Íñigo y Mauricio Gamazo, de la Ganadería El Raso de Portillo

Íñigo y Mauricio Gamazo, de la Ganadería El Raso de Portillo Fotografía: ICAL / Miriam Chacón

Valladolid

La brillante historia de la ganadería familiar más antigua de España: está en Valladolid con dos hermanos al frente

Recibirán el Premio de Castilla y León de Tauromaquia 2024 por su reconocida labor y años de trabajo.

Más información: Una de las ganaderías más antiguas de España se lleva el Premio Castilla y León de Tauromaquia 2024

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La ganadería ‘El Raso de Portillo’ pasa por ser el vivo reflejo de la más antigua tradición taurina en Castilla y León. De hecho, está considerada una de las más antiguas de España en un hierro que ancla sus raíces en el siglo XV y que, desde el año 1880, es gestionado, de generación en generación, por la familia Gamazo.

Su larga trayectoria, y también el prestigio ganado en Francia por lo que tiene que ver con la bravura de su ganado y su contribución a la promoción de la cultura del toro, en especial el conocimiento del ganado en su entorno e iniciativas como su bolín taurino anual para jóvenes promesas del toreo, le han servido para llevarse el Premio de Castilla y León de Tauromaquia 2024.

Será el Centro Cultural Miguel Delibes de Valladolid el que acogerá la ceremonia de entrega de los Premios Castilla y León 2024, en su 41.ª edición. Un acto en el que el Gobierno autonómico reconocerá tanto el trabajo como la dedicación de aquellas personas, grupos o entidades que, con su labor e implicación, representan los valores más destacados de la Comunidad.

Mauricio e Íñigo Gamazo son, en la actualidad, los que llevan las riendas de este negocio familiar que está asentado en una finca de 850 hectáreas, ubicadas en medio de humedales y pinares en el entorno de los ríos Duero y Cega. En una zona incluida en la Red Natura, que se extiende por los términos municipales de Boecillo, Aldeamayor de San Martín y también en la Pedraja de Portillo.

Los hermanos Íñigo y Mauricio Gamazo, responsables de la ganadería El Raso de Portillo

Los hermanos Íñigo y Mauricio Gamazo, responsables de la ganadería El Raso de Portillo Fotografía: ICAL / Miriam Chacón

Nuestra ganadería está documentada en el siglo XV. La cronología es: entre 1880 y 1919 está Trifino Gamazo al frente. De 1919 a 1948 Germán Gamazo. De 1948 a 1969 José María Gamazo, hermano de Germán e hijo de Trifino. Desde 1969 hasta 2014 la generación de mi padre, Íñigo, y sus hermanos. Y desde 2014 mi hermano Íñigo y yo, como representantes del resto de la familia", asegura Mauricio.

“Se trata de una ganadería familiar que nace entre Boecillo, Aldeamayor de San Martín y La Pedraja de Portillo, que es donde nos seguimos ubicando en la actualidad”, añade Íñigo a este periódico.

Mucho trabajo y dedicación para que casi 150 años después, esta ganadería siga con vida y ganando premios, muy merecidos.

Tienta en la ganadería El Raso de Portillo

Tienta en la ganadería El Raso de Portillo Fotografía: ICAL / Miriam Chacón

La “más antigua de España”

Nuestra ganadería está considerada la más antigua de España. Ahora contamos con 500 cabezas de ganado, tanto de lidia como de carne, que vendemos a clubes taurinos, empresarios, ayuntamientos y a asociaciones de aficionados”, asegura Mauricio Gamazo.

Para los dos hermanos su ganadería es “tradición” y “una forma de vivir el mundo de la tauromaquia”, y destacan la labor que hay detrás y el trabajo de una familia que, con mucho sudor, saca su negocio adelante.

Una ganadería que es una de las joyas de la provincia de Valladolid por esta dilatada historia y por todo el significado que tiene en el lugar.

Los hermanos Íñigo y Mauricio Gamazo, responsables de la ganadería El Raso de Portillo durante una tienta

Los hermanos Íñigo y Mauricio Gamazo, responsables de la ganadería El Raso de Portillo durante una tienta Fotografía: ICAL / Miriam Chacón

El premio, un orgullo

Queremos recalcar que el Premio de Castilla y León de Tauromaquia 2024 no es solo por la labor de nosotros dos. Es un premio a El Raso de Portillo, a un total de casi 150 años de trayectoria”, aseguran tanto Íñigo como Mauricio que no quieren restar importancia a la labor de sus antepasados, al revés, apuntan "queremos dársela toda".

Para ambos, este premio supone un “orgullo y un empujón para seguir haciendo las cosas bien” en un trabajo que “es laborioso y que requiere de mucho esfuerzo y dedicación”, que de eso sabe mucho la familia.

“El objetivo y el deseo que nos marcamos pasa por seguir mejorando y mantener nuestra ganadería y que, cuando nosotros lo dejemos, nuestros familiares sigan manteniendo el legado”, finalizan los hermanos.

Una ganadería única e histórica que brilla en la provincia de Valladolid.