Hay quienes no conciben la Semana Santa sin su dulce más característico, las torrijas. Un postre que antiguamente era elaborado con la finalidad de aprovechar el pan que sobraba en cada casa y, fundamentalmente, en aquellas en las que primaba la pobreza, y que posteriormente se convirtió en un plato muy común en épocas de ayuno, como la que marca la Semana Santa, al considerase perfecto por su elevado aporte energético. 

Hoy estas han cobrado un protagonismo casi a la altura de las procesiones y actos religiosos más destacados de estos días. Tanto, que una gran parte de la sociedad española aprovecha estas fechas, caracterizadas también por las reuniones familiares, para endulzar las comidas o cenas con este delicioso postre tan representativo, ya no solo de la semana de Pasión, sino también de la gastronomía española. 

Si bien, con el paso del tiempo, su receta ha ido evolucionando, hasta el punto de que hoy podemos encontrar una gran variedad de torrijas, bañadas hasta en chocolate, vino, anís e incluso crema. Pese a ello, afortunadamente, todavía sigue primando la elaboración original, aquella que nunca defrauda y que sigue conquistando hasta los paladares más exigentes con tan solo siete ingredientes básicos. 

Por todo ello, si eres de los que siempre ha preferido la torrija de toda la vida, presta atención, porque desde EL ESPAÑOL - Noticias de Castilla y León te enseñamos cómo hacer las torrijas más deliciosas paso a paso. Lo mejor es que se trata de una receta tan rápida como sencilla.

INGREDIENTES:

- Pan de torrijas
- Leche
- Tres huevos
- Un limón
- Canela en rama
- Canela en polvo
- 5 o 6 cucharadas de azúcar
- Aceite de oliva
- Miel

ELABORACIÓN

El primer paso es calentar la leche y la corteza del limón en una cazuela pequeña hasta que comience a hervir. Entonces, habrá que bajar el fuego y dejarlo conocer cinco minutos. Durante ese tiempo, podremos aprovechar para ir cortando rodajas de pan y colocarlas en una bandeja. 

Así, una vez cocida la leche, la verteremos sobre la bandeja, consiguiendo que las rebanadas queden completamente empapadas por ambos lados, por lo que hay que darlas la vuelta una a una, para que así todos los lados queden cubiertos. 

Acto seguido, procederemos a batir los huevos y, tras ello, introduciremos en él cada una de las rebanadas. El siguiente paso será freírlas en una sartén, calentada previamente a fuego lento con aceite. 

Finalmente, cuando las torrijas ya estén fritas, las colocaremos en un plato con papel de cocina para que así expulsen el exceso de aceite. Entonces, solo quedará añadir el toque final, un pequeño chorro de leche por encima y un chorrito de miel para darles ese toque dulce que tanto gusta.