Una persona vigila su nivel de glucemia en sangre.

Una persona vigila su nivel de glucemia en sangre. iStock

Nutrición

El 'chupito' de proteínas antes de la comida que ayuda a reducir el azúcar en sangre

Un nuevo estudio científico ha observado que los suplementos de proteína más comunes pueden ayudar a controlar la glucosa a pacientes con diabetes.

3 junio, 2022 01:10

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Cuando se habla de suplementos de proteínas suelen surgir en el pensamiento dos opciones: la principal, que una persona esté iniciando una rutina de ejercicio y busque un aumento de masa muscular mediante la suplementación proteíca; y, como segunda opción, que dicha suplementación se deba a algún tipo de necesidad física o patológica por falta de proteínas de cualquier índole.

Sin embargo, estos no son los únicos usos de los suplementos de proteínas. De hecho, y, según un nuevo estudio publicado en the BMJ Open Diabetes Research & Care, estos suplementos en pequeñas cantidades podrían tener un nuevo potencial uso: mejorar el control del azúcar en personas con diabetes.

En este nuevo estudio se sugirió que beber una pequeña cantidad de suplementos de proteínas, en forma de proteína de suero, antes de las comidas, podría ayudar a controlar mejor los niveles de azúcar sanguíneo o glucemia en personas con diabetes tipo 2.

El experimento

Así pues, para demostrarlo, los investigadores realizaron un experimento dando proteína de suero en bajas dosis (100 mg de bebida y 15 gramos de proteína) o un placebo a 18 personas de entre 50 años de media, diagnosticados de diabetes tipo 2 (sin tratamiento con insulina, pero sí con otros fármacos).

Todos los pacientes probaron por un lado la toma del suplemento de proteínas 10 minutos antes de cada comida, o bien un suplemento placebo, en un experimento cruzado simple ciego (los participantes desconocían lo que tomaban en cada ocasión) que duró una semana: una semana tomaron el placebo, y otra semana diferente tomaron el suplemento de proteínas. El objetivo era que todos los participantes probasen ambas opciones. No hicieron ningún otro cambio en su día a día esas semanas de estudio.

Según los resultados del estudio, durante el cual se llevó a cabo una monitorización continuada de los niveles de glucosa sanguínea de todos los participantes, se objetivó un mejor control cuando se tomaba este suplemento de proteína en suero antes de las comidas que si no se tomaba. De media, los participantes lograban hasta dos horas más de mejor control de glucemia cuando tomaban los pequeños suplementos de proteínas pre-comida que si no los tomaban. Así mismo, sus niveles diarios de glucosa se redujeron 0,6 mmol/L de media diaria en comparación a no consumir dichos suplementos.

Buenos resultados

Daniel West, autor principal del estudio y profesor titular e investigador en el Centro de Investigación de Nutrición Humana y en el Grupo de Investigación de Diabetes de la Universidad de Newcastle (Reino Unido), recuerda que en estudios previos en ambiente de laboratorio ya se habría comprobado las bondades de la intervención mediante suplementos de proteínas en la diabetes tipo 2, pero este es el primer estudio que logra resultados en un ambiente real y de vida normal, dado que todos los participantes siguieron su día a día sin cambios con la excepción de los pequeños suplementos proteicos.

Además, los investigadores también destacan el hecho de que la intervención de este estudio fue fácil y poco invasiva, dado que se les daba a los voluntarios pequeñas bebidas prefabricadas, con buen sabor y fáciles de consumir. Por su parte, tienen algunas hipótesis sobre cómo funcionó: por un lado, la proteína ayuda a ralentizar el vaciado gástrico, algo que a su vez reduciría la velocidad mediante la cual se procesan los alimentos y, por tanto, el pico de glucemia e insulina siguientes; por otro lado, la proteína estimularía una serie de hormonas importantes en el metabolismo fisiológico del azúcar.

Como limitaciones, los investigadores destacan tanto el escaso número de participantes como el poco tiempo que duró el estudio, aunque en el futuro se plantean llevar a cabo estudios a mayor escala y de mayor duración temporal (hasta seis meses), además de probar el consumo de otras fuentes de proteína alternativas, como la proteína vegetal de guisantes o patatas, e incluso la de hongos, para poder abarcar diversas necesidades alimentarias y religiosas.