Ejemplar de lobo.

Ejemplar de lobo. iStock

Ciencia

El lobo, la pieza clave en España para controlar la peste porcina africana: "Saben qué jabalíes están enfermos y los cazan"

La población de jabalíes en España se ha disparado en los últimos años y esto aumenta las oportunidades de que se transmitan enfermedades.

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Las claves

La proliferación de jabalíes infectados con peste porcina africana en Cataluña evidencia el desequilibrio ecológico por la ausencia de grandes depredadores como el lobo ibérico.

La población de jabalíes en España ha aumentado de medio millón a 2,4 millones en dos años, mientras que el lobo ibérico apenas ha crecido en número y permanece estancado.

El lobo ibérico es clave para controlar enfermedades en la fauna silvestre, cazando principalmente a los animales enfermos o débiles, lo que ayuda a frenar la transmisión de patologías.

Expertos advierten que la baja presencia de lobos y la despoblación rural favorecen la expansión de los jabalíes, lo que agrava los riesgos sanitarios y el desbalance del ecosistema.

La aparición de jabalíes infectados con la gripe porcina africana en Cataluña ha puesto de manifiesto una realidad incómoda. Buena parte de los ecosistemas de nuestro país está descompensada, generalmente, por la falta de grandes depredadores que la controlen.

Especialmente dramática es la situación del lobo ibérico, un depredador capaz de dar caza a los jabalíes. Se calcula que en dos años la población de jabalíes en España ha pasado de ser de medio millón de ejemplares a 2,4 millones. Pero el lobo ibérico está estancado.

En el censo de 2012-2014 se registraron 297 manadas, en el de 2021-2024, presentado en el pasado verano, se contaron 333. "Que en 10 años haya unas pocas decenas más de manadas es poquísimo, el mapa está prácticamente igual a como estaba entonces".

Así lo explica Isabel Salado, bióloga e investigadora en la Estación Biológica de Doñana que trabaja en la conservación del lobo ibérico. Salado cuenta que en Alemania el lobo se llegó a extinguir, pero en 20 años han conseguido que se establezcan 200 manadas.

Explica que la población del lobo está concentrada en el noroeste de la península, que tuvo un declive en el siglo XX, llegando al mínimo en la década de 1970, y ahora remonta de forma tímida. "De hecho, en Cataluña lleva 100 años sin estar establecido", asegura Salado.

Sin embargo, se sabe que en el siglo XIX el lobo vivía en Cataluña y la zona de Pirineos. Si se restablece ahí, y en otros lugares como el sur de España, la cadena trófica recuperaría una importante pieza que permitiría mantener un mayor equilibrio de poblaciones.

Cataluña es un enclave fundamental ya que está en contacto con la frontera con el resto de Europa. Además de pocos, Salado sostiene que hay poca diversidad genética en los lobos de España, es decir, son muy endogámicos y esto es malo para su pervivencia.

"Ahora mismo hay, que sepamos, una sola manada reproductora de lobo alpino en Cataluña", explica Salado, que añade que es muy bueno que entren nuevas especies de lobo para que se mezclen con las nuestras y aumente la variedad genética.

Sin este gran depredador, los jabalíes han encontrado en España una gran oportunidad para reproducirse sin control. Aunque otros factores también han contribuido al éxito de su especie y de otras como los ciervos y otros animales emparentados.

Desquilibrio ecológico

¿Es la falta de lobos la consecuencia de la vuelta de la peste porcina africana a los jabalíes españoles? "No diría tanto, pero desde luego es uno de los factores que lo ha facilitado", comenta Rocío Tarjuelo, investigadora del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN).

"Cuantos más animales haya en una superficie cuadrada, más contacto tienen entre ellos y más fácil es que se transmita la enfermedad", continúa Tarjuelo. "Ahora la principal causa de muerte de los jabalíes es la caza que ejercen los humanos, pero no es suficiente".

Tarjuelo explica que, aunque puede ser útil, la caza es para los humanos una actividad de ocio y, en este caso en el que es necesario controlar la población de jabalíes, habría que cazar con un plan, de una manera, por decirlo de alguna manera, más quirúrgica.

"Hay que dejar que las autoridades trabajen con los científicos porque ahora no va a servir de nada, simplemente, soltar lobos", asegura Tarjuelo. Lo que sí pide es que esta crisis sirva para tomar conciencia de la importancia que tienen las manadas de lobo.

Tanto Salado como Tarjuelo coinciden en que el lobo ibérico se ha utilizado como arma política. En 2021 se catalogó como una especie protegida y en el pasado mes de marzo se ha vuelto a desproteger, aunque afirman que no había motivos para hacerlo.

"Varias comunidades autónomas están eliminando ejemplares cuando las poblaciones de lobo siguen siendo inestables", señala Salado. "Para que una manada se reproduzca se tienen que establecer, tener recursos… no tienen tanta facilidad como el jabalí".

Es decir, mientras que el jabalí se puede reproducir sin control si las condiciones son buenas, el lobo se autorregula más. No es una especie popular porque en ocasiones puede llegar a atacar el ganado y ciertos colectivos exigen un control intenso sobre ella.

Pero la caza del lobo es compleja. "Nunca sabes a qué lobo matas, puedes eliminar al macho o a la hembra alfa y romper los vínculos de la manada. Esto puede llevar incluso a que se produzcan los temidos ataques al ganado", apunta Tarjuelo.

Los grandes depredadores como los lobos o los osos cazan en muchas ocasiones a las presas más sencillas. Es decir, las crías y los animales enfermos. "Saben qué animales están enfermos y más indefensos. Eso reduce el riesgo de tener fauna silvestre con enfermedades que puedan transmitirlas a animales domésticos", sostiene Salado. 

"Al lobo ibérico se lo estamos poniendo muy difícil", señala Tarjuelo. "Las cifras actuales no indican que pueda cazarse sin poner en riesgo su supervivencia y en España hay otros depredadores, como linces o zorros, pero no pueden cazar presas tan grandes como los jabalíes".

Salado y Tarjuelo afirman que no sólo es la baja población de lobos lo que ha disparado la población de jabalíes, sino que la despoblación de las zonas rurales ha aumentado la zona de matorral, donde encuentran su hábitat natural.

Tarjuelo además explica que el jabalí es un tipo de ungulado "muy atrevido" y se acerca con facilidad a las poblaciones. "Claro, son omnívoros y se sienten atraídos por nuestros restos de alimentos en la basura o la comida que dejamos a los gatos", cuenta Salado.

La aparición de una enfermedad es una de las consecuencias más graves que puede tener la desestabilización de un ecosistema, pero no la única. Ambas investigadoras insisten en la necesidad de que España se tome más en serio la sanación de sus ecosistemas naturales.