La Enfermería ha sido una profesión tradicionalmente vinculada al sexo femenino. Este hecho, junto con la imagen distorsionada que se ha ofrecido desde los medios de comunicación, el cine o la publicidad, ha contribuido a que se convierta en una de las profesiones más estereotipadas que existen, según concluyen diversos estudios como el llevado a cabo por Elena Martín González, María Martín García y Pilar González Arrieta Pilar,  publicado en 2018 en la Revista Enfermería CyL, editada por el Consejo Autonómico de Enfermería.

Una de las principales conclusiones del citado estudio es que los medios de comunicación ofrecen una imagen sexista y reduccionista de la Enfermería; presentándola como una profesión femenina, subordinada a otros ámbitos sanitarios, enfocada al cuidado y muy lejos de la situación actual donde estos profesionales llevan a cabo una amplia gama de acciones y asumen tareas como la supervisión del paciente en el día a día, información y comunicación a  los pacientes y sus familias, promoción y educación para  la salud, así como investigación y seguimiento de tratamientos, entre otras.

En las últimas décadas la profesión de la Enfermería se ha desarrollado enormemente llegando a los más altos niveles académicos y hoy en día ya existen enfermeras especialistas después de 2 años como enfermeras internas residentes y doctoras. A pesar de ello todavía algunos sectores se siguen refiriendo a las enfermeras como ATS, un término anacrónico y mal utilizado ya que desde el año 1977 los Ayudantes Técnicos Sanitarios dieron paso a los Diplomados en Enfermería y después a los Graduados.

Además, este tipo de imágenes obvian la cada vez más importante presencia de hombres en la profesión. Por todo ello, desde el Colegio de Enfermería han pedido tomar conciencia de esta situación e invitamos a las empresas a su responsabilidad evitando ofrecer productos que perpetúan estos estereotipos.