Luis Chico a las puertas de su casa rural 'Campo y Lumbre'

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Región

El turismo rural de Castilla y León planta cara al gigante Airbnb: “Es una amenaza para nuestros pueblos”

Luis Chico advierte de que el modelo de viviendas turísticas puede poner en peligro el desarrollo sostenible del medio rural: “No queremos convertirnos en destinos especulativos”.

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La Asociación de Empresarios de Turismo Rural de Castilla y León (ARARCYL), integrada en la Red Española de Turismo Rural, ha expresado su preocupación ante la estrategia de expansión de Airbnb en zonas rurales.

La alerta, compartida por asociaciones de siete comunidades autónomas, se ha hecho pública durante los encuentros mantenidos en la Feria INTUR de Valladolid y en el I Congreso Internacional de Turismo Rural celebrado en Asturias.

Desde la Red, que agrupa a entidades de Aragón, Asturias, Cantabria, Cataluña, Castilla y León, La Rioja y Euskadi, se advierte de que la llegada masiva de viviendas vacacionales y apartamentos turísticos representa “un riesgo real” para el modelo de turismo rural tradicional, basado en alojamientos reglados gestionados por personas que viven en el territorio.

Este modelo, recuerdan, ha contribuido durante décadas a generar empleo local, fijar población y mantener la actividad económica en áreas especialmente vulnerables.

En peligro

Según las asociaciones, la estrategia de Airbnb no supone una oportunidad para los pueblos, sino “una amenaza estructural” que podría fomentar la especulación y restar control a la actividad turística en estas zonas.

Temen que la proliferación de viviendas de uso turístico desplace a los negocios locales y desvirtúe el papel social del turismo rural como herramienta de desarrollo.

“El turismo rural no puede quedar en manos de operadores externos que no tienen arraigo en los territorios”, señalan desde la Red, recordando que el sector ha sido clave para conservar el patrimonio y preservar la identidad cultural de numerosas comarcas.

Luis Chico, presidente de ARARCYL, subraya que es esencial “tomar conciencia de lo que supondría para la región si este modelo prolifera” y afirma que el sector lleva meses trasladando su inquietud a representantes de la Secretaría de Estado de Turismo, el Ministerio para el Reto Demográfico y otros organismos públicos responsables de desarrollo rural y seguridad.

Para evitar desequilibrios entre operadores y garantizar la protección del viajero, la Red Española de Turismo Rural reclama una regulación “clara, homogénea y exigente” en todas las comunidades autónomas. Consideran imprescindible reforzar la inspección, la fiscalidad y el control sobre las plataformas digitales para prevenir prácticas irregulares.

Asimismo, solicitan a las administraciones impulsar campañas de promoción del turismo rural auténtico y reglado, destacando su impacto social, económico y medioambiental. Este tipo de establecimientos, recuerdan, genera empleo estable y contribuye a la cohesión territorial.

Expansión descontrolada

Las asociaciones que conforman la Red piden un marco legal sólido que limite la expansión de viviendas turísticas en los pueblos y proteja un modelo “legítimo, regulado y profundamente ligado al territorio”. Advierten de que apostar por modelos “especulativos y deslocalizados” sería un error difícil de revertir.

“El turismo rural necesita estabilidad para seguir siendo un motor de vida y oportunidades en nuestros pueblos”, concluyen.