Simulación del tsunami que recorrió el Planeta tras el impacto del meteorito de Chicxulub.

Simulación del tsunami que recorrió el Planeta tras el impacto del meteorito de Chicxulub. AGU Advances, 2022.

Ciencia Geología

Así fue el tsunami causado por el asteroide que arrasó a los dinosaurios: 30.000 veces mayor que el de 2004

Una investigación traza los efectos del meteorito que arrasó tres cuartas partes de las especies de plantas y animales en el mundo.

5 octubre, 2022 03:18

Los dinosaurios dominaron la Tierra entre 160 y 180 millones de años, aproximadamente, hasta que su era llegó a su fin. Aunque el proceso concreto de extinción todavía sigue siendo objetivo de debate, las últimas investigaciones confirman que la desaparición de los no avianos sólo puede ser plausible por el largo invierno que sobrevino tras el impacto de un asteroide, el cual erradicó sus hábitats en todo el mundo, como dejaba claro una investigación publicada por PNAS.

La huella de aquel asteroide se deja ver hoy en día en el cráter Chicxulub, en Yucatán (México), aunque realmente verlo es complicado porque está enterrado bajo cientos de metros de sedimentos que se han ido acumulando. Su pista poco a poco nos va dejando nuevos datos de aquella extinción. Por ejemplo, en febrero de este 2022 un trabajo publicado en Nature aseguraba que el asteroide llegó a la Tierra un día de la primavera boreal.

A ese dato se suma la reciente investigación que se publica en la revista AGU Advances y que ha logrado llevar a cabo una simulación aproximada de los efectos que tuvo en la Tierra el impacto de este meteorito. Según se desliza, acabó con casi todos los dinosaurios y con, aproximadamente, tres cuartas partes de las especies de plantas y animales. Además, también confirma que provocó un tsunami, uno mucho mayor del que se había pensado hasta ahora, con olas de más de un kilómetro y medio de alto.

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"Este tsunami fue lo suficientemente potente como para agitar y erosionar sedimentos en las cuencas oceánicas del otro lado del mundo", explica la autora principal del trabajo, Molly Range, investigadora de la Universidad de Michigan. 

Según ha calculado junto a su equipo, la energía inicial del tsunami fue hasta 30.000 veces mayor que la del tsunami que tuvo lugar en el océano Índico en diciembre de 2004, considerado uno de los más grandes de la historia y que, desgraciadamente, acabó con la vida de más de 230.000 personas. Las cifras encajan con las estimaciones sobre la potencia con la que impactó el asteroide, equivalente a la de 10.000 millones de bombas atómicas como la de Hiroshima.

Simulación tsunami causado por el meteorito que arrasó a los dinosaurios. María P. Bonmatí

En base a las simulaciones realizadas por el equipo de la Universidad de Michigan, el tsunami se diseminó principalmente hacia el este y noreste del Atlántico Norte y hacia el suroeste, rumbo al sur del océano Pacífico, atravesando la extinta vía marítima centroamericana (un cuerpo de agua que solía separar América del Norte y América del Sur y que, según las últimas investigaciones, se cerró, aproximadamente hace 15 millones de años).

Mientras, las zonas del Atlántico Sur, el Pacífico norte, el océano Índico y el Mediterráneo quedaron más protegidas de los efectos del tsunami.

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Para llegar a estas conclusiones, el geólogo de la Universidad de Míchigan Ted Moore, otro de los autores de la investigación, analizó los tipos de registros geológicos que existen entre los sedimentos marinos de estas zonas. La finalidad era buscar aquellos que se correspondían con la extinción masiva del Cretácico-Paleógeno (K-Pg) y ver cómo de completos estaban. Cuantas más secciones completas correspondientes al K-Pg, menos probabilidades había de que esa zona hubiera sido afectada por el tsunami y viceversa.

Confirma la importancia global

Eso es lo que permitió al equipo obtener lo que creen que es uno de los hallazgos "más relevantes" de la investigación: afloramientos de sedimentos del K-Pg intensamente alterados e incompletos en las costas orientales de Nueva Zelanda, que están a más de 12.000 kilómetros del lugar de impacto de Chicxulub.

Originalmente, se pensaba que los sedimentos encontrados en Nueva Zelanda no tenían nada que ver con meteorito, pero dada la edad en la que estaban datados y su ubicación en la trayectoria del tsunami, los investigadores sospecharon de un origen diferente. "Pensamos que estos depósitos están indicando los efectos del tsunami y ésta es, quizás, la confirmación más categórica de la importancia global que tuvo este suceso".

Basándose en los hallazgos geológicos, los investigadores reconstruyeron los efectos del impacto del asteroide, de 14 kilómetros de diámetro y que viajaba a 12 kilómetros por segundo. Según estiman, ya sólo dos minutos y medio después del golpe, se habría formado una gigantesca ola de 4,5 kilómetros de altura. Tras eso, a los diez minutos y a 220 kilómetros, una ola de tsunami de más de metro y medio de altura, en forma de anillo, se propagaba hacia el exterior y comezó a recorrer el océano en todas direcciones.

Así concluyen: una hora después del impacto, ya se había extendido fuera del golfo de México, hacia el Atlántico Norte. Cuatro horas más tarde, las olas habían atravesado la extinta vía marítima centroamericana hacia el Pacífico. Tras veinticuatro horas, las olas habían cruzado ya la mayor parte del Pacífico, desde el este, y del Atlántico, desde el oeste, entrando al Índico por ambos lados. 48 horas después del impacto, las olas del tsunami habían llegado ya a la mayoría de las costas del mundo.

A pesar de que los investigadores no han hecho cálculos sobre la magnitud de estas inundaciones, se cree que las olas del golfo de México habrían superado los 100 metros, mientras que en el Atlántico Norte y en partes de la costa del Pacífico de Sudamérica podrían haber alcanzado los diez metros.