El Palacio de Congresos y Exposiciones de Salamanca ha acogido este sábado el décimo congreso de Nuevas Generaciones de Castilla y León. Cerca de medio millar de ‘polluelos’ del partido de la gaviota se han dado cita para reelegir a Eduardo Carazo como su presidente, en una jornada sabatina que comenzó pronto para el zamorano Víctor López de la Parte, como presidente del comité organizador, y para los salmantinos Ángel Fernández Silva y Daniel Llanos, como anfitriones.

En la sala, una pantalla gigante sobre el estrado y sillas dispuestas a modo de teatro griego. Pero no para hablar de tragedia, sino de esperanza y futuro, quizá de ahí el color verde predominante. Verde fluorescente, con el que algunos bromeaban como si fueran los neones de una discoteca, en la que otros decían en la barra de la cafetería que terminarán esta noche, por aquello de que la fiesta de Salamanca es única.

Media hora antes de comenzar el congreso sonaba en bucle el himno del Partido Popular en versión lenta, cual banda sonora de una superproducción de cine (el lema era ‘Lo que nos hace más grandes’, así que había que pensar a lo grande). Alguno y alguna iba vestido como para una boda, ¿será porque ya tiene padrino en el partido? Otros, precisamente, asistieron acompañado de padre o madre, para unir generaciones.

De esas otras de antaño fue presidente Gonzalo Robles, actual senador por Salamanca y con una larga trayectoria política en el Gobierno como delegado del Plan Nacional Contra las Drogas, secretario de Estado para la Extranjería y secretario general de Cooperación Internacional. También fueron parte importante en tiempos de Nuevas Generaciones los concejales Julio López Revuelta y Carlos García Carbayo, presentes entre el público, entre otros cargos del Partido Popular que se fueron sumando según se acercaba el discurso del presidente autonómico, Alfonso Fernández Mañueco.

Les tocó esperar, porque el congreso comenzó con retraso. Pero bueno, eso de retardar algo es muy propio de políticos, así que los ‘polluelos’ del PP ya van tomando nota. Y quien sí llegó puntual fue Mañueco, líder por aclamación. Los jóvenes del Partido Popular están con él y así se lo mostraron los representantes de todas y cada una de las nueve provincias de Castilla y León. Comunidad de la que si quiere ser presidente en 2019 precisamente deberá contar también con el apoyo del voto juvenil. Pipiolos (algunos ya muy creciditos) con formación para ser parte de la gestión en la administración pública. Pero llegar ahí no será moco de pavo.

Decía una canción de Duncan Dhu que “cien gaviotas dónde irán”. Pues eso se preguntan los viejos cargos del partido de la gaviota, qué será de ellos si hay que acometer una profunda renovación en las listas para dar entrada a todos estos jóvenes de Nuevas Generaciones que llaman a las puertas con una gran preparación y ganas de comerse el mundo. Pero también se lo preguntan los mismos jóvenes que encuentran algunas puertas cerradas cuando llaman con insistencia porque hay quienes no quieren perder su privilegiada posición de despotismo ahora que habrá menos cargos a repartir debido a las consecuencias de la despoblación y de la creciente ola que ha amarrado Ciudadanos. Y así, la pescadilla se muerde la cola en lugar de ser atrapada por el pico de las gaviotas.