
Investigadoras dela vacuna Biobhyo
Una spin-off de la Universidad de León, a las puertas de lanzar la primera vacuna contra la disentería porcina
La Agencia Europea de Medicamentos da el visto bueno a un fármaco innovador que podría ahorrar millones al sector ganadero.
Más información: La Universidad de León lidera un proyecto europeo para crear un laboratorio que reinvente el turismo
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Hasta ahora, la disentería porcina era uno de esos problemas sin solución clara en las granjas. Una enfermedad silenciosa pero demoledora, que afecta cada año a millones de cerdos y genera pérdidas millonarias.
Pero esta vez, la respuesta no ha llegado desde un gran laboratorio internacional, sino desde León.
Allí, en la Universidad, un equipo de investigadores puso en marcha hace más de una década una idea que acaba de recibir el respaldo científico más importante: el de la Agencia Europea de Medicamentos.
Y si todo va bien, la vacuna desarrollada por Aquilón podría empezar a distribuirse por toda Europa en muy poco tiempo.
Un problema que no da tregua
Cada año, más de cuatro millones de cerdos sufren disentería porcina en España. Es una enfermedad infecciosa y muy contagiosa, provocada por la bacteria Brachyspira hyodysenteriae.
Lo que empieza como una diarrea severa con sangre puede acabar en pérdida de peso, sufrimiento animal e incluso la muerte. No solo afecta a los animales: arrasa con los números del ganadero.
El problema es que los antibióticos ya no funcionan como antes. Las bacterias resisten, y las normas europeas en bienestar animal cada vez son más estrictas. Por eso, contar con una vacuna eficaz se había convertido en una urgencia.
Una historia que empezó en León
La solución llegó desde un pequeño grupo de investigación universitario. Pedro Rubio, catedrático de Enfermedades Infecciosas en la Universidad de León, llevaba años estudiando esta enfermedad.
En 2012, con ese conocimiento como base, nació Aquilón, una empresa biotecnológica que ha ido creciendo paso a paso. Con inversiones privadas, apoyo público y la colaboración de empresas como CZ Veterinaria, el proyecto fue tomando forma.
Hoy, esa vacuna tiene nombre: Biobhyo. Y los ensayos en granjas de España y Portugal han demostrado una eficacia altísima, cercana al 90 %, y sin riesgos ni siquiera en hembras gestantes.
Es, sin duda, una buena noticia para el campo, para los ganaderos y para quienes apuestan por la investigación hecha desde lo local. La vacuna ha generado ya dos familias de patentes en más de 30 países, y podría alcanzar los 20 millones de euros anuales en ventas solo en Europa.
Y detrás de todo, hay nombres propios. Como el de Marta García Díez, directora del proyecto, que resume así lo que significa llegar hasta aquí:
“Hemos demostrado que desde León también se puede hacer ciencia útil. Que no hace falta estar en una gran ciudad ni tener un logo gigante para cambiar las cosas en el sector ganadero”.