Aguacate y salud del corazón.

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Nutrición

La nueva técnica para mantener los aguacates frescos mucho más tiempo

Un nuevo estudio publicado en la revista 'Nature' apunta que los recubrimientos a base de fibras serían una alternativa económica y segura.

22 junio, 2022 03:07

Mantener la frescura de los alimentos, sobre todo frutas y verduras, no solo es importante a nivel estético o saborizante, sino que es un conocido problema de salud pública: cada año la contaminación por microorganismos causa más de 600 millones de intoxicaciones alimentarias, y hasta 420.000 muertes en todo el mundo.

Así mismo, este problema no es barato, llegando a representar un coste económico que superaría los 17.600 millones de dólares solo en los Estados Unidos. Actualmente, con el objetivo de evitar estas posibles intoxicaciones, se suelen usar películas alimentarias antimicrobianas que requieren una gran cantidad de ingredientes activos.

Pero ahora, según un nuevo estudio publicado en Nature Food, a cargo de Kevin Parker, Philip Demokritou y sus colegas, esta situación estaría a punto de cambiar: los recubrimientos a base de fibras serían una alternativa económica y segura.

Los investigadores han usado precisamente el aguacate en su prueba de concepto para el actual estudio, pero sugieren que su sistema de envasado sería extrapolable a otros alimentos, empezando por frutas y verduras frescas.

La finalidad era crear un sistema de envasado biodegradable y no tóxico, además de económico y sostenible. Las actuales películas alimentarias no cumplen todos estos requisitos al precisar grandes cantidades de ingredientes activos, y en muchas ocasiones no han logrado todos los objetivos. Algunos recubrimientos actuales han demostrado ayudar a reducir la contaminación, pero su forma de activación precisa del uso de elevadas cantidades de ingredientes que, a su vez, no logran reducir completamente el número de microorganismos.

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Ahí entrarían los materiales fibrosos, capaces de construir películas dada su alta relación superficie-volumen, capaz de liberar los ingredientes antimicrobianos de forma más eficiente. Esto implicaría reducir la necesidad de ingredientes, al tiempo que se minimizaría el daño a los mismos alimentos. Sin embargo, hasta ahora la producción de bajo rendimiento y la dependencia de sustancias y procesos químicos potencialmente dañinos había limitado el uso de microfibras en el envasado alimentario.

Para este nuevo trabajo, los investigadores han ideado un sistema de hilado de fibras de alto rendimiento que permitiría la síntesis en un solo paso, y el recubrimiento directo de fibras antimicrobianas sobre alimentos frescos sin un tratamiento adicional. Se trata de fibras hechas de pululano, un polisacárido natural considerado como seguro por parte de la Foods & Drugs Administration (FDA) de los Estados Unidos, junto a aceite de tomillo y ácido cítrico.

Para fabricar estas nuevas microfibras, los autores usaron un sistema conocido como "hiladura por chorro rotatorio enfocado (FRJS)", para poder fabricar fibras con agentes antimicrobianos de origen natural. Para recubrir los alimentos de forma directa, se usó agua como único disolvente, y el pululano como columna vertebral fibrosa. Con ese sistema, lograron producir envases sostenibles y seguros, y además efectivos contra microorganismos.

Con el fin de demostrar su eficacia, los investigadores desplegaron fibras antimicrobianas de purulano contra patógenos alimentarios comunes como son la E. coli, L. innocua y Aspergillus fumigatus, logrando una reducción de la cantidad tanto de bacterias como de hongos. Además, usaron aguacates como prueba de concepto, logrando depositar las fibras directamente sobre esta fruta y prolongando su vida útil al evitar su típica y rápida oxidación, dado que se inactivó la proliferación de microorganismos. A nivel estético también se logró reducir la tasa de pudrición, la pérdida de materia de los aguacates y la pérdida de color de los mismos.

Además, para finalizar, se calcula que este enfoque podría producir fibras a una tasa de producción más alta, de unos 0.2 gramos por minuto, en comparación a las técnicas más populares de fabricación de fibras mediante otras técnicas como el electrohilado, de 0.01 gramos por minuto. Así mismo, se ha demostrado que estas fibras son biodegradables tanto en ambientes líquidos como sólidos.