Aeropuerto de León

Aeropuerto de León

Región

Vuelco en los ruinosos aeropuertos de Castilla y León con un sorpasso histórico

Las cuatro bases aeroportuarias de la comunidad sumaron apenas 17.840 pasajeros en abril, lo que supone un descenso del 28,97% respecto al mismo mes del año anterior.

Más información: De León a seis paraísos de sol y playa: vuelos diarios a la costa con más capacidad y horarios ya disponibles

Publicada

Noticias relacionadas

No pintan bien las cosas para los aeropuertos de Castilla y León. Ni en el pasado, ni el presente ni parece que en el futuro. Los datos son rotundos.

Por primera vez en la historia, el aeropuerto de León se ha colocado por delante del de Valladolid en número de pasajeros.

Una circunstancia inédita que viene a simbolizar el declive de los aeropuertos de Castilla y León, lastrados por varios años de políticas erráticas, con una falta de estrategia y una desconexión aérea. Abril de 2025 marca un punto de inflexión en una historia que lleva tiempo en caída libre.

Los datos no dejan lugar a dudas: los aeropuertos de Castilla y León atraviesan uno de sus peores momentos. En abril de 2025, las cuatro bases aeroportuarias de la comunidad —Valladolid, León, Salamanca y Burgos— sumaron apenas 17.840 pasajeros, lo que supone un descenso del 28,97% respecto al mismo mes del año anterior, con 7.277 viajeros menos.

Mientras tanto, el resto de aeropuertos españoles continuó con su senda de recuperación y crecimiento, con más de 27,27 millones de pasajeros, un 6,3% más que en abril de 2024, según datos de AENA.

Frente a esta debacle, el aeropuerto de León protagoniza un insólito ascenso y ha superado por primera vez en la historia al de Valladolid en número de viajeros.

En cifras, León registró 7.522 pasajeros, frente a los 7.047 de Villanubla. Aunque la diferencia es modesta, el significado es enorme: León creció un 53,48% en comparación interanual, mientras que Valladolid se desplomó un 63,2%.

El vuelco tiene nombre propio: Ryanair. La compañía irlandesa, que hasta marzo operaba tres frecuencias semanales a Barcelona desde Valladolid, cerró su base en Villanubla a finales de marzo, dejando al aeropuerto vallisoletano con una única conexión regular: un vuelo a Gran Canaria.

El impacto fue inmediato y demoledor.

Mientras tanto, León mantiene cinco vuelos semanales a Barcelona y una conexión estable con Palma de Mallorca, operados de forma continua.

Apoyo a León

Pero la clave del éxito leonés no es solo la oferta de rutas: detrás está el Consorcio para la Promoción del Aeropuerto de León, que integran la Diputación y el Ayuntamiento.

A diferencia de Valladolid, León sí cuenta con apoyo institucional y financiación pública directa para fomentar la actividad aeroportuaria.

En cambio, el Ayuntamiento de Valladolid carece de plan alguno para su aeropuerto, escudándose en que la competencia es estatal, y apuntando al Ministerio de Transportes, liderado por Óscar Puente, como responsable. El vacío político se traduce en desconexión y decadencia.

Para entender la magnitud del declive, basta revisar la historia. A finales de los años 2000, los aeropuertos de Castilla y León rozaban los 700.000 pasajeros anuales.

Fue la época dorada de las subvenciones de la Junta a compañías de bajo coste, una estrategia de “pan para hoy y hambre para mañana” que atrajo vuelos pero carecía de sostenibilidad.

Con la llegada de la crisis de 2008, esas ayudas se retiraron progresivamente. Y con ellas, también desaparecieron las aerolíneas.

En 2024, no se llegó ni a los 200.000 pasajeros entre los cuatro aeródromos de la Comunidad. El descenso ha sido constante, y la recuperación parece más lejana que nunca.

Los aeropuertos de la comunidad viven una agonía crónica. Salvo León, que momentáneamente ha encontrado un balón de oxígeno gracias al apoyo institucional y una oferta mínimamente competitiva, el resto de bases parecen más cerca del cierre que del renacimiento.

Vuelos privados

Curiosamente esta semana, el aeropuerto de Burgos ha vivido una alegría y se ha convertido en un inesperado epicentro de la aviación ejecutiva, con motivo de la Final de la Europa League disputada este miércoles 21 de mayo entre el Manchester United y el Tottenham Hotspur.

Ningún avión privado ajeno al evento futbolístico pudo aterrizar en Villafría, salvo que se trate de vuelos médicos o de Estado. En un lugar sin apenas actividad, estos jets animaron durante unas horas una infraestructura que apenas tiene actividad.

Así, sin rutas sólidas, sin respaldo político real y en medio de una planificación territorial inexistente, la red aeroportuaria de Castilla y León parece condenada a la irrelevancia.