Fumata blanca.
Cómo se hace la fumata blanca que ha anunciado a León XIV: la química que esconde la chimenea del Vaticano
Las fumatas blancas y negras comenzaron a finales del siglo XIX, pero desde entonces se han ido perfeccionando con nuevos químicos.
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La esperada fumata blanca ha sido avistada este jueves a las 18 horas en la plaza de San Pedro de la Ciudad del Vaticano. Después de tres fumatas negras, el mundo ha vuelto a conocer la llegada de un nuevo líder para la Iglesia católica de esta tradicional manera. Este código se implantó con el cónclave de 1878 que se saldó con la elección de León XIII, pero sólo a partir de 1996 fue recogido en las normas que dictan cómo debe hacerse el anuncio.
El humo siempre procede de los votos de los cardenales, que son quemados en una estufa. Pero, ¿cómo puede lograrse el efecto del color? La respuesta se encuentra en la química. La chimenea por la que sale el humo se hunde en el edificio y después se bifurca en dos estufas, una para quemar los votos y otra para añadir unos aditivos que son los que colorean el humo. Estos aditivos se usan tanto para la fumata negra como para la blanca.
En un principio, la fumata negra sólo estaba provocada por los papeles de los votos, porque el humo resultante es oscuro. Sin embargo, no siempre era lo suficientemente oscuro y en algunas ocasiones se confundía la coloración. Se utilizan entonces cartuchos de pirotecnia con antraceno, muy rico en carbono, y que por lo tanto cuando se quema produce hollín y, por tanto, una fuerte coloración oscura.
Sin embargo, lo realmente complicado es que el humo del papel llegue y se torne blanco y, para ello, se han usado diferentes compuestos. En un primer momento, se utilizó la paja húmeda que conseguía que la chimenea expidiera un humo blanco debido a la presencia de vapor de agua. Pero este combustible no siempre ha conseguido aportar la suficiente intensidad al blanco y también ha dado lugar a confusiones sobre la tonalidad.
Por esta razón, en los últimos años se han añadido cartuchos de sustancias como el clorato de potasio, la colofonia y la lactosa. De la combustión de estos productos surge el vapor de agua y las moléculas de dióxido de carbono que permite el color blanco que este jueves han anunciado el comienzo del nuevo papado de León XIV.