Trama criminal que extorsionaba a personas que solicitaban servicios de prostitución

Valladolid

Una denuncia en Valladolid destapa el 'Timo del sicario', una trama que amenazaba a quienes solicitaban servicios sexuales por Internet

Un aterrador método con el que obtenían dinero de sus víctimas bajo amenazas y con datos sobre su vida privada

21 enero, 2023 11:29

La Guardia Civil ha logrado desarticular una banda criminal dedicada a extorsionar a personas que solicitaban servicios sexuales a través de Internet. La operación, bautizada como Calaveda, ha llevado a la detención de 22 personas e investigación de otras 18, todas acusadas de cometer al menos 65 delitos de extorsión mediante el método conocido como el 'Timo del sicario'.

El procedimiento consistía en amenazar a las víctimas con enviarles un sicario a su domicilio si no realizaban un pago económico. La investigación comenzó a finales del año 2021, tras una denuncia presentada en la Guardia Civil de Tudela de Duero, en la que una persona denunció haber recibido amenazas tras solicitar servicios sexuales a través de Internet con una prostituta. Tras esto, el hombre comenzó a recibir llamadas y mensajes con amenazas exigiendo dinero a cambio de no enviar al falso sicario.

Los agentes del Equipo @ de la Guardia Civil de Valladolid, encargados de liderar la operación, descubrieron que la banda estaba extorsionando a al menos 65 personas, investigando a fondo su vida privada a través de las redes sociales, encontrando información sobre su círculo cercano y situación laboral con el objetivo de extorsionar la mayor cantidad de dinero posible, para dar credibilidad a sus amenazas. Además, utilizaban fotos de perfil con un semblante amenazante, contenido escabroso y vídeos de personas encapuchadas empuñando armas de fuego. 

Madrid, Santander y Barcelona

Los detenidos y investigados se organizaban en tres estructuras localizadas en Madrid, Santander y Barcelona. Así, los componentes de cada grupo se dividían en distintas labores: tres eran los cabecillas que tomaban el rol de captadores de mulas y líderes de cada estructura local, 19 eran mulas económicas encargadas de recibir el dinero de las víctimas y realizar retiradas en efectivo, y el resto se encargaba de investigar a las víctimas y realizar las llamadas amenazantes.

La banda también utilizaba números de teléfono con origen tanto de España como de República Dominicana, con personas con acento latinoamericano en tonos amenazantes. Con estas tácticas, lograban que las víctimas pagasen grandes cantidades de dinero, tanto en efectivo como por transferencia bancaria, para evitar ser víctimas de un sicario.