Huevos cocidos.

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Esto es lo que ocultan los huevos que tienen un puntito rojo: el aviso de los especialistas

Son más comunes en los huevos de cáscara oscura y en los que compramos fuera de los supermercados.

23 agosto, 2023 01:55

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El huevo es uno de los alimentos más consumidos en todo el mundo, protagonista también de la dieta mediterránea y un imprescindible en las despensas de España. Los hogares españoles, según el último informe del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, consumen 8,11 kilogramos por persona anualmente. A lo largo de los años han sido muchos los mitos que lo han demonizado, presentando supuestos perjuicios que podrían ocasionarnos, pero afortunadamente la ciencia ha podido ir desmintiéndolos.

Ahora, sabemos que incluso comer un huevo al día tiene beneficios saludables, como ha constatado este estudio publicado en The American Journal of Medicine relacionando este consumo diario con un menor riesgo de enfermedad arterial coronaria. La elevada calidad y biodisponibilidad de su proteína lo convierte además en un compendio de nutrientes fundamentales. No obstante, en ocasiones los huevos presentan algunas características que nos hace sospechar, como las manchas rojas que vemos a veces cuando vamos a preparar, por ejemplo, una tortilla francesa.

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¿Podemos o no podemos comerlos? El doctor en Ciencia y Tecnología de los Alimentos, Miguel Ángel Lurueña, ha explicado que existen dos tipos de manchas: las llamadas manchas de sangre, que se producen por pequeñas hemorragias que tienen lugar en la ovulación y aparecen sobre todo en la yema, y las manchas de carne, que podrían derivar de "manchas de sangre oxidada, pero también por descamación de algunos tejidos de la gallina o por partículas de calcio", asegura en su blog Gominolas de petróleo.

Una imagen de archivo de un huevo con manchas rojas.

Una imagen de archivo de un huevo con manchas rojas. Wikimedia Commons

La entidad Egg Farmers of Canada, un organismo promueve el consumo de huevos en el país norteamericano, calcula que el 1% de las yemas de los huevos vendidos tienen este tipo de manchas que los productores califican como un "defecto", pero que en todo caso, insisten, son naturales. Así, al igual que los vasos sanguíneos de las personas pueden romperse y repararse solos, también ocurre lo mismo con los de las gallinas. Si esa rotura se produce además dentro de los ovarios o en el oviducto (el tubo que transporta los óvulos) esa gota de sangre puede acabar en la yema, que es lo más común, o incluso en la clara, aunque es más raro.

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Contrariamente a lo que mucha gente cree, esto no significa que el óvulo esté fertilizado. Lo más habitual, hablando de huevos comercializados, es que en el proceso de inspección y clasificación sean retirados los que tienen estas motas de sangre de un tamaño detectable; sin embargo, si tienen un tamaño pequeño pueden pasar desapercibidas y llegar al supermercado. El Instituto del Huevo, la asociación que fomenta la investigación relacionada con este alimento y la divulgación de su interés nutricional en España, explica que se usa una luz brillante para ver el interior, pero en los huevos marrones es más complicado de controlar.

Más común en huevos "caseros"

Los productores de Canadá concuerdan con que es muy raro encontrar estas manchas porque los "velan" con la luz y los detectan antes de empaquetarlos, pero es mucho más habitual si los huevos se compran directamente al productor, los llamados "caseros", puesto que no se someten a ningún control. Asimismo, los de cáscara más oscura, que son los más comunes en nuestro país, presentarán más imperfecciones que los blancos. Entonces, ¿debemos tirarlo cuando veamos esas motas de sangre o es seguro?

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El Departamento de Agricultura de Estados Unidos y el Centro de Seguridad de los Huevos coinciden en que son seguros para comer siempre que se cocinen adecuadamente y no se tomen crudos o poco cocidos, puesto que podría aumentar el riesgo de una intoxicación por salmonela. En todo caso, los más escrupulosos pueden retirar la mancha con un cuchillo antes de cocinar sin ningún problema o ver cómo se disuelve al mezclarlo con el resto de yema y clara, teniendo las garantías de que no le ocurrirá nada.

Otras rarezas de los huevos

Además de las manchitas, un alimento natural como el huevo puede presentar otras muchas rarezas, algunas más habituales que otras. Por ejemplo, una de las más extrañas es la de encontrarse uno dentro de otro. Es decir, que al abrirlo, además de la clara y de la yema, hay un segundo huevo formado. También podemos encontrárnoslos de dos yemas, cuando la gallina genera dos óvulos simultáneamente, y se pueden comer de forma segura.

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Seguramente hayamos visto en alguno la chalaza, que es un cordón blanquecino que está pegado a la yema y su presencia indica que el huevo está muy fresco, puesto que tiene la función de mantener la yema suspendida en el centro y tampoco es necesario retirarla. Entre las cáscaras, podemos encontrarlas con motas más oscuras, pero únicamente se debe al tipo de dieta que ha seguido el animal. También pueden presentar arrugas asociadas al estrés del hacinamiento o a la falta de desarrollo del aparato reproductor, e incluso un tacto áspero, como de lija, por un exceso de calcio en la cáscara. En todo caso, son aptos para el consumo.

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