El consejero de Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones

El consejero de Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones Luis Cotobal

Salamanca

Suárez-Quiñones respira tras años de tensión con el lobo: “Los ganaderos no podían más”

Castilla y León se prepara para recuperar el control sobre la gestión de la especie tras años de pérdidas y decisiones impuestas desde Madrid y Bruselas.

Más información: Castilla y León gana la batalla: el lobo se podrá volver a cazar al norte del Duero y ahora irá a por la zona sur

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El lobo ibérico, en el centro del debate político y rural, vuelve a marcar la agenda del consejero de Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, quien ha celebrado este martes un giro que considera fundamental para frenar “una sangría” que, según los datos del propio consejero, se ha cobrado 6.000 cabezas de ganado en 2024 solo en Castilla y León.

Durante su visita a Salamanca para un acto sobre el abastecimiento de agua, Suárez-Quiñones valoró positivamente los avances legislativos que, a su juicio, “corrigen años de imposiciones ideológicas” y devuelven el control de la especie a las comunidades autónomas.

“Estamos muy satisfechos. Esto camina hacia una solución real”, declaró.

Europa afloja la cuerda

El primer gran cambio que el consejero puso sobre la mesa es que la Unión Europea ha decidido modificar la norma que desde 1992 obligaba a una protección estricta del lobo al norte del Duero.

Tras casi cuatro años de negociaciones, el texto ya está aprobado por Bruselas y solo falta que se publique en el Diario Oficial.

La segunda clave es nacional: una nueva ley española impide que el Gobierno central vuelva a retirar competencias a las comunidades en este tema, como ocurrió en 2021.

“Hemos blindado esa parte en la ley de desperdicio alimentario”, explicó.

El tercer punto aún está por resolverse: el Ejecutivo debe enviar antes del 31 de julio un informe a Bruselas sobre el estado del lobo en España.

Suárez-Quiñones insiste en que esta vez debe ser “veraz” y no repetir lo ocurrido en 2018 y 2019, cuando, según él, se enviaron informes “falsos” que pintaban una situación de conservación más crítica de lo que realmente era.

“No necesitamos que nos den lecciones”

El consejero también aprovechó para defender la trayectoria de Castilla y León en la gestión del lobo.

“Aquí hay 2.000 ejemplares porque durante años supimos protegerlos sin poner en riesgo la ganadería”, reivindicó. Y añadió que, una vez que se cierre esta etapa con el nuevo informe estatal, la Junta podrá por fin fijar su propio modelo de control.

“Será una gestión con respaldo técnico y legal, y sobre todo, con sentido común para que el lobo y los ganaderos puedan convivir”, terminó.