El presidente de Vox, Santiago Abascal, junto al exvicepresidente de la Junta, Juan García-Gallardo, tras las elecciones generales del 23 de julio de 2023

El presidente de Vox, Santiago Abascal, junto al exvicepresidente de la Junta, Juan García-Gallardo, tras las elecciones generales del 23 de julio de 2023 Juan Lázaro ICAL

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García-Gallardo, el alumno aventajado de Abascal que ahora podría desbaratar las expectativas electorales de Vox

La formación teme que el exvicepresidente de la Junta −que ha criticado su defensa de la inmigración latina y su postura sobre Israel, entre otras cuestiones− monte un nuevo partido.

Más información: Gallardo monta en Madrid un encuentro con no-boomers para debatir sobre inmigración, vivienda y el régimen del 78

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Vox vive un momento dulce. Durante el último año, y tras superar un periodo de turbulencias, el partido dirigido por Santiago Abascal ha gozado de un crecimiento imparable en las encuestas, que le otorgan, de media, más de un 17% de los votos y entre 50 y 60 escaños, mientras el Partido Popular parece cada vez más estancado en unos resultados similares a los que obtuvo en 2023.

La formación, asentada desde hace más de seis años como tercera fuerza del país, tras el desplome de la izquierda alternativa, ha conseguido fidelizar a un votante joven y cada vez más transversal y capitalizar el descontento con el Gobierno de Pedro Sánchez. Pero, paradójicamente, mientras Vox crece podrían estarse generando grietas en el paraíso.

Durante los últimos meses, se han producido movimientos reseñables en los márgenes del partido que han alertado a Abascal. Por un lado, el ala más liberal y cercana al PP, cuya cabeza más visible, aunque apartado ya de la política, es el exportavoz del partido en el Congreso Iván Espinosa de los Monteros, presentó la semana pasada el think tank Atenea llamando a la unidad con los populares.

Por el otro, el sector más soberanista y joven ha encontrado un referente en una figura de Castilla y León, el exvicepresidente de la Junta y exportavoz de Vox en las Cortes autonómicas, Juan García-Gallardo, que dejó la política activa el pasado mes de febrero tras dimitir como portavoz de la formación en el Parlamento autonómico.

Con un discurso contundente y combativo, durante los últimos meses ha mostrado públicamente fuertes discrepancias con la dirección del partido, especialmente en lo que se refiere a su apoyo incondicional a Israel, su defensa de la inmigración latinoamericana y la ausencia de un discurso que atienda los problemas de los jóvenes.

Un distanciamiento a nivel político y programático, sumado a la convocatoria por parte de Gallardo de encuentros con jóvenes en Madrid, que ha hecho que se desaten los rumores sobre la posibilidad de que el exvicepresidente de la Junta termine conformando un nuevo proyecto político que compita con Vox en uno de sus caladeros clave, el voto joven.

Fuentes próximas a Gallardo han negado, en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León, que el exvicepresidente esté "diseñando" un partido, aunque son notables las referencias en las redes sociales para que lo haga por parte de jóvenes desencantados con Vox, que le piden que dé un paso adelante al considerar insuficiente al partido de Abascal en un momento como el actual.

La inmigración hispanoamericana

Desde que dejó la política activa, Gallardo ha mostrado su distanciamiento con Vox en varios aspectos, pero tres han sido los postulados principales: la inmigración, la posición del partido de Abascal con respecto a Israel y su, a su juicio, insuficiente atención a los problemas de los jóvenes frente al "privilegio" de los boomers.

En la cuestión migratoria, el exvicepresidente de la Junta fue uno de los más combativos dirigentes del partido cuando ejercía su cargo yendo, en muchas ocasiones, más allá de la línea oficial de la formación en esta materia e incomodando a la cúpula de Vox.

Durante los últimos meses, Gallardo ha cargado contra la utilización que hace el partido, a su juicio, de la Hispanidad para "legitimar la inmigración masiva hispanoamericana", una cuestión en la que ha marcado diferencias con Vox, que aboga por favorecer la llegada de personas de América Latina frente a la inmigración musulmana.

El exvicepresidente de la Junta también ha apostado por "superar la falsa dicotomía entre inmigración legal e ilegal", mientras Vox suele centrarse en esta última. "La realidad es que España sufre una invasión migratoria cubierta por la normativa. Las leyes actuales nos conducen al colapso", aseguraba en su cuenta de la red social X el pasado mes de mayo.

Además, Gallardo ha hecho referencia en múltiples ocasiones al beneficio que parte del gran empresario sacaría de la inmigración masiva, una cuestión que Vox, hasta el momento, ha evitado. "La inmigración masiva solo beneficia a aquellos que ven a los inmigrantes como una mercancía", recordaba en agosto.

El exportavoz de Vox en las Cortes ha exigido también "hablar en serio sobre las consecuencias de la inmigración masiva, independientemente de su procedencia", desmarcándose del apoyo del partido a la llegada de inmigración latina escudándose en los vínculos religiosos e idiomáticos con España, y ha denunciado que "cualquier crítica constructiva se califique como racista".

"Me da igual que hayan nacido en España y hablen español. Hay que deportarlos", escribía también Gallardo tras compartir una noticia

La defensa férrea de esta posición en materia migratoria ha llevado a Gallardo a acaloradas discusiones en la red social X, en la que ha sido directamente atacado por cargos públicos de Vox. Por ejemplo, los eurodiputados de Vox Hermann Tertsch y Juan Carlos Girauta, que vinculó al exvicepresidente con los "hispanófobos" por criticar la inmigración masiva hispanoamericana.

"Prueba de lo cortos que son: lanzo tres anzuelos a hispanófobos de derechas (esa aberración), se revuelve un poco contra mí la pocilga y, ¿qué tienen en común? Todos siguen y retuitean a un gallardo resentido. Lo sospechaba", escribió Girauta el pasado 6 de septiembre.

La posición de Gallardo, abogando por controlar la inmigración "venga de donde venga" y de no centrarse tan solo en la inmigración ilegal, ha acercado al exvicepresidente de la Junta a una gran cantidad de jóvenes, y no tan jóvenes, que consideran que la posición de Vox se ha quedado corta y sería insuficiente para atender el problema migratorio en el momento actual en España.

La postura sobre Israel

Otra gran cuestión en la que Gallardo disiente de Vox es la postura del partido con respecto a Israel. La formación de Santiago Abascal es el partido español que mantiene una posición de mayor apoyo al Estado judío y ha justificado de forma acrítica las acciones del Gobierno de Benjamín Netanyahu en Gaza, vinculando a Israel a la defensa de Occidente en Oriente Próximo.

El exvicepresidente de la Junta, en cambio, ha criticado la defensa a ultranza de Vox de las acciones del Gobierno de Israel, recordando que también han afectado a población cristiana y haciendo hincapié en que el partido debería centrarse en defender los problemas de los españoles antes que hacer "seguidismo" de una potencia extranjera.

"Prohibido cuestionar el sistema de pensiones. Prohibido pedir firmeza en la política migratoria. Prohibido no aplaudir las acciones del gobierno de Netanyahu. Prohibido pensar", publicaba Gallardo en su cuenta de la red social X, desmarcándose de la postura oficial de la formación en ese sentido.

La defensa de los jóvenes

Gallardo ha destacado también durante los últimos meses por su defensa de los derechos de los jóvenes españoles frente a los privilegios que, a su juicio, han tenido los boomers y que habrían contribuido a dificultar el acceso a la vivienda o a sueldos dignos por parte de las nuevas generaciones.

El exvicepresidente ha puesto el foco en la necesidad de revisar el sistema de pensiones, una cuestión en la que se ha granjeado también el apoyo de jóvenes cercanos a Vox pero descontentos con la ausencia, a su juicio, de propuestas del partido en este sentido.

Gallardo ha denunciado "la herencia ruinosa por gasto público que están dejando a los jóvenes" y la "brecha" cada vez mayor entre las nuevas generaciones y las anteriores. "Tu casera está jubilada. La pensión y la renta que le pagas se actualizan con el IPC, pero tu salario no. ¿Justicia?", publicaba el exportavoz de Vox en las Cortes en su cuenta de la red social X.

El exvicepresidente de la Junta, además, se ha hecho eco de una gran cantidad de artículos que hacen referencia a esa supuesta injusticia que estarían sufriendo las generaciones más jóvenes. "Mucha gente distinta entre sí llegando a conclusiones similares. Los jóvenes exigen justicia para su generación", señalaba Gallardo.

Y ha hecho hincapié en que "la brecha generacional se agranda y cada día más jóvenes son conscientes", aludiendo al hecho de que los jóvenes "pierden renta" mientras los jubilados "la aumentan". "Pedir justicia y decir verdades dolorosas no es abrir una guerra generacional", señalaba con rotundidad el exvicepresidente en otro mensaje en la misma red social.

Una legión de seguidores

El estilo combativo de Gallardo y sus posicionamientos le han granjeado una legión de seguidores en las redes sociales, sobre todo de jóvenes que se autodefinen patriotas y que se sienten descontentos y decepcionados con la deriva política de Vox.

Muchos de ellos, a pesar de que fuentes cercanas al exvicepresidente de la Junta niegan que esté "diseñando" una nueva formación, le han pedido de forma reiterada que dé el paso de encabezar un nuevo proyecto que dé respuesta a sus reivindicaciones, llegando a calificarle en algunos mensajes en X como el "líder natural de la España tradicional" y de los "jóvenes patriotas"

En algunos de esos mensajes, además, sus partidarios hacen referencia a otras figuras jóvenes de Vox vinculadas al ala más soberanista del partido como la diputada Rocío de Meer o el diputado Carlos Hernández Quero, que se han centrado mucho en sus intervenciones en el acceso de los jóvenes a la vivienda y se han mostrado más duros que la dirección del partido en inmigración.

Por ahora, Gallardo se mantiene a la espera, fomentando intercambios de ideas con otros jóvenes tradicionalistas y expresando con claridad su posicionamiento político en sus redes sociales. Ilustrativo es también que retirase la frase "con Vox" que se podía leer en su biografía de X, dejando claro que, cada vez más, va por libre.

Mientras tanto, el partido de Santiago Abascal disfruta de su momento dulce en las encuestas pero sin dejar de mirar por el retrovisor los movimientos tanto a su izquierda como a su derecha que podrían desbaratar sus expectativas electorales. La figura de Gallardo vuelve a emerger, menos de un año después de su dimisión, y promete dar que hablar a medio plazo en España.