Imagen de archivo de un visón americano

Imagen de archivo de un visón americano iStock

Región

Alertan de la presencia de 108 especies invasoras de flora y 20 de fauna en la cuenca del Duero

La Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) sostiene que muchas de estas especies suponen una "amenaza"para la diversidad biológica autóctona. "Son capaces de generar impactos considerables en el medio", afirman.

Otras noticias relacionadas: 109 especies amenazadas en Castilla y León: consulta la cartografía de la distribución actual e histórica

Publicada

La invasión de la flora y la fauna alóctona continúa creciendo en la demarcación de la cuenca del Duero. Así lo constata un informe reciente de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), que evidencia la presencia de hasta 108 especies de flora y 20 de fauna alóctonas y exóticas invasoras en la Demarcación del río Duero.

Según consta en dicho informe, los trabajos han incluido la prospección de más de 320 emplazamientos tanto en ríos como en embalses, y la recopilación y revisión de información de diversas fuentes, incluidas varias administraciones regionales y programas relativos a la existencia de especies alóctonas y exóticas invasoras.

La CHD añade que los puntos de muestreo se distribuyeron en 130 ríos y arroyos y en 15 embalses y otras masas de agua de recorrido lento, debido a la presencia de obstáculos transversales, pertenecientes a las subcuencas del Adaja, Águeda, Cega, Duratón, Esla, Huebra, Pisuerga, Sabor, Támega, Tormes, Tuela, Valderaduey, Zapardiel y el propio Duero y sus afluentes menores directos.

Fauna

En cuanto a la fauna, cabe destacar que durante los trabajos de campo se detectó la presencia de al menos una especie exótica de fauna en el 56,7% de los tramos fluviales prospectados, siendo dos cangrejos americanos, el cangrejo señal (Pacifastacus leniusculus) y el cangrejo rojo (Procambarus clarkii), el visón americano (Neovison vison) y la almeja asiática (Corbicula fluminea) las especies más frecuentes.

A estas se suman el galápago de Florida (Trachemys scripta) y el avispón asiático (Vespa velutina).

El cangrejo señal Pacifastacus leniusculus, introducido por la Junta de Castilla y León para sustituir las poblaciones diezmadas del autóctono, procede de Canadá y Estados Unidos y tiene tendencia a ocupar ríos con aguas más rápidas, con menor conductividad, menor presencia de limos y arcillas y mayor transparencia, asociándose a tramos de cabecera, según informa la CHD.

Desde el organismo explican que su presencia ha resultado especialmente elevada en las provincias de Ávila y Segovia, aunque también en la provincia de Zamora, donde, al parecer, "está generando problemas de conservación a la náyade de río" (Margaritifera margaritifera), un molusco cuyas poblaciones están en peligro de extinción.

Por su parte, el cangrejo rojo americano Procambarus clarkii es "un voraz depredador" que llegó, también introducido, desde el centro y el norte de América y su presencia "puede causar daños a diversos cultivos como el arroz, así como diversos daños ambientales, ya que degradan el medio que habitan y compiten con otras especies por sus recursos".

Desde la CHD también explican que el visón americano Neovison vison es un mustélido de pequeño tamaño y alta adaptabilidad, originario también de Norteamérica, que se introdujo a través de la industria peletera.

Y es que, en la actualidad este muestra una notable presencia en los tramos medios de los grandes ríos de la demarcación, destacando las subcuencas del Esla y el Pisuerga, cerca de grandes núcleos de población.

También aparece bien distribuido, según la CHD, en las vertientes de la cordillera cantábrica, sistema ibérico y sistema central donde "supone una grave amenaza para otra de las joyas de la naturaleza acuática que habitan en la demarcación del Duero", el desmán ibérico (Galemys pyrenaicus), especie en peligro de extinción en situación crítica.

En cuanto a la almeja asiática Corbicula fluminea, se trata de un molusco bivalvo cuya presencia se concentró principalmente en el río Duero, cerca de las desembocaduras del Pisuerga, Adaja y Valderaduey, y en su afluente el Sequillo, aunque su distribución es muy amplia. "Esta especie llega a ser tan abundante que predomina sobre el sustrato y compite con otros moluscos autóctonos amenazados", sostienen.

Del mismo modo, durante el trabajo de campo, la CHD también ha encontrado valores de diversidad de especies exóticas de fauna más elevados a lo largo de los principales cauces de la cuenca (ríos Duero, Esla, Pisuerga, Tormes, Órbigo, etc.).

Esto, aclaran, se debe a que "estos cauces ejercen de vías de dispersión una vez que las especies invasoras han colonizado una zona del medio acuático, en muchos casos de manera intencionada o accidental y casi siempre relacionado con distintas actividades antrópicas, que afectan al equilibrio de la naturaleza".

Con todo ello, el organismo señala que un gran número de especies de ictiofauna invasora han sido introducidas debido a actividades como la pesca.

Asimismo, añaden que estos estudios se complementaron con la recopilación de información sobre especies alóctonas y exóticas invasoras de diversas fuentes, que también han probado el elevado número de especies de peces exóticos que pueblan el dominio público hidráulico de la cuenca del Duero.

Del mismo modo, confirman la presencia de al menos 10 especies de ictiofauna incluidas en el Catálogo Nacional de Especies Exóticas Invasoras, algunas de ellas con una amplísima distribución. A estas hay que sumarle otras como la tenca (Tinca tinca), el pez rojo (Carassius auratus) o el salmón de Danubio (Hucho hucho), no incluidas en dicho catálogo, pero sí consideradas exóticas alóctonas en la demarcación del Duero.

Según apunta la CHD, entre las más preocupantes por "los riesgos que implican para el ecosistema fluvial" están el pez gato (Ameiurus melas) o la carpa (Cyprinus carpio).

Sobre estas especies destacan, además, el papel del ser humano en su introducción en el medio fluvial, "en muchos casos de forma intencionada con el objetivo de introducir especies de interés piscícola en el medio fluvial".

Flora

Respecto a la flora, el organismo sostiene que los trabajos realizados confirman la presencia de al menos 108 especies alóctonas y exóticas invasoras. Entre las más extendidas se encuentran Ailanthus altissima, Azolla sp. o Populus x canadensis, Conyza canadensis, Medicago sativa e Isatis tinctoria.

La Conyza canadensis es una planta herbácea, originaria de Norteamérica que puede alcanzar los 80 centímetros de altura y prefiere las zonas alteradas ricas en nutrientes. Si bien, "también puede causar perjuicios en la actividad agrícola al competir con las especies cultivadas", señalan desde la CHD.

Procedente de Turquía y Asia Central, llegó la Medicago sativa, un tipo de alfalfa silvestre utilizada como planta forrajera que se localiza en ríos caudalosos como el Duero, Pisuerga, Esla, Cea o Tormes.

La Isatis tinctoria, procedente del sudeste de Asia, fue introducida y cultivada con fuente del añil. Puede alcanzar los 120 cm de altura y llega a formar densas colonias "que impiden el crecimiento de otra flora", apuntan.

La CHD también destaca la presencia de mimosa (Acacia dealbata) en la mayor parte de los cauces de la demarcación en la provincia de Orense, donde llega a extenderse por gran parte de las laderas quemadas una y otra vez y los fondos de los valles, sustituyendo a la vegetación de ribera.

Apuntan que las zonas donde se observa una mayor diversidad de plantas exóticas son aquellas que están cerca de grandes núcleos de población, como Zamora, Valladolid, León o Palencia. "Esto es debido a que son zonas donde la degradación del medio es alta y por ello las especies exóticas son capaces de colonizar nichos de manera más eficiente", explican.

Concluyen que otro sector de alta diversidad de exóticas llamativo está en los Arribes del Duero, no por la existencia de grandes núcleos de población, sino por unas particulares condiciones climáticas, que hacen que esta zona tenga unas temperaturas en promedio superiores al resto de la demarcación.

Con todo ello, señalan que las especies exóticas invasoras, suponen una "amenaza" en diferentes ámbitos para la diversidad biológica autóctona, "bien porque tienen un comportamiento invasor o porque suponen un riesgo de contaminación genética".

"Estas especies ejercen importantes presiones sobre la biota autóctona, a través de procesos de competencia, ocupación de nichos, depredación o como vectores de enfermedades, siendo capaces de generar impactos considerables en el medio en el que habitan, sobre todo a las especies amenazadas", concluyen.