Material intervenido durante la operación
Cae en Salamanca una red que esclavizaba a mujeres colombianas para prostituirlas
La Policía Nacional libera a tres víctimas y detiene a los responsables de captar mujeres en Colombia y obligarlas a prostituirse bajo vigilancia constante.
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Agentes de la Policía Nacional han desarticulado en Salamanca una organización dedicada a la trata de seres humanos con fines de explotación sexual.
El operativo, bautizado como “Operación Zapateros”, ha culminado con la detención de dos personas, una de ellas encargada de viajar a Colombia para captar mujeres en situación vulnerable, y la liberación de tres víctimas que eran obligadas a ejercer la prostitución en condiciones infrahumanas.
Las mujeres vivían hacinadas en un piso alquilado de la ciudad, sin apenas contacto con el exterior y bajo vigilancia constante.
Según ha revelado la investigación, debían estar disponibles las 24 horas del día, los siete días de la semana. Apenas podían salir a la calle y, cuando lo hacían, siempre iban acompañadas por miembros del grupo criminal para evitar cualquier intento de huida o contacto con el entorno vecinal.
La operación policial, desarrollada el 24 de junio con el apoyo de distintas unidades de la Comisaría Provincial de Salamanca, permitió además la entrada y registro en la vivienda.
En el interior del domicilio, los agentes hallaron dinero en efectivo, teléfonos móviles, sustancias estupefacientes, medicamentos para la disfunción eréctil, una cámara de videovigilancia y diversa documentación relacionada con la actividad delictiva.
La red había comenzado a ser investigada hace cuatro años, tras detectarse indicios de que en un piso de la ciudad se estaba explotando sexualmente a mujeres procedentes de Colombia.
La captación se realizaba directamente en su país de origen, aprovechando la situación de necesidad económica de las víctimas.
Una vez trasladadas a España, les imponían una supuesta deuda por los gastos del viaje, lo que usaban como justificación para obligarlas a prostituirse.
Las condiciones impuestas eran consideradas de semiesclavitud, y las víctimas no tenían libertad de movimientos ni capacidad para abandonar el entorno de explotación.
El objetivo de los delincuentes era mantener su actividad en la clandestinidad, alquilando viviendas y evitando que las mujeres fueran visibles o detectadas por las fuerzas de seguridad.