La nueva fiscal general del Estado, Teresa Peramato, durante la recepción de un reconocimiento a su trayectoria en el Ayuntamiento de Salamanca el pasado 7 de marzo

La nueva fiscal general del Estado, Teresa Peramato, durante la recepción de un reconocimiento a su trayectoria en el Ayuntamiento de Salamanca el pasado 7 de marzo Ayuntamiento de Salamanca

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Teresa Peramato, del aula de la Universidad de Salamanca a la cima de la Fiscalía: "Es difícil ponerle un pero"

Fuentes del ámbito jurídico salmantino la definen como "una fiscal muy brillante" y se muestran convencidas de que "tiene un perfil perfecto" y de que contribuirá a calmar las aguas de un cargo rodeado de polémica.

Más información: El Gobierno propone a Teresa Peramato, cercana a Dolores Delgado y García Ortiz, nueva fiscal general

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El Gobierno de España ha elegido una jornada simbólica, el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, para anunciar el nombramiento de la salmantina Teresa Peramato como nueva fiscal general del Estado. El Ejecutivo iniciará este martes, tras el Consejo de Ministros, el proceso para designar a la reconocida fiscal, considerada una de las mayores expertas en la lucha contra la violencia sobre la mujer en España, a propuesta del Ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes.

Natural de Salamanca, casada, con 63 años de edad y una carrera de 35 como fiscal de primer nivel, Peramato cuenta, según el Gobierno de España, con el reconocimiento unánime de los operadores jurídicos. Su propuesta llega, además, apenas 24 horas después de la dimisión del polémico Álvaro García Ortiz, inhabilitado por dos años tras una condena del Tribunal Supremo por revelación de secretos en el caso del novio de Isabel Díaz Ayuso.

La lucha contra la violencia de género

Nacida en la capital salmantina en 1962, Peramato ingresó en la carrera fiscal en 1990, tras un breve paso por la abogacía y como letrada de la Administración de Justicia en excedencia. Su trayectoria es un recorrido ascendente por las fiscalías de Santa Cruz de Tenerife, Valladolid, Barcelona y Madrid, hasta consolidarse en las altas esferas del Ministerio Público. Desde 2018, ha servido en la Fiscalía ante el Tribunal Constitucional, gestionando recursos de amparo y cuestiones de inconstitucionalidad en materia penal y civil.

Pero es su dilatada experiencia en la lucha contra la violencia de género la que ha catapultado su presencia pública: considerada una de las grandes impulsoras de la especialización judicial en esta materia, ocupó entre 2021 y 2025 el cargo de fiscal de Sala contra la Violencia sobre la Mujer, y actualmente es fiscal de Sala Jefa de la Sección Penal del Tribunal Supremo, así como delegada para la Protección y Tutela de las Víctimas en el Proceso Penal.

La próxima fiscal general del Estado, además, estuvo en la génesis de un instrumento clave para poder luchar eficazmente contra la violencia de género al integrar el Grupo de Expertos del Observatorio Estatal de Violencia sobre la Mujer que elaboró el primero de sus informes anuales, en 2007, hace ya 18 años.

Un perfil "perfecto"

Según apuntan fuentes del ámbito jurídico salmantino con relación personal con Peramato a EL ESPAÑOL de Castilla y León es "una gran fiscal" y "una persona muy capacitada". "Tiene una carrera fiscal extensa, de más de 35 años en distintos niveles, es una fiscal excelente, tiene un perfil perfecto para este cargo porque no es una persona que llegue de fuera, es una fiscal extraordinaria y conoce magníficamente lo que significa ser fiscal general del Estado porque procede de ahí, es una buena decisión", apuntan.

Esas mismas fuentes señalan que "es difícil ponerle un pero como fiscal". "Lo hará muy bien porque conoce la institución y la Fiscalía perfectamente", apuntan. Y recuerdan que "siempre ha sido muy estudiosa y una persona muy comprometida con la sociedad y con la protección de los derechos, que es la gran labor de la Fiscalía". "Es una magnífica candidata", insisten.

Peramato ha mantenido un estrecho contacto con Salamanca y con la Universidad salmantina y el pasado mes de marzo fue homenajeada por el Ayuntamiento de la ciudad por su destacada trayectoria en la lucha contra la violencia de género. "Fue una estudiante muy brillante y mantiene mucho cariño a la ciudad y a la universidad", aseguran esas mismas fuentes.

También apuntan que la nueva fiscal general del Estado "se siente muy salmantina y es brillante". "Habla muy bien en público, tiene unas ideas muy claras y es de esas fiscales que dices: "ojalá no la tenga nunca en contra en un juzgado", porque se lo sabe todo", zanjan desde su entorno.

El alcalde de Salamanca, Carlos García Carbayo, y miembros de la Corporación Municipal salmantina asisten al acto de reconocimiento a Ascensión Iglesias, María Patrocinio Rodríguez y Teresa Peramato con motivo del Día Internacional de la Mujer, el pasado 7 de marzo

El alcalde de Salamanca, Carlos García Carbayo, y miembros de la Corporación Municipal salmantina asisten al acto de reconocimiento a Ascensión Iglesias, María Patrocinio Rodríguez y Teresa Peramato con motivo del Día Internacional de la Mujer, el pasado 7 de marzo David Arranz ICAL

Comprometida con el feminismo

La presidenta de la Asociación de ayuda a la mujer 'Plaza Mayor', Ascensión Iglesias, asegura a EL ESPAÑOL de Castilla y León que Peramato "nunca ha perdido la relación con Salamanca" y que acude con asiduidad a la capital salmantina "para estar con su familia". "Es una feminista y siempre que la hemos llamado para cualquier cosa acude y escucha mucho cualquiera de las propuestas que podemos hacer los movimientos feministas", afirma.

Iglesias destaca que Peramato "las asume y da su visión jurídica, que muchas veces es absolutamente necesaria". "Ha dado un apoyo al feminismo de manera incondicional y cualquier cosa que se le propone la admite. Es una mujer familiar, adora Salamanca y está al tanto de todo lo que sucede en la ciudad. Su faceta principal, que no es fácil encontrarla en la judicatura, es su apoyo fundamental al movimiento feminista porque es una más", zanja la presidenta de la Asociación 'Plaza Mayor'.

Próxima a García Ortiz

Peramato es muy próxima tanto a su predecesor, García Ortiz, como a la antecesora de este, Dolores Delgado, a quienes debe su promoción a fiscal de Sala y su actual cargo de fiscal de Sala de lo Penal del Tribunal Supremo. Durante el juicio al actual fiscal general del Estado, de hecho, Peramato ha sido una de las integrantes de la cúpula de la carrera que ha asistido a las sesiones de la vista y le ha transmitido todo su apoyo. El Gobierno, pues, ha optado por la continuidad en el cargo.

Además, la nueva fiscal general del Estado forma parte, al igual que sus dos predecesores, de la Unión Progresista de Fiscales (UPF), de ideología de izquierdas, y de la que llegó a ser presidenta, y que ha sido favorecida por el Ejecutivo de Pedro Sánchez en los nombramientos a los altos cargos de la carrera a pesar de que tan solo dos de los nueve miembros electos del actual Consejo Fiscal pertenecen a la UPF.

Defensa del 'solo sí es sí'

Durante el ejercicio de su cargo como fiscal de Sala contra la Violencia sobre la Mujer realizó una enérgica defensa pública de los beneficios de la conocida como Ley del 'solo sí es sí', impulsada por la entonces ministra de Igualdad, Irene Montero, a pesar de la controversia generada por las rebajas de pena a agresores sexuales que finalmente obligaron a reformar la norma.

Además, es la primera vez que el Gobierno de coalición progresista designa como fiscal general del Estado a una profesional que ya pertenece al máximo escalafón de la carrera fiscal: jefa de la Sección Penal de la Fiscalía del Tribunal Supremo, cargo al que ascendió en enero de este año con el voto en contra del sector mayoritario del Consejo Fiscal. Ninguno de sus tres predecesores ostentaba la categoría de fiscal de Sala.

Ascensión Iglesias, María Patrocinio Rodríguez, Teresa Peramato y el presidente del Consejo Económico y Social de Castilla y León (CESCyL), Enrique Cabero, durante el reconocimiento a la nueva fiscal general en el Ayuntamiento de Salamanca, el pasado 7 de marzo

Ascensión Iglesias, María Patrocinio Rodríguez, Teresa Peramato y el presidente del Consejo Económico y Social de Castilla y León (CESCyL), Enrique Cabero, durante el reconocimiento a la nueva fiscal general en el Ayuntamiento de Salamanca, el pasado 7 de marzo David Arranz ICAL

Reconocimientos

Peramato ha recibido varios reconocimientos a lo largo de su larga carrera profesional. En 2010 fue condecorada con la Cruz del Mérito Policial con distintivo blanco y, en 2016, con la Cruz del Mérito de la Guardia Civil con distintivo blanco. En el ámbito de la promoción de la igualdad de género y la lucha contra la violencia sobre la mujer, destaca que en 2018 obtuvo el Premio Igualdad Alicia Salcedo, concedido por el Ilustre Colegio de la Abogacía de Oviedo.

A este galardón se sumaron, en 2021, el Premio Igualdad Beatriz Galindo, otorgado por el Ilustre Colegio de la Abogacía de Salamanca, y uno de los reconocimientos entregados por el Ministerio de Igualdad con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer (25N).

Una vez aprobada la propuesta, el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) deberá emitir un informe no vinculante. Posteriormente, Peramato comparecerá ante la Comisión de Justicia del Congreso de los Diputados. Cuando se hayan realizado estos trámites, el Gobierno acordará su nombramiento definitivo como fiscal general del Estado.

Un cargo rodeado de polémica

En un momento de tensiones judiciales con el Supremo cuestionando la neutralidad fiscal y casos como el de Ayuso en el horizonte, su llegada promete un Ministerio Público con acento en la igualdad de género, pero bajo el escrutinio de si priorizará la justicia o la lealtad partidista.

Con Peramato al frente, la Fiscalía podría marcar un giro hacia una mayor sensibilidad con las víctimas, pero el desafío será demostrar que su progresismo no erosiona la percepción de imparcialidad en una institución ya tocada por la polémica. Cuarta mujer en el cargo, su mandato será una auténtica prueba de fuego para el Gobierno en un momento de máxima debilidad parlamentaria, tras la ruptura con Junts, con el auge de Vox y la sombra del adelanto electoral en el horizonte.