La reina de la casa (y del brócoli)

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Nutrición Comer sano

Éste es el truco infalible para que los niños coman verdura sin quejarse

La aceptación de los más pequeños para comer vegetales mejora si se les sirven de forma variada y continuada.

15 septiembre, 2019 01:54

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Los gustos se adquieren con el tiempo, pero es frecuente que los niños pequeños rechacen por su sabor las verduras y las hortalizas, lo que tiende a llevar a los padres a optar por comidas que aceptan más fácilmente pero que no tienen los mismos beneficios nutricionales. Un nuevo estudio ofrece una estrategia para que ellos mismos desarrollen este hábito saludable mediante un cambio de organización en la mesa.

El trabajo ha sido publicado en el Journal of Nutrition Education and Behavior y ha sido dirigido por Astrid A.M. Poelman, investigadora del área de Alimentación y Consumo de la Organización de Investigación Científica e Industrial del Commonwealth, un organismo oficial australiano. "En Australia, las recomendaciones nutricionales para la toma de vegetales en niños pequeños se han incrementado, pero el consumo real es bajo. Nuestro estudio presenta un enfoque efectivo para los padres interesados en atajar este déficit", explica.

El estudio contó con la participación de 32 familias con niños entre los cuatro y seis años en las que se detectó un consumo bajo de vegetales. Los padres completaron una encuesta online y recibieron una sesión informativa previa al arranque del ensayo. Se dividieron entonces en tres grupos: en el primero, se introdujo una verdura nueva en la dieta de los niños; en el segundo, varias de ellas; y el tercero quedó como grupo testigo en el que los hábitos alimenticios no variaron.

Los datos para el estudio se registraron de diversas maneras. Dos cenas se sirvieron en el centro de investigación, en las que los niños podían comer todo el brócoli, coliflor y judías verdes que quisieran. También se variaron las verduras que comían en casa, la guardería y la escuela, y se anotaron las variaciones en diarios de comidas. Finalmente, los padres fueron informando cómo progresaba el consumo de alimentos de base vegetal.

Las tácticas para introducir la verdura en la dieta de los pequeños quedaron al criterio de los padres en casa. Las familias que tenían que incorporar uno solo comenzaron a servir brócoli, al que se añadieron el calabacín y los guisantes para las familias encargadas de cocinar con más de uno. Se les proporcionaron cupones para adquiriesen los productos designados y se les instruyó sobre cómo prepararlos, en qué raciones y cómo presentárselos a los niños para que fueran más apetecibles.

Así, a los pequeños se les sirvió una pequeña porción de vegetales tres veces a la semana durante cinco semanas. Cada vez que los probaban, recibían una pegatina como premio. Al comienzo del estudio, no se registraron diferencias significativas entre grupos. En las cenas organizadas en el centro, en la que los pequeños comieron sin sus padres delante, no se incrementó el consumo de verdura. Probablemente, reconocen los autores, porque los mini-comensales estaban descolocados por la situación.

Sin embargo, la aceptación de los vegetales fue mejorando en los grupos que introdujeron tanto un producto de este tipo como varios. Pero fue más efectiva entre las familias que incorporaron los tres alimentos diferentes, y en ellas, el consumo se duplicó de 0,6 raciones semanales a 1,2. En las familias en las que no se sirvieron nuevos vegetales, como era de imaginar, no se registró un incremento del consumo apreciable; pero tampoco ocurrió en las que sirvieron un único vegetal.

La aceptación de la variedad de vegetales fue aumentando en las semanas siguientes y se mantenía tres meses después, cuando los investigadores realizaron una evaluación de control. La mayoría de padres, señalan, habían cumplido con las instrucciones dadas y consideraban ahora que servir estas comidas se había convertido en algo "muy fácil" o "bastante fácil". Que ya es un progreso.  

Ahora, las conclusiones del trabajo echan un jarro de agua fría a los esforzados progenitores: aunque el consumo de vegetales aumentó entre los niños, no llegó a alcanzar el mínimo recomendado por las autoridades. Con todo, la Dra. Poelman anima a no desfallecer: "La estrategia de ofrecer verdura de forma variada y continua ha demostrado ser más efectiva que insistir con un única comida vegetal".

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