• 1 de 6

    El menú del día, patrimonio de España

    El menú del día es, desde hace décadas, una de las tradiciones gastronómicas más arraigadas en los restaurantes en España. Y lo es gracias al festival de comida que uno se puede meter entre pecho y espalda sin pagar un precio excesivo: ya saben: un primero a elegir, un segundo, bebida, postre y/o café. Cada provincia y cada bar tiene sus platos clásicos en este menú de batalla semanal: desde las lentejas al cocido, pasando por los judías pintas o potaje de acelgas.

    Sin embargo, también son muchos los bares en los que estos platos tradicionales han dejado de ser la norma y, en cambio, se sirven otras opciones no tan saludables, con materias primas no siempre de calidad. De hecho, es más que habitual que muchos primeros y muchos segundos acaben siendo pervertidos por ingredientes insanos, que en nada benefician a nuestro organismo, tal y como han advertido algunas sociedades médicas. Por no hablar de la elección de la bebida, que a menudo suele estar integrada por bebidas alcohólicas como la cerveza o el vino, o refrescos azucarados. 

  • 2 de 6

    Comer fuera es, por lo general, comer mucho más

    Comer en un restaurante, por lo general, significa comer mucho más de lo que lo haríamos en nuestra propia casa. La ingesta calórica de un menú del día puede resultar excesiva con mucha facilidad. Piensen sólo un momento: ¿en cuántos hogares se sirve a menudo un primero, un segundo y un postre? Algunos estudios han analizado las ingestas que realizamos fuera de casa y confirman que, cada vez que vamos a un restaurante, comemos de más. 

    El pasado año, un artículo publicado en la revista The BMJ analizó más de 200 comidas que se sirven en 111 restaurantes de comida tradicional y comida rápida de todo el mundo. El objetivo era saber cuáles eran los que tenían una mayor cantidad de calorías y los que menos. Entre las conclusiones que se extraen del trabajo, hay una que llama soberamente la atención: comer fuera de casa es, por lo general, comer mucho más. “El 94% de los menús que se sirven en los restaurantes tradicionales contienen al menos 600 kilocalorías [máximo recomendado por el sistema de salud público de Inglaterra para la comida o la cena]”. 

  • 3 de 6

    Cuidado con las ensaladas

    El primer plato del menú del día suele ser una receta ligera, por lo general. De hecho, lo más habitual es que la verdura sea protagonista a través de distintos tipos de ensaladas. Entre los primeros, también es normal que se ofrezca pasta (macarrones, espaguetis, etc.). La ensalada será una buena elección siempre y cuando predomine en ella la verdura y no acabe siendo pervertida con salsas tipo césar o mayonesas de distinto tipo. Es lo que les ocurre a las ensaladas que podemos comprar envasadas en los supermercados. Así, una ensalada mixta con un chorrito de aceite de oliva virgen será siempre una buena opción, mientras que una ensalada césar, con una salsa ultraprocesada, será una mala alternativa.

    Con respecto a la pasta, el principal problema radica en la variedad que se suele utilizar en este tipo de menús, que está elaborada con harina refinada y no es integral. Así lo apunta Miguel Ángel Martínez-González, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Navarra, en su último libro, ¿Qué comes? Ciencia y conciencia para resistir (Planeta, 2020). "Si bien la pasta muy cocida puede ser una opción para las personas que hacen mucho deporte -porque les permite obtener energía rápidamente, que es lo que necesitan en momentos de gran esfuerzo-, el resto de mortales haríamos bien en reducir el consumo de pasta, tomarla al dente y, mejor, optar siempre por pasta integral, rica en fibra y nutrientes beneficiosos ¡Nuestra salud saldría ganando!".

  • 4 de 6

    El pan blanco lo carga el diablo

    Martínez González es uno de los epidemiólogos especializados en Nutrición más importantes del panorama nacional e internacional. El también profesor visitante de la Universidad de Harvard hace años que declaró la guerra al pan blanco, la variedad que habitualmente se sirve en la amplia mayoría de los restaurantes cuando pedimos un menú del día. El experto ha llegado a decir que comer pan blanco es prácticamente lo mismo que comer azúcar.

    "Te metes un trozo de miga de pan blanco en la boca y enseguida te sabe dulce. De hecho, el pan blanco produce los mismos picos de glucosa en sangre que el azúcar, y es tan malo para la salud como éste", escribe el científico en su libro. El problema es que la harina refinada es principalmente almidón. Se ha eliminado del grano de trigo el germen y el salvado, sus partes más nutritivas, reduciendo además la cantidad de fibra que aporta a la dieta. "Si ya tenemos exceso de peso o resistencia a la insulina, el pan blanco es una auténtica bomba". 

  • 5 de 6

    De guarnición, patatas

    Otro de los clásicos del menú del día son los segundos platos con guarnición. ¿Qué guarnición es la más habitual en los restaurantes? En efecto, las patatas fritas. Porque habiendo patatas fritas no vamos a pedir unas tristes judías o algo de verdura a la plancha, ¿verdad? Las patatas fritas son el alimento que más engorda, por encima incluso de la bollería. Lo demostró hace algún tiempo un trabajo científico publicado por investigadores del departamento de Nutrición de la Universidad de Harvard. 

    El problema de las patatas fritas es que son un carbohidrato de absorción rápida rico en almidón. Al comerlas sin piel, se eliminan nutrientes tan importantes como la fibra. Además, el proceso de fritura al que son sometidos y la sal que contienen elevan sobremanera su contenido calórico. No es de extrañar por tanto que las patatas fritas se encuentran en el primer puesto de los alimentos que más engordan, seguidas de los refrescos azucarados, los zumos con azúcar añadido, la comida rápida, las carnes procesadas, las carnes rojas, las patas cocidas o asadas, el pan blanco y la bollería industrial. 

  • 6 de 6

    Postres caseros

    La culminación de todo buen menú del día llega con el postre: natillas caseras, arroz con leche, brownie de chocolate, pan de calatrava, tarta de queso, tiramisú, helado, fruta del tiempo o yogur. Son muchas las personas que tienen la percepción de que el postre casero es mucho mejor que un postre industrial. Spoiler: las diferencias no son tan grandes. Los médicos y especialistas recomiendan huir de los dulces y los helados de postre ya que contienen cantidades astronómicas de azúcar. Si comemos habitualmente fuera de casa, más aún.

    Así, la mejor alternativa será siempre pedir fruta (ya saben que los médicos recomienda tomar cinco raciones de fruta y verdura al día). La segunda mejor opción sería optar por el yogur, con una salvedad: la mayoría de variedades de yogur suelen estar también cargaditas de azúcar, por lo que sería conveniente pedir uno natural o griego, que pese a ser más graso es perfectamente saludable.