Óscar García a las puertas de El Pescador de Villagarcía

Óscar García a las puertas de El Pescador de Villagarcía

Valladolid

La empresa vallisoletana con 20 años de historia que vende sus sabrosas sardinas ahumadas a Hong Kong y Nueva York

El dueño tuvo que luchar mucho en sus inicios para convertir su proyecto en una iniciativa de éxito

23 mayo, 2024 07:00

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El Pescador de Villagarcía pasa por ser una empresa familiar de Valladolid que está especializada en la elaboración propia de productos artesanales. Destacan sus deliciosas sardinas ahumadas. Distribuyen, además, productos delicatessen que son elaboradas a partir de procesos artesanales, sin ningún tipo de conservantes artificiales. La selección rigurosa de los más exclusivos productos gourmets les permite trabajar en restaurantes de toda España.

Al frente de una compañía, que se ubica en la calle Francisco Umbral número 17 de Valladolid, está Óscar García Villa, un pucelano de los de toda la vida que, a base de mucho trabajo, ha conseguido que su empresa sea todo un éxito.

Vende sus famosas sardinas a muchos restaurantes de España y el sabor de un producto exquisito ha traspasado las fronteras de nuestro país.

El apoyo de su pareja

“Soy un trabajador que empezó vendiendo productos de alimentación que elaboraban otros fabricantes. Un día di un paso adelante y me convertí en fabricante de sardinas comenzando a vender mis propios productos”, asegura, en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León, Óscar García Villa.

Este vallisoletano, de 56 años, pone en marcha el negocio en el año 2004. Conoció a su actual pareja que, como nos confiesa, “le animó a emprender esta aventura” que se ha convertido, con el paso de los años, en un auténtico éxito.

“Empecé solicitando un crédito para alquilar una nave y acondicionarla para elaborar nuestros productos.Fueron días muy estresantes, pero, con el paso del tiempo, se ha constatado que tomé una decisión acertada”, apunta nuestro entrevistado.

Óscar en su empresa

Óscar en su empresa Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León

Sardinas ahumadas en Nueva York o Hong Kong

“La sardina ahumada es un producto con grandes cualidades por lo que, además de su excelente sabor, contiene numerosos nutrientes siendo uno de los productos más completos en cuanto al aporte de vitaminas y minerales se refiere. Las ventas fueron un éxito desde muy pronto, por lo que pudimos crecer y contar, cada vez, con más clientes”, añade el dueño del negocio.

El Pescador de Villagarcía comenzó trabajando con “establecimientos como restaurantes y tiendas que apostaron por nosotros”, añade nuestro protagonista. La fama de ser “un producto de calidad” aumentó para agrandar el espectro y distribuir por toda España. “Hoy en día, nuestras sardinas y productos se venden en mercados tan remotos como Nueva York o Hong Kong”, asegura.

Para comercializar este producto de calidad destaca la “rigurosidad de la selección de la materia prima”. Para ello, se “desplazan a los puertos de toda España en busca de lo mejor”. Desde El Pescador de Villagarcía eligen lo mejor para dar lo óptimo a sus clientes dentro de todo el globo terráqueo, como vemos.

“Está mal que yo lo diga, pero nuestros clientes aseguran que es la mejor sardina que han probado nunca”, confiesa Óscar.

Imagen de las sardinas

Imagen de las sardinas Fotografia cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León

Optimista con el futuro

“Contando con las mejores sardinas de las costas, que están muy ricas y que son buenas para el desarrollo muscular, que ayudan a reducir el colesterol y que cuentan con un gran contenido en calcio para fortalecer los huesos, solo podemos ser optimistas mirando al futuro”, añade el dueño de El Pescador de Villagarcía.

Una compañía que cuenta con poco más de 20 trabajadores y que presume de este suculento producto que se puede tomar directamente, pero también disfrutar de muchas otras formas como en tostas, ensaladas y platos más elaborados.

 “Lo primero que queremos siempre es mantener lo conseguido. Una vez logrado, si se puede crecer, adelante, pero siempre de forma sostenible. Queremos dar pequeños pasos pero firmes y seguros que nos permitan mantener nuestra identidad como producto artesanal, elaborado a mano, con cariño y paciencia, que es como se hacen las cosas buenas”, finaliza nuestro protagonista.

Otro claro ejemplo de una empresa de éxito con acento vallisoletano.