Leopoldo Herrero en su estación de servicio

Leopoldo Herrero en su estación de servicio

Valladolid

Una soga que aprieta, día a día: “La subida del precio de los carburantes produce unos efectos devastadores”

“Los usuarios se quejan de que no hay quién eche gasolina a los precios en los que está ahora”, asegura Leopoldo Herrero, dueño de una gasolinera ubicada en Valladolid

15 marzo, 2022 07:00

Leopoldo Herrero es el vicepresidente de FERECLAES (Federación Regional de Castilla y León de Asociaciones de Estaciones de Servicio), presidente de APES (Asociación Provincial de Empresarios de Estaciones de Servicio), en Valladolid y Palencia, y vicepresidente de Gestores de Estaciones de Servicio (AGES).

Además, es el dueño de una estación en Valladolid, concretamente en la A-62 con la N-620, en el punto kilométrico 117 y está viéndose también afectado por la subida en el precio de los carburantes.

“Llevamos con esta gasolinera 47 años, primero mi padre y ya en los años 90 me hice cargo de la misma tras trabajar, mano a mano, con él durante mucho tiempo. Ahora yo tengo 54 años y nunca había visto estos precios”, asegura Leopoldo, resignado, en declaraciones a EL ESPAÑOL – Noticias de Castilla y León.

Los clientes, en pie de guerra

“Los clientes se quejan de que no hay quién eche gasolina a estos precios. La subida produce unos efectos devastadores porque tenemos que vender muchos litros para seguir funcionando y ahora la gente echa menos”, asegura nuestro entrevistado.

Su gasolinera, CEPSA, cuenta con un total de seis trabajadores. “Llevamos teniendo pérdidas desde antes de la pandemia. La crisis por la guerra de Ucrania se une a la del coronavirus”, asegura el vicepresidente de FERECLAES que añade que, pese a todos los problemas “no ha despedido a nadie” pero “he tenido que reducir horarios para adaptarnos mejor a la situación”.

“De seguir los precios tan elevados nos las vamos a ver y a desear para mantener todos los puestos de trabajo”, asegura Leopoldo Herrero, que, sin embargo, sigue luchando para no anunciar despidos.

Un problema que viene de lejos

Nuestra gasolinera atraviesa una situación difícil desde que en Castilla y León se instauró el céntimo sanitario en el año 2012, perdimos muchísimas ventas por el efecto frontera en Castilla y León", nos explica el presidente de APES (Asociación Provincial de Empresarios de Estaciones de Servicio) en Valladolid y Palencia. "La modificación de la Ley de Hidrocarburos que aprobó el Gobierno en febrero de 2014, a través del ministro José Manuel Soria, fue otro batacazo para nuestros intereses”, añade.

Estas medidas acentuaron las pérdidas económicas, antes del coronavirus. También, la “puesta en marcha de las estaciones de servicio Low-cost” que “fue la puntilla”, explica. Valladolid es una de las provincias que “más gasolineras low-cost tiene” y que, con el paso de los años “se han incrementado provocando graves daños en estaciones como la suya”.

Tocando techo y medidas

Creo que en lo que a la subida de precios se refiere ya hemos tocado techo. La semana pasada se decía que el gasóleo iba a subir de los dos euros, pero creo que no vamos a llegar hasta ese extremo”, asegura nuestro entrevistado.

Este lunes, la subida del precio del gasóleo y de la gasolina en su estación se habían dado una tregua. Según nos informa el del diésel estaba el viernes, 11 de marzo, en 1,869 euros. El 14 del mismo mes en los 1,768 euros, diez céntimos menos. Mientras el de la gasolina estaba en los 1,879 euros el viernes a los 1,788 del lunes.

“Las medidas que pedimos al Gobierno central pasan por bajar, lo más rápido posible, el IVA a los carburantes. Que baje del 21 al 10%. Es un impuesto gravado sobre otro impuesto. Si se produjera esta reducción se notaría la bajada del precio de una forma más rápida”, finaliza el titular de esta gasolinera que pide medidas para contrarrestar esta subida.

El aumento del precio de los carburantes por la guerra de Ucrania hace que la soga al cuello de las estaciones de servicio de la Comunidad en general, y de Valladolid en particular, se tense cada día más. El conflicto repercute negativamente en el bolsillo de todos y en el bienestar económico de las familias.