovascular y cerebral, sin olvidar su relación con un menor riesgo de diabetes tipo 2.

Ahora, un nuevo estudio publicado en Annals of Internal Medicine, coescrito por investigadores de la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard y basado en el ensayo PREDIMED-Plus, sugeriría que combinar esta dieta con el ejercicio potenciaría más si cabe sus beneficios.

Dieta, ejercicio y diabetes

Sabemos que tanto la dieta mediterránea como el ejercicio físico, por separado, se relacionan con un menor riesgo de diferentes enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2. Ahora, un equipo de colaboradores del ensayo clínico PREDIMED-Plus, el mayor ensayo aleatorio sobre nutrición y estilo de vida de Europa, habría buscado comprender cómo se pueden mejorar los beneficios de la dieta mediterránea con cambios adicionales dentro de un estilo de vida saludable.

Como comenta Frank Hu, profesor de Nutrición y Epidemiología, director del Departamento de Nutrición de Fredrick J. Stare y coautor del presente estudio: "Nos enfrentamos a una epidemia mundial de diabetes. Con la evidencia más completa, nuestro estudio demuestra que cambios moderados y sostenidos en la dieta y el estilo de vida podrían prevenir millones de casos de esta enfermedad en todo el mundo".

Así pues, los investigadores de 23 universidades españolas y de la Escuela de Salud Chan de Harvard, dividieron a 4.746 participantes del ensayo PREDIMED-Plus en un grupo de intervención y un grupo de control, y realizaron un seguimiento de sus resultados de salud durante seis años. Todos los participantes tenían entre 55 y 75 años, presentaban sobrepeso u obesidad y síndrome metabólico, pero no presentaban diabetes tipo 2 al inicio del estudio.

Por un lado, el grupo de intervención siguió una dieta mediterránea, redujo su ingesta calórica en unas 600 calorías diarias, realizó actividad física moderada como caminar a paso ligero y ejercicios de fuerza y equilibrio, y recibió apoyo profesional para controlar su peso.

Por otro lado, el grupo de control siguió una dieta mediterránea sin restricción calórica, orientación sobre el ejercicio ni apoyo profesional.

Según los hallazgos del estudio, el grupo de intervención presentó un 31% menos de riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 respecto a los participantes del grupo de control. Además, el grupo de intervención perdió una media de 3,3 kilogramos y redujo su circunferencia abdominal 3,6 centímetros de media, en comparación a la pérdida de 0,6 kilogramos y 0,3 centímetros de circunferencia del grupo de control.

Como explica Miguel Martínez-González, profesor de la Universidad de Navarra, profesor adjunto de nutrición en la Escuela de Salud Chan de Harvard y coautor del estudio: "En términos prácticos, añadir control calórico y actividad física a la dieta mediterránea evitó que alrededor de tres de cada 100 personas desarrollaran diabetes, un beneficio claro y medible para la salud pública".

Más allá de los beneficios individuales objetivados, cabe recordar que este tipo de intervención combinada tiene un potencial impacto enorme para la salud pública. Actualmente la diabetes tipo 2 es una de las principales causas de enfermedad cardiovascular, insuficiencia cardíaca e insuficiencia renal, además de asociarse a una clara pérdida de calidad de vida.

Intervenciones asequibles, como es el hecho de caminar media hora al día y seguir una dieta de estilo mediterráneo adaptada en calorías, serían herramientas muy económicas y altamente efectivas aplicables en diferentes contextos, además de haberse demostrado su sostenibilidad a largo plazo.