Isa y Mari Paz, estrellas silenciosas de los incendios en León: “Queremos cuidar a los que nos cuidan”
Isa y Mari Paz, estrellas silenciosas de los incendios en León: “Queremos cuidar a los que nos cuidan”
En esta tragedia no solo hay bomberos y técnicos, también vecinos, como estas dos mujeres de Vega de Magaz, que ofrecen su lado más solidario para cuidar a quienes arriesgan su vida por protegernos.
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Cuando los incendios arrasan los bosques y campos de Castilla y León, no solo los bomberos y las brigadas forestales se enfrentan al fuego.
Detrás de ellos, en la segunda línea de trabajo, hay un ejército silencioso de vecinos y voluntarios que llevan ánimo, compañía y cuidado a quienes arriesgan su vida por protegernos.
Isa y Mari Paz son dos de esas estrellas cotidianas que no salen en primera línea, pero brillan con fuerza. Proceden de Vega de Magaz, un pequeño pueblo de La Cepeda, en León, y forman parte de la junta vecinal.
Este fin de semana, durante las fiestas del pueblo, organizaron un festival de rock que sirvió como colecta para comprar productos que luego llevaron al puesto de mando en los incendios: bocadillos, fruta, agua e incluso bollería de la panadería local. Como no.
“Queríamos cuidar a los que nos cuidan”, dice Isa, y es difícil no emocionarse con su sinceridad.
Su gesto no es un caso aislado. En otros incendios, como el de Molezuelas de la Carballeda, voluntarios de distintos pueblos de León y Zamora llegaron con carpas, neveras, refrescos y comida, organizando todo a través de grupos de WhatsApp para apoyar a las cuadrillas en el Puesto de Mando Avanzado (PMA).
En Ávila, en Las Navas del Marqués y Cuevas del Valle, la respuesta fue la misma: vecinos organizándose para ofrecer acompañamiento y ánimo, además de avituallamiento.
La importancia de estos voluntarios va más allá de la comida o la bebida que puedan traer. Su labor consiste en sostener emocionalmente a quienes luchan contra el fuego, acompañarlos y recordarlos que no están solos.
Aunque la organización del avituallamiento está garantizada por las autoridades, gestos como los de Isa y Mari Paz son imposibles de agradecer suficientemente.
Son un recordatorio de que en los momentos más duros, la solidaridad también prende fuerza.