La alcaldesa de Segovia, Clara Luquero, en el momento en que anuncia su dimisión

La alcaldesa de Segovia, Clara Luquero, en el momento en que anuncia su dimisión Nacho Valverde ICAL

Segovia

Lo que Clara Luquero ocultó al anunciar su renuncia a la Alcaldía de Segovia

El PSOE pretende popularizar la imagen de su sucesora a un año de las municipales

8 mayo, 2022 09:32

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El anuncio de dimisión de Clara Luquero (PSOE) como alcaldesa de Segovia conmocionó el pasado viernes el mundillo político regional. En una sorpresiva comparecencia pública, Luquero, emocionada, alegó motivos personales y familiares, tras 19 años en el Ayuntamiento de Segovia (ocho como alcaldesa) y pronunció frases como “hay que saber llegar y hay que saber irse”, que invitan a pensar que, tras su decisión, se ocultan otras razones de fondo. Y las hay, sin duda, y acaso más determinantes.

Su dimisión se hará efectiva en un pleno que se convocará a finales de este mes. La sucederá en funciones, provisionalmente, el primer teniente de alcalde, Jesús García Zamora, hasta que el consistorio elija a la que será su sucesora de hecho, Clara Martín, actual concejal de Urbanismo y Patrimonio.

El PSOE propondrá a Martín, pero su candidatura, igual que sucedió hace tres años con la propia Luquero, precisará los votos de otros formaciones, al menos los de Izquierda Unida y Podemos.

Es cierto que en el entorno familiar más cercano de la alcaldesa ha habido (y hay) serios problemas de salud y que estos pueden haber pesado, lógicamente, en su decisión. Sin embargo, no parece que sean la causa única ni la principal de su renuncia
La verdadera razón de su marcha parece responder más bien a una estrategia del PSOE de Segovia, que pretende que su sucesora, Clara Martín, futura candidata socialista a la alcaldía de la capital segoviana, disponga de un año antes de las elecciones municipales, previstas para mayo de 2023, para darse a conocer y concurrir a la cita electoral con mayores garantías.

Declive de Luquero

La situación de Clara Luquero, tras ocho años en la Alcaldía, era insostenible. Sus resultados electorales habían ido menguando en los sucesivos comicios. De los 12 concejales que obtuvo en 2015 bajó a 10 en 2019.

Sin mayoría absoluta, la legislatura municipal ha consistido en demasiados equilibrios y encontronazos con Ciudadanos, Izquierda Unida y Podemos, formaciones en las que ha tenido que apoyarse para poder seguir adelante.

Por el camino, unos cuantos tropiezos de bulto que han contribuido a minar aún más su popularidad política: Centro Logístico de la Defensa; el faraónico edificio de las Artes y la Cultura (CAT), que sigue sin funcionar a pesar de la gran cantidad de dinero invertida en él; el caso del perro electrocutado en una farola, etc.

Es decir, las cosas se han ido complicando de día en día, y el desgaste personal y político ha crecido en paralelo. En el PSOE segoviano se tenía la certeza de que no era ya la candidata adecuada para volver a optar a la alcaldía. Las encuestas internas realizadas por el propio PSOE sobre la opinión que los segovianos tenían sobre la gestión municipal constataban el declive de la otrora popular alcaldesa.

Así pues, había que buscar un recambio cuanto antes. Y es aquí donde se halla el meollo de todo el tinglado. Se barajaban tres delfines para sustituirla: Jesús García Zamora, actual primer teniente de alcalde; Clara Martín García, concejala de Urbanismo y Patrimonio, y Andrés Torquemada Luengo, segundo teniente de alcalde.

Finalmente, la partida por la sucesión la ha ganado Clara Martín. En su designación han jugado un papel decisivo dos personajes: su propio padre, Aurelio Martín González, un veterano periodista de Segovia, vinculado a El País, Agencia EFE, Grupo Promecal y Asociación de la Prensa de Segovia (APS), y el actual director de gabinete de Alcaldía, Ismael Bosch, unidos ambos tanto por su estrecha amistad como por intereses comunes.

Para Aurelio Martín es la gran oportunidad de poder ver a su hija como alcaldesa de Segovia, mientras que para Ismael Bosch supone garantizarse la continuidad en el puesto que mantiene actualmente, en el gabinete de la Alcaldía.

Cambios en comunicación

La operación política para sustituir a Clara Luquero y colocar en su lugar a Clara Martín tuvo un hito importante el 3 de diciembre de 2021, cuando, de manera inesperada y fulminante, la alcaldesa cesó a la jefa de comunicación y protocolo del Ayuntamiento, Yolanda Fernández, enfrentada con Aurelio Martín. Muchos sospechan que la sombra alargada de Ismael Bosch se ocultaba también tras aquella decisión.

El siguiente paso fue colocar en su lugar a Sergio Arribas Senín, un periodista de la máxima confianza de Aurelio Martín, con el que ha compartido tareas en diversos medios y en la Asociación de la Prensa de Segovia. Se cerraba así el círculo.

No hay que olvidar que Ismael Bosch es un militante socialista de amplia trayectoria política. Se inició en la vida política en las Juventudes Socialistas en 1989, y a partir de ahí ha ocupado numerosos cargos orgánicos en el PSOE regional y en diversas instituciones públicas: Arroyo de la Encomienda, Diputación de Valladolid, Cortes de Castilla y León…

Bosch desempeñó el cargo de director de gabinete de la Alcaldía de Segovia entre 2005 y 2007, en la etapa de Pedro Arahuetes. Volvió a asumir dichas funciones en 2019, con Clara Luquero de alcaldesa, tras abandonar inesperadamente el Ayuntamiento de Valladolid, por causas que desconocemos, donde desplegaba diversas labores de comunicación y asesoramiento para el alcalde socialista vallisoletano, Óscar Puente.

Según se apunta, la renuncia de Clara Luquero estaba acordada con el partido y se había planificado para que se llevará a efecto después del verano. Esas mismas fuentes señalan que, a cambio de su marcha voluntaria y sin ruido, recibirá el premio de algún trabajo alternativo, ya que la única trayectoria profesional que se conoce de la todavía alcaldesa se circunscribe exclusivamente al ámbito político. En el futuro se verá si este extremo es cierto o no.

Al anunciar su renuncia como alcaldesa el pasado viernes, Luquero leyó hasta donde era prudente leer. Los motivos personales que alegó son reales, sí, y le vienen muy bien para justificar dicha renuncia, pero tras su decisión subyace también una estrategia política del PSOE muy bien calculada.