
Carlos González con su premio de empresario del año
De camarero en El Cuadro a empresario de éxito con su negocio: "Soy un fanático de mi trabajo"
Sus más de 22 años al frente de un negocio que crece año a año le han hecho ser nombrado empresario del año dentro de la hostelería por la Facultad de Comercio de Valladolid.
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Carlos González Puertas es un vallisoletano que desprende alegría. Más aún después de que la Facultad de Comercio de la Universidad de Valladolid le haya nombrado empresario del año dentro del sector de la hostelería.
A base de esfuerzo y mucho sacrificio ha sacado adelante un negocio que cuenta ya con 22 años de historia. Conocemos la historia de un empresario de éxito que habla en esta entrevista con EL ESPAÑOL de Castilla y León.
La vida de Carlos
“Me defino como una persona normal y corriente. Dedicada a su familia, amigos y a su negocio. Soy un trabajador y un fanático de mi trabajo”, asegura Carlos González Puertas, en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León.
Nació hace 46 años en el barrio de Las Batallas de Valladolid hasta que tenía 16. Después pasó por La Farola, más tarde por Parquesol, para finalmente aterrizar en el municipio vallisoletano de Arroyo de la Encomienda.
Estudió en el Colegio de La Salle. Era un niño “bastante extrovertido” y siempre vinculado al mundo del balonmano. Creció y lo de salir con sus amigos por zonas míticas de la ciudad del Pisuerga como Campus, Mambo y El Cuadro, nunca se lo perdió.
“Cuando era pequeño siempre quise ser policía o militar, pero tuve una lesión de rodilla y me dijeron que no era apto para hacer la carrera. Insistí en casa tanto que me llevaron al Hospital de Burgos para pasar reconocimiento, pero me tiraron para atrás”, confiesa.
Ese no era su destino. El futuro le tenía guardado brillar como empresario y dentro del mundo hostelero.

Carlos trabajando
Un hostelero de corazón
“Con 16 años entré a trabajar en distintos bares de El Cuadro. Al principio de Relaciones Públicas y, luego, detrás de una barra. Me divertía un montón, conocí a mucha gente y algún ligue me apunté”, explica.
Fue el 1 de julio del año 2003 cuando abrió su negocio. Una conocida pizzería que lleva el nombre de Ubi de La Vega. Por aquel entonces, Arroyo de la Encomienda tenía menos de 2.000 habitantes.
“Nadie daba un duro por nosotros. El local era perfecto. No teníamos vecinos ni arriba ni a los lados. Con un parque, fácil aparcamiento y una zona segura. Un lugar ideal”, apunta Carlos que señala que los inicios “fueron duros”.
22 años después la cosa ha cambiado mucho en el negocio, pero no para nuestro entrevistado al que le gusta ser el primero que llega y el último que se va.
“Para mí, el negocio, es como un hijo al que vas viendo crecer y evolucionar. Es el sustento de mi familia y damos trabajo a un total de 14 personas. Es una gran responsabilidad”, añade Carlos.
Empresario del año
Nuestro protagonista ha sido elegido empresario del año dentro del sector de la hostelería por la Facultad de Comercio de Valladolid que celebra un certamen anual para elegir a los mejores de cada curso en diferentes sectores.
“Para mí la hostelería es el trabajo ideal. Es sacrificado, pero todos los empleos lo son en una u otra manera. Es un gremio muy reconfortante. La hostelería de Valladolid es muy bonita y hay un gran ambiente de compañerismo. Todos nos queremos y respetamos”, añade.
Como empresario destaca que le gusta que su equipo esté “bien y contento” y explica que “intenta satisfacer las necesidades de los empleados” y que “se quita de él para dárselo a ellos”.
“El comité del certamen elige a varios empresarios de Valladolid. Se ponen en contacto con ellos para saber si aceptan la nominación. Si lo aceptas, tienes que rellenar varios informes para saber si reúnes los requisitos”, explica Carlos sobre su nominación hablando del premio.
Después “se eligen a tres que son las opciones de voto del jurado compuesto por empresarios, representantes de distintas asociaciones vinculadas al comercio, políticos, etc.”, añade.

Carlos con su premio
“Ganar este premio supone para mí una alegría enorme. Que te premien por lo que más te gusta es un orgullo. Este premio no es solo mío. Es un premio al Ubi. A los que están detrás de este nombre, a todo el equipo humano que trabaja día a día. Ellos son los que hacen grande al negocio. Al final, el premio es de ellos”, añade.
El futuro
El premio supone un empujón para seguir adelante y dar valor a todo el esfuerzo que, tanto él como su equipo, han realizado a lo largo de los últimos años.

Imagen del premio de Carlos González
“El futuro profesional lo veo bien. Estoy rodeado de un gran equipo. El futuro personal lo veo tranquilo. Tengo una mujer maravillosa que me entiende, apoya y aguanta mis locuras. Y unos hijos de los que estoy orgullosísimo. No puedo pedir más”, afirma.
El objetivo de Carlos, mirando al futuro, pasa por “seguir al mismo ritmo que ahora” para “intentar hacer las cosas bien” y que cada cliente que llegue hasta su negocio hostelero “se sienta especial y cómodo”.
Seguro que lo consigue a base de trabajo y mucho esfuerzo.