
Montaje compuesto por Dani Martínez y el municipio leonés de Astorga
El pueblo favorito de Dani Martínez que tendrás que visitar si te gusta la Semana Santa y el chocolate
El municipio leonés famoso por una Semana Santa de reconocido interés turístico nacional y por su tradición ligada al cacao y los maestros chocolateros.
Más información: La historia chocolatera de Astorga, la tradición centenaria que se abre al mundo: “No queremos que se pierda"
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Si hay una celebridad a la que asociamos directamente con León, ese es Dani Martínez. En sus innumerables apariciones televisivas, ha dado a conocer su amor por la provincia que le vio nacer y crecer.
Al contrario que otras personas, conforme ha ido ganando fama, el presentador de televisión no ha querido renegar de sus orígenes leoneses, sino que ha hecho bandera de la cultura y gastronomía de su tierra.
Unos orígenes que se le unen en la ciudad del chocolate, Astorga (León). Se trata de un municipio de más de 10.000 habitantes censados, ubicado entre León y Ponferrada, en pleno corazón de la provincia, cuya Semana Santa está reconocida como de interés turístico nacional.
La Semana Santa de Astorga, conformada por cinco cofradías y dos hermandades, da comienzo con el viacrucis organizado el Viernes de Dolores, que junto con la procesión de traslado del Ecce Homo durante el Sábado de Pasión inauguran las grandes celebraciones del calendario religioso católico.
El Domingo de Ramos se presenta como una de las grandes celebraciones de la ciudad, en la que los vecinos y visitantes pueden disfrutar de hasta tres procesiones. La primera de ellas representa la entrada de Jesús en Jerusalén, la tradicional estampa bíblica correspondiente al primer domingo de Semana Santa.
En segundo lugar, se puede disfrutar de Nuestra Señora de los Dolores, además del espectacular traslado procesional de Jesús Atado a la Columna desde Piedralba.
Los visitantes podrán disfrutar así del arte sacro que se desplazará por las calles de Astorga. Aunque no serán las únicas procesiones, el Jueves Santo, tras el pregón de las Siete Palabras, se podrá disfrutar de la procesión del Silencio que conmemora la crucifixión de Jesús durante la noche.
Respecto al Viernes Santo, este se presenta como el día más numeroso en cuanto a procesiones, convirtiéndose en una de las fechas más atractivas para los turistas que quieran disfrutar de las procesiones de penitencia, la del encuentro, la procesión del Bendito Cristo de los Afligidos, la del Santo Entierro y la de la Soledad.
La Semana Santa de Astorga cierra con la procesión del Resucitado del Domingo Santo, en la que las cofradías celebran el regreso a la vida de Jesús.
Ciudad del chocolate
La Semana Santa no es el único atractivo que presenta el municipio de cara al turismo, puesto que la ciudad cuenta con una consolidada tradición chocolatera desde la época del Marqués de Astorga, que concertó la boda de su primogénita con el conquistador Hernán Cortés.
Según la tradición del municipio leonés, el conquistador probó el chocolate en México, tras lo que decidió entregar al Marqués de Astorga habas de cacao como dote para la boda con su hija.
A medida que iba pasando el tiempo, los españoles se fueron habituando al sabor del chocolate, lo que impulsó que se fueran elaborando nuevas fórmulas y recetas, muchas de ellas en la ciudad leonesa.
A la hora de comercializar y popularizar el alimento, la Iglesia Católica mantuvo un papel fundamental, puesto que fue en la Diócesis de Astorga donde se realizaba un mayor consumo del alimento, dado el alto número de integrantes y su gusto por el chocolate.
Así fue que en conventos y monasterios se fue forjando con el tiempo la tradición chocolatera de Astorga. Los monjes leoneses hacían su propio chocolate, dando sus múltiples formas al haba de cacao.
El clima de la ciudad fue clave para el desarrollo del chocolate, dado que el frío favorece el enfriamiento del chocolate de forma rápida y natural.
La revolución industrial llegó a Astorga, que continuaba con su desarrollo del cacao. En 1914, la ciudad leonesa ya albergaba 49 fábricas en las que se formaba a los mejores maestros chocolateros.
La inmensa concentración de profesionales del cacao hizo emigrar a estos, llevando el nombre de Astorga a todos los confines del mundo a través de su chocolate.
La tradición chocolatera sigue siendo un baluarte de la ciudad leonesa, tanto es así que desde diciembre de 1994 Astorga alberga el museo del chocolate.