El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León confirmó la condena de nueve años y un día a una hombre que agredió sexualmente a su mujer durante un permiso penitenciario. El alto tribunal aprecia todos los pronunciamientos de la Audiencia Provincial de Salamanca que además le impuso diez años de alejamiento de la víctima.

Según recoge la sentencia, los hechos se remontan a junio de 2020, mientras el condenado disfrutaba de un permiso carcelario de cuatro días en un piso alquilado junto a su su mujer y su hija. Estaba en prisión por cometer un robo con fuerza y cumplía la mena de dos años y tres meses de prisión. El primer día, según el texto legal, mantuvieron relaciones sexuales de muto acuerdo, pero el segundo día, después de dar un paseo, la mujer se negó a acostarse con el hombre.

Sin embargo, el condenado hizo caso omiso a dicha negativa, rompió la camisa a su mujer, la golpeó en el pecho ,y al tiempo que la agarraba con fuerza del brazo, la penetró analmente, a pesar de las continuas negativas y lloros de la mujer, mientras él le advertía que si se resistía iba a ser peor.

Después ella le acompañó a comisaría para firmar, según estaba obligado por el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria. Posteriormente, volvieron a casa, y cenaron con dos amigo, un conocido de la prisión de él y su pareja. Durante la cena, la mujer se mostró triste pero no comentó nada a la otra fémina de lo que había sucedido. Una vez se marchó la pareja invitada, volvieron a discutir, así que la mujer se marchó con su hija. En días posteriores, regresó para recoger sus pertenencias y las de la pequeña.

Por otro lado, la víctima acudió a su psicóloga, como hacía de forma habitual desde el año 2014, y le trasladó algunas preocupaciones que albergaba respecto a su marido y su comportamiento con la niña, a la que había dado a probar la cerveza y había puesto en una silla mojada, además de dejarla llorar durante mucho tiempo ara que comiera sola. Durante el transcurso de dicha conversación, de forma secundaria, también le comentó que le había obligado a mantener relaciones sexuales contra su voluntad.

A partir de ahí, acudió al Hospital para que la examinaran y presentó una denuncia en comisaría. Como consecuencia de estos hechos, la mujer sufrió petequias en ambas mamas y fisuras anales con rectorragia de las que tardó en curar diez días de perjuicio básico, además de mostrar síntomas de estrés postraumático. En febrero, le concedieron el divorcio y la custodia de la niña y en diciembre de 2021, el hombre fue condenado a nueve años y un día por agresión sexual.

Ahora, el TSJCyL rechaza la apelación de la defensa, que argumentaba que no se había hecho una buen práctica de la prueba y que, por tanto, no se había podido desvirtuar el principio de presunción de inocencia. Consideraciones ambas descartadas en su sentencia por el alto tribunal.