Rene Lalique Casa Lis (3)

Rene Lalique Casa Lis (3)

Salamanca

La Casa Lis acoge una exposición inédita del joyero René Lalique

23 mayo, 2018 15:12

El Museo de Art Nouveau y Art Deco Casa Lis acoge desde este miércoles hasta el 16 de septiembre la exposición 'René Lalique, joyero. Colección Fundación Gulbenkian'. Una muestra que cuenta con la colaboración de la Junta de Castilla y León y contribuye a potenciar el Octavo Centenario de la Universidad de Salamanca. Así, junto a la consejera de Cultura y Turismo, Josefa García Cirac; del alcalde de Salamanca, Alfonso Fernández Mañueco; y del director del museo, Pedro Pérez Castro; se encontraba el vicerrector Enrique Cabero; el subdelegado del Gobierno, Antonio Andrés Laso, y el diputado provincial de Cultura, Julián Barrera, entre otras autoridades.

La exposición “René Lalique, joyero. Colección Fundación Gulbenkian” que exhibe el Museo Art Nouveau y Art Déco desde el 23 de mayo hasta el 16 de septiembre de 2018 descubre al visitante una destacada colección de joyas del autor nunca expuestas antes en nuestro país y pertenecientes a la colección del Museo Calouste Gulbenkian de Lisboa. Para ello, la Casa Lis ha realizado una escenografía que enfatiza el estilo de Lalique y  la influencia de la naturaleza y sus formas en él. La exposición, que cuenta con la colaboración de la Junta de Castilla y León, recorre la trayectoria del creador desde sus inicios como joyero y describe su evolución a través del trabajo con distintos materiales hasta que alcanza su faceta como vidriero. Todo ello, contextualizado con los dibujos preparatorios, así como otras piezas de vidrio y plata realizadas por el artista.

Lalique (1860-1945) es uno de los grandes creadores de finales del siglo XIX y principios del XX. Considerado el inventor de la joyería moderna, rompió con la tradición joyera de los artesanos franceses, más preocupados por los estilos ornamentados, lujosos y con gran cantidad de piedras preciosas que por la creatividad y la originalidad. Así, el autor revolucionó la joyería de la época,  se convirtió en el favorito de celebridades de la alta sociedad y desarrolló un estilo único, inconfundible. En él auna el gusto por lo orgánico en el arte de la época y su gran imaginación, lo que lo convirtió en un referente de dos grandes movimientos: el Art Nouveau y el Art Déco. El Museo Casa Lis es un fiel reflejo de ambos, tanto por sus colecciones como por su edificio.

Aunque Lalique desarrolló un estilo propio al diseñar todas sus obras de arte, en esta exposición destaca su faceta como joyero. El autor concibió sus joyas como pequeñas esculturas con motivos zoomorfos y vegetales. Las figuras femeninas metamorfoseadas con parte de insectos también fueron otro de los temas recurrentes en la joyería Art Nouveau. Sus piezas buscaban la estilización de las formas y se movían en un mundo simbólico y fantástico evocado a través de los materiales de sus creaciones.


El uso de materiales semipreciosos y exóticos como el ámbar, marfil, carey, cuerno o nácar confería un carácter único a cada una de sus piezas, aunque no se trataba de las tradicionales piedras preciosas. Las posibilidades expresivas de materiales como el vidrio y de esmaltes con diversos colores y reflejos sirvieron a Lalique para transmitir su creatividad. Para ello, se inspiró en formas naturalistas, lo que le permitió desarrollar su pasión por las gemas y metales de cuya combinación nacieron sus inconfundibles joyas. Su estilo supuso una ruptura con los diseños realizados hasta entonces al convertir sus obras en esculturas con gran personalidad que superaban la simple unión de materiales preciosos.

Debido a ello, llamó la atención de quienes deseaban hallar innovaciones. Tal fue el caso de figuras como Sarah Bernhardt, para quien Lalique diseñó una serie de joyas que la actriz lució tanto en el escenario como lejos de él, o la Marquesa Luisa Casati, una de las musas de los futuristas inmortalizada en un centenar de obras de distintos artistas.


La relación de Lalique con Calouste Gulbenkian se enmarcó en la “Belle Époque” y el espíritu de transición de fin de siglo presente en el conjunto de piezas Art Nouveau. Existió entre ambos una estrecha relación de amistad y admiración mutua y Gulbenkian adquirió las obras que se exponen en esta muestra directamente de René Lalique entre los años 1899 y 1927. Las piezas forman parte de la Colección del Fundador que custodia la Fundación Gulbenkian creada en 1956 para preservar su legado, darlo a conocer y fomentar el conocimiento a través de su sede en Lisboa y sus oficinas en París y Londres.

Además de estas joyas, la exposición sobre René Lalique que acoge el Museo Casa Lis también exhibe obras del autor elaboradas con vidrio. Lalique inició su trabajo como vidriero en 1894 durante su búsqueda de nuevos materiales para la creación de joyas. Es entonces cuando descubrió que el vidrio potenciaba su capacidad creativa. La combinación de cristal con plomo que coloreaba con óxidos, lograba gamas de color variadas, contrastes, mates, transparencias y opalescencias. El artista fundó su propia fábrica de vidrio en Wingen-sur-Moder (Alsacia) en 1921.


Contrario al pensamiento de William Morris y al movimiento de las Arts & Crafts, Lalique no desdeñaba la producción industrial. De acuerdo con su modo de pensar, si se había creado un objeto hermoso, debería llegar al mayor número de personas, aun conservando su carácter artesanal. De acuerdo con ello y con un claro espíritu Art Déco, el autor mostró sus obras en un pabellón propio durante la Exposición de Artes Decorativas e Industriales de París en 1925. Igual que ocurriera con las joyas, sus trabajos fueron aclamados y consiguió llevar el vidrio a la consideración de objeto de lujo.


En 1907, Lalique se reunió con el famoso empresario perfumista François Coty, quien buscaba frascos de perfume atractivos y sofisticados para vender sus esencias a precios asequibles. Este encuentro abrió nuevos horizontes para Lalique, quien revolucionó y modernizó el negocio de los perfumes con elegantes e insólitos diseños de frascos frente a las petacas lisas comercializadas hasta entonces. Debido a ello, las célebres marcas de perfumes franceses (Roger & Gallet, Guerlain, Molinard o Worth ) confiaron a Lalique la creación de sus frascos. Tras este éxito, Lalique dejó atrás el diseño de la joyería a partir de 1908 y se centró en la creación de vidrio.

El legado del autor ha perdurado hasta nuestros días y la casa Lalique sigue siendo uno de los productores de cristalería más prestigiosos de Francia. Actualmente, se realizan en la fábrica colecciones de joyas y frascos de perfume de forma paralela a la actividad vidriera tradicional, que también se lleva a cabo de la manera en que lo hacían Lalique y sus descendientes a principios del siglo XX.