Una vivienda pasiva en la urbanización El Peral, ubicada en Valladolid

Una vivienda pasiva en la urbanización El Peral, ubicada en Valladolid López Merino Arquitectos

Valladolid

Casas pasivas: confort y ahorro de energía al alcance de todos los públicos

La presencia de este tipo de viviendas en la urbanización vallisoletana de El Peral hace que sea la más eficiente de Castilla y León

20 agosto, 2022 07:00

La subida del precio de la energía y las nuevas medidas sostenibles que se comienzan a implementar refuerzan el concepto de viviendas 'pasivas', una tendencia a la que cada vez se suma más gente debido al confort que ofrecen y los bajos costes. Con el uso de paneles fotovoltaicos, las facturas de la luz se reducen más de un 90% con respecto al importe habitual.

Castilla y León comienza una transición hacia la sostenibilidad. A las medidas de emisiones y gastos energéticos se incluyen las 'Passive House', un modelo ya asentado en el centro de Europa y que tiene su origen en Alemania con la primera vivienda fabricada en el año 1991 por Peter Zumthor. Tras ello, cinco años después, se fundó el 'Pasivhaus Institut' en la localidad germana de Darmstadt, encargada de expedir los certificados de dichas residencias. 

Alberto Merino, arquitecto técnico en el estudio López Merino de Valladolid, está inmerso en la ejecución de 42 pisos. "'Passive house' es un estándar internacional de construcción que establece unos principios de como se tiene que hacer la vivienda para lograr unos objetivos". Y es que estas residencias tienen numerosas ventajas. "Se utilizan estrategias de producción de energía menos contaminantes", ha indicado Merino.

Alberto Merino en su estudio de arquitectura

Alberto Merino en su estudio de arquitectura

El precio de estos hogares oscila entre los 1.000 y 2.000 euros el metro cuadrado, un desembolso similar al de las viviendas tradicionales. "Se busca que la demanda energética sea muy pequeña. En una vivienda normal si consumes 100, en estas consumes 15. Supone un ahorro de más del 90% del importe con la energía solar fotovoltaica". La reducción del gasto se ha demostrado en las diferentes construcciones. "Hemos hecho edificios con un balance negativo a lo largo del año produciendo mayor energía que la que han consumido".

A pesar de ser especialistas en la materia, la documentación y la obtención del certificado requiere de tiempo y mucha paciencia. "Si haces un edificio bajo el estándar hay que demostrar las exigencias y, posteriormente, que sea aprobado por el instituto. Durante el desarrollo del proyecto tienes que estar en contacto con un certificador que te guía para estar adaptado a las exigencias. Cuando el proyecto está realizado conforme a lo que ellos piden, en la fase de ejecución hay que recopilar la documentación que demuestre que se cumple todo como los espesores de aislamiento, el hermetismo, etc".

Con respecto a los proyectos, el proceso es harto complicado. Los estándares van desde el 'Classic', Plus, Premium, 'Low Energy Building' al 'Enerphit', que corresponde a los hogares que buscan una transición integral de un domicilio tradicional a una casa pasiva. "Los requisitos son muchísimo más exigentes que los del código técnico de  edificación que se encuentran en la legislación española. No hay incompatibilidades. Puede haber problemas técnicos para adaptarte a la ley vigente, pero cumpliendo con lo otro. Por ejemplo, la campana estractora en la cocina que va a la cubierta en estas viviendas no se podría colocar, ya que romperíamos la hermeticidad".

La urbanización de El Peral, en Valladolid, se ha sumado a este formato siendo la más eficiente de toda Castilla y León. En la actualidad, se están construyendo 69 viviendas de las cuales algunas se encuentran en venta. "Te compras la parcela y pagas las pertinentes licencias. El coste de construcción en Valladolid se sitúa en el 50-55% del precio total. El incremento en una vivienda pasiva puede variar entre un 2 y un 6%", ha subrayado el aparejador.

El confort, la buena temperatura, la escasa humedad y el aislamiento sonoro atraen a un perfil "de clase media" a adquirir este tipo de viviendas en busca de la tranquilidad. Así, el gasto en la factura de la luz tiene una media de 300 euros al año, lo que permite amortizar el sobrecoste inicial "en ocho o nueve años".