La Semana Santa de Valladolid es una gran manifestación cultural que traspasa los límites de lo estrictamente religioso y toca la fibra de los que no solo buscan en ella un valor estético. Su imaginería, con pasos procesionales de imagineros de la talla de Gregorio Fernández, Pompeyo Leoni, Bernardo y Francisco del Rincón, Juan de Juni o Andrés Solanes, es digna de disfrutar y atrapa con su magia a vallisoletanos y turistas que acuden hasta la capital. No en vano está declarada de Interés Turístico Internacional.

Son días en los que, además de actividad religiosa, hay ocio en las calles de la capital y también de la provincia. Los bares y establecimientos hosteleros buscan recuperarse, poco a poco, en esta Semana de Pasión del “reencuentro”, tras dos años en los que los pasos no han podido salir a la calle por culpa del coronavirus.

“Estamos esperanzados porque la previsión, ahora, es buena. A ver si el tiempo nos acompaña porque es fundamental. Los expertos han dicho que las lluvias nos van a respetar. Estamos ilusionados con esta Semana Santa”, asegura Jaime Fernández, presidente de la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería de Valladolid.

“Prácticamente no hay sitio en Valladolid para comer el fin de semana”

“Los hoteles están rozando, prácticamente, el cien por cien de ocupación en Valladolid el Jueves, Viernes y Sábado Santo. El resto de los días siempre baja un poco y estamos, este martes 5 de abril, al 65-70% de ocupación”, confiesa el presidente de los hosteleros en declaraciones a EL ESPAÑOL – Noticias de Castilla y León.

Jaime Fernández, contento, no duda en apuntar que en la ciudad del Pisuerga “no hay prácticamente sitio para comer el fin de semana grande” aunque añade que en lo que a las cenas se refiere “sí que podemos encontrar todavía algo”. Todo se debe a que, como explica, los “hábitos de consumo han variado” ya que ahora el comensal “apuesta por la comida y por alargar la sobremesa” aunque, matiza, que “también están contentos con las reservas de cenas”.

“Además, el Jueves, Viernes y Sábado Santo, por las mañanas, la gente se queda en la ciudad para disfrutar y consumir. También acude a los pueblos de la provincia, lo que ayuda a dinamizar y a aumentar las ganancias del sector”, añade Fernández.

Una terraza en la Plaza Mayor de Valladolid

Tiempos pasados que fueron mejores

“Va a ser difícil que volvamos a la Semana Santa de hace tres años. Tiempos pasados fueron muy buenos pero ahora hay que vivir la vida actual. Son muchas circunstancias: el coronavirus, la subida de los impuestos, la de los suministros… es una situación muy complicada”, nos confiesa el presidente de APEHVA.

Y es que, aunque la previsión para esta Semana Santa sea buena, no hay que olvidarse de donde viene el sector hostelero. Según las cifras, la Asociación de Hostelería tenía censados unos 3.000 bares en la provincia a principios del 2020. Desde marzo de 2020, los cierres empezaron a ir en aumento llegando a contabilizarse, ese primer año, un 20%. A día de hoy son entre 2.600 y 2.700 los establecimientos que logran sobrevivir.

“Siempre es bueno que tengamos una Semana Santa en la calle y que la gente venga porque es un respiro para nuestro sector”, añade Jaime Fernández.

Jaime Fernández, presidente de la Asociación de Hostelería de Valladolid

Acciones con Ayuntamiento y Diputación de Valladolid

“Con Diputación y Ayuntamiento de Valladolid hacemos bastantes acciones. La colaboración de ambas con la asociación y con los hosteleros es muy importante y nos está ayudando mucho para salir de este bache”, añade el presidente de los hosteleros vallisoletanos.

Todas las instituciones están unidas, también este año, en la Semana Santa del reencuentro tras dos años de "semiparón". Las calles se engalanan para recibir a las mejores tallas mientras que la hostelería vallisoletana busca un empujón para afrontar los meses de verano, con las Fiestas de Valladolid en el horizonte, con un halo de optimismo tras años duros.