Vuelve la psicosis: el agua comienza a escasear en los supermercados abiertos

Vuelve la psicosis: el agua comienza a escasear en los supermercados abiertos ICAL

Valladolid

Vuelve la psicosis: el agua comienza a escasear en los supermercados abiertos

Algunas medianas superficies cierran sus puertas ante el apagón eléctrico y otros permanecen abiertos gracias a los generadores.

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Momentos que recuerdan lo vivido al inicio de la pandemia del COVID. El apagón eléctrico que ha afectado a la mayor parte del país ha provocado, otra vez, una psicosis entre la población, con muchos ciudadanos que han acudido a los supermercados en busca de comida pero, sobre todo, agua. Minutos antes de las 14 horas, el Mercadona de la avenida de Burgos en Valladolid registraba colas de clientes para poder llevarse garrafas de agua de seis litros. Una imagen que se repetía en otros establecimientos como Aldi y Tifer, que aún permanecían abiertos, ya que otros de cadenas como Gadis y Lidl decidieron cerrar las puertas de sus supermercados de esa zona ante la falta de suministro eléctrico.

Sergio, un empleado de Mercadona, no da abasto en reponer los palés de agua. “La gente se pone muy nerviosa”, apuntaba, después de haber presenciado hace un rato gente a empujones para llevarse unas garrafas de agua. Y eso que trataba de tranquilizar a los clientes que hay mucha más agua en el almacén. “Es algo difícil de explicar porque se desconoce el tiempo en que fallará la electricidad”, añadía.

Otra fotografía que pudo comprobar la Agencia Ical en el mismo Mercadona es las cámaras tapadas con una persiana térmica, que impedía la venta de productos como fiambres, embutidos y quesos. “Se ha ido la luz hace más de 20 minutos y no se garantiza la cadena de frío”, apuntaba otra trabajadora a una clienta. De ahí que muchos carros fueran cargados de tarros y latas de comida que no requiere ser calentada.

Otro empleado en caja trataba de tranquilizar a los clientes al apuntar que algunos puntos de España habían empezado a recuperar el suministro eléctrico, por lo que era previsible que la luz llegara a Valladolid en poco tiempo.

Una trabajadora de la sección de Charcutería del Tifer de la avenida de Burgos manifestó que, de momento, permanecían abiertos mientras aguantaran los generadores eléctricos. Eso sí, mostraba su temor a que, si el corte se prolongaba, habría problemas para mantener el frío de los alimentos perecederos. Y es que, a esas horas, nadie sabía cuándo se podría restablecer el suministro de electricidad.

En otros supermercados más pequeños, solo se vendía pan, ya que al acceso al interior estaba prohibido. Los empleados se situaron a las puertas de los establecimientos con barras de pan, que solo podían abonar en efectivo. En el Mercadona, se permitía el pago con tarjetas físicas aunque había problemas con el teléfono móvil.

Las numerosas gasolineras de la avenida de Burgos también permanecieron cerradas ante la imposibilidad de suministrar carburante. “No hay electricidad en toda España”, declaró el encargado de la estación de La Estrella de Quatar, mientras dos conductores esperaban junto a los surtidores.