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    Sal y azúcar, las protagonistas de las salsas

    Las salsas no tienen muy buena fama dentro de las dietas saludables y de adelgazamiento. Normalmente, son usadas para proporcionar más sabor a un determinado plato y, por tanto, tienden contener una cantidad destacada de sal, azúcar o las dos cosas. Además, las marcas comerciales tienden a aumentar la proporción de estos ingredientes en aras de lograr un producto más delicioso. Realizar las salsas en casa permite tener un mayor control sobre estos polémicos ingredientes.

    Es cierto que la sal tiene calorías y que es el principal aporte de sodio de la dieta. Sin embargo, este mineral cuando se toma en exceso se asocia a la hipertensión, un factor de riesgo de las enfermedades cardiovasculares. Por eso, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que el consumo diario de sal no supere los 2 gramos. En este sentido, los productos procesados son los alimentos que más sal suponen en nuestra dieta sin que la percibamos.

    El azúcar, por su parte, aporta casi 400 calorías por cada 100 gramos, según los datos que aporta la Fundación Española de Nutrición (FEN). La totalidad del azúcar son hidratos de carbono simple y, según la OMS, su consumo excesivo se asocia a la obesidad, factor de riesgo de un gran número de enfermedades, y a las caries dentales. Por este motivo, la OMS recomienda reducir el consumo de azúcar libre al 5% del total de nuestra dieta. El contenido de azúcar puede variar de una marca de salsas a otra y, por eso, la diferencia de calorías entre las distintas marcas puede ser pronunciada. Aquellas que añaden aceite también hacen ascender el aporte calórico.

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    El tomate frito

    Esta salsa es una de las más sencillas de preparar en casa. Lleva tomates, aceite de oliva, sal y azúcar para contrarrestar el sabor ácido de la fruta que es protagonista. Además, se pueden añadir pimientos rojos y verdes, cebolla o ajo para potenciar el sabor. En este sentido, el tomate frito puede ser la salsa menos calórica de todas. El valor energético de las salsas de tomate frito del supermercado rondan las 75 calorías por 100 gramos.

    Sin embargo, se pueden encontrar en el supermercado tomates fritos más calóricos por un mayor contenido de aceite de oliva o de azúcar. Es el caso del tomate frito receta artesana de Hacendado y que supone 201 calorías por cada 100 gramos de producto.

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    La salsa de soja

    Producir esta salsa en casa es muy complicado, pues necesita de un proceso intermedio de fermentación. Si la salsa se ha producido de manera tradicional, sólo contará con cuatro ingredientes: habas de soja, trigo, agua y sal. El valor nutricional de este tipo de salsas de soja es de, aproximadamente, 80 calorías y no son difícil de encontrar en el supermercado.

    Al igual que el tomate frito, hay otras salsas de soja que cuentan con más ingredientes y que aumentan considerablemente el número de calorías. Es el caso de la salsa de soja de la marca Heinz en cuyo etiquetado se pueden leer los nombres de otros ingredientes tales como jarabe de glucosa, azúcar o colorante. El resultado es una salsa de 184 calorías por cada 100 gramos de producto.

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    La salsa de mostaza

    El ingrediente principal de esta salsa son, precisamente, los granos de mostaza. Aparte, las recetas más puristas y tradicionales incluyen vinagre de vino, azúcar moreno, agua, sal y cúrcuma. Las salsas de mostaza que más se acerquen a la receta tradicional tendrán en torno a unas 85 calorías. Sin embargo, es muy fácil encontrar en el mercado aquellas que son más calóricas.

    Pueden llevar una mayor cantidad de azúcar o, incluso, productos espesantes que hagan que la salsa ronde en torno a las 180 calorías. Sin embargo, una de las más calóricas es la de la marca Hellmann’s que incorpora aceites e, incluso, yema de huevo. Su valor energético total es de 265 calorías por 100 gramos.

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    El kétchup

    Esta salsa se elaboró por primera vez en el siglo XIX y, ahora, es probablemente la más famosa en todo el mundo. El kétchup se elabora, básicamente, con cinco ingredientes: tomates, especias, vinagre, azúcar y sal. Las especial varían dependiendo de la marca y, en el caso de la antiquísima empresa Heinz, es una combinación secreta. Sin embargo, otras recetas menos misteriosas contienen clavo, pimentón dulce o canela.

    Las diferentes marcas de kétchup del supermercado cuentan con valores energéticos similares: rondan las 100 calorías por cada 100 gramos de producto. Sin embargo, entre ellos destaca el kétchup de la marca española Prima que, además emplear sólo tomates patrios, cuenta con 82 calorías por cada 100 gramos.

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    El guacamole

    El guacamole es, probablemente, la salsa más fácil de preparar en casa, porque se prepara con ingredientes crudos. Es una salsa muy saludable y, aunque se trata de la salsa más calórica de esta lista, la práctica totalidad de las calorías proceden del aguacate. Según la FEN, esta fruta posee 141 calorías por cada 100 gramos de producto, por su aporte de grasas monoinsaturadas, saludables y de buena calidad.

    Los demás ingredientes del guacamole son la cebolla, el pimiento jalapeño, las hojas de cilantro, zumo de lima y sal. Algunos guacamoles también incluyen tomate, que provoca que la mezcla sea más líquida. Las calorías totales de un guacamole rondan las 150 por cada 100 gramos. Un número muy similar a las del aguacate, por lo que los guacamoles con un valor energético muy inferior pueden tener un contenido menor de esta saludable fruta.