Pan y el médico y especialista en intolerancias alimentarias, Félix López.

Pan y el médico y especialista en intolerancias alimentarias, Félix López.

Nutrición

Félix López, experto en intolerancias, avisa sobre este pan en España: "Esto no es un alimento, es una bomba"

"Este pan es una bomba de la Segunda Guerra Mundial", asegura el médico y especialista en intolerancias sobre este tipo de pan rápido.

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El pan precocido es uno de los alimentos más consumidos, representando este aproximadamente el 20% del consumo de pan en España. Este es un tipo de pan rápido y en el que se incluye el pan congelado, que ha experimentado un crecimiento de consumo importante en los últimos años.

Este es un tipo de pan que se conoce por elaborarse en dos etapas: una primera cocción parcial y una segunda cocción al momento de consumirlo, permitiendo mantener su frescura y sabor durante más tiempo.

Sin embargo, esta no se encuentra entre las variedades de pan más apreciadas por los expertos en nutrición. Así lo evidencia el médico y especialista en intolerancias, Félix López, durante el programa de Equipo de Investigación, emitido por La Sexta.

"Si tenemos en cuenta que aquí hay como 14 páginas de ingredientes, pues ya de entrada me parece mal. Usted lo que me ha traído aquí en vez de una barra de pan, es una bomba de la Segunda Guerra Mundial", declara el especialista tras revisar la etiqueta de un pan rápido comprado en supermercado.

Ingredientes que el experto rápidamente asocia con una variedad de pan precocido o también denominado pan rápido, ya que suelen utilizarse para acelerar la fermentación. Entre los compuestos que se suelen añadir están la lecitina de soja, antiaglomerantes, enzimas y antioxidantes, sustancias que, según el experto, pueden estar relacionadas con la aparición de ciertas patologías.

Una de estas patologías comunes es la histaminosis alimentaria no alérgica: "Una histaminosis alimentaria no alérgica, es un síndrome compuesto por un conjunto de síntomas, que surgen porque no se hace la digestión correctamente y nuestro sistema inmune", explica. "Es como si el cuerpo nos avisa de que algo va mal".

El médico detalla que esta condición puede derivar en una amplia gama de manifestaciones físicas, muchas veces sin un diagnóstico claro. "Entre los síntomas habituales encontramos: cefaleas, síndrome de fatiga crónica, distensión abdominal, estreñimiento, diarrea, infertilidad, vómitos de repetición, babeos, sequedad de boca, alopecias...".

Estos efectos, según explica López, se deben a la acumulación de histamina por una mala metabolización, algo que puede estar provocado por el exceso de aditivos presentes en productos como el pan precocido. Su consumo habitual podría tener efectos perjudiciales en personas con una sensibilidad especial a estos compuestos o incluso desencadenarlos en personas previamente sanas.

Cómo identificar la histaminosis alimentaria

La histaminosis alimentaria no alérgica es un trastorno poco conocido y a menudo infradiagnosticado. Para identificarla, es fundamental prestar atención a la aparición de síntomas recurrentes tras las comidas, como los mencionados por el experto.

Estos pueden ir desde migrañas o molestias digestivas a fatiga persistente o problemas dermatológicos. Signos que habitualmente pueden confundirse con otras patologías comunes, por lo que el diagnóstico suele requerir la intervención de un especialista en intolerancias o alergias alimentarias.

El procedimiento más habitual para detectar esta condición incluye una historia clínica detallada, un diario alimentario para registrar los síntomas y pruebas de intolerancia alimentaria. En algunos casos, se pueden realizar pruebas específicas para medir la actividad de la enzima diaminooxidasa (DAO), responsable de la degradación de la histamina en el organismo.

Si se confirma el diagnóstico, el tratamiento suele pasar por una dieta baja en histamina y la eliminación de los alimentos desencadenantes.

Alternativas al pan precocido

Desde una perspectiva nutricional y gastronómica, el pan de elaboración artesana destaca como una alternativa más saludable frente al pan precocido.

Este tipo de pan, elaborado a menudo con masa madre, no solo prescinde de aditivos artificiales, sino que también se beneficia de un proceso de fermentación más largo, lo que mejora significativamente su digestibilidad y perfil nutricional.

Pan precocido en la sección de congelados de un supermercado.

Pan precocido en la sección de congelados de un supermercado.

Entre las opciones más valoradas por los especialistas se encuentran los panes integrales elaborados con harinas de centeno, espelta o trigo ecológico, especialmente cuando proceden de obradores tradicionales que respetan los tiempos y procesos naturales de elaboración.

A la hora de seleccionar un buen pan, conviene adoptar una actitud crítica frente a las etiquetas nutricionales: cuanto más corta sea la lista de ingredientes, mejor. Harina, agua, levadura (o masa madre) y sal deberían ser los únicos componentes.

En cambio, la presencia de emulgentes, estabilizantes o conservantes puede ser indicativa de un producto ultra procesado que, a largo plazo, podría comprometer la salud digestiva y favorecer la aparición de intolerancias.