El serial taurino de Lumbrales, que cada día adquiere mayor importancia en el espacio geógráfico de la comarca de Vitigudino, llegó en esta jornada de martes con un doble encierro. Una mañana que finalizó en un serio susto en la plaza de toros donde un joven fue volteado y lanzado contra las maderas del callejón de muy malas maneras por una vaca. De momento, todo quedó en susto, salvo las magulladuras, los dolores que tendrá a posteriori y, eso sí, el descomunal susto en toda la plaza. El amigo Leandro Cruz, que viajó desde Pinhel para presenciar este espectáculo, no salía de su asombro ante semejante voltereta con el mozo saliendo lanzado por el aire hasta las tablas donde la vaca seguía rematando.

Por lo demás, se celebró un primer encierro a caballo con cuatro novillos de Joseto que fue rápido, muy rápido también -qué gran arte los caballistas, con Manolo Pericalvo al frente- y sin mayores problemas para los corredores. Cuatro novillos para los cortes de Arte Charro ya en la tarde.

A continuación, y sin que mucha gente se diera cuenta, se organizó otro segundo encierro, sin caballos, con un añojo y dos vacas, que también dieron juego en la calle. Remolonas a entrar en los toriles, tuvieron que meterse a la 'forma tradicional' -tira soga-. Mientras los mozos presentes intentaban que el ganado entrase en toriles, fue cuando un joven resultó cogido de formas más que aparatosa.

Las terrazas, un día más, llenas a rebosar, pero se dejaron ver las carencias en cuanto a la respuesta turística en infraestructuras y restauración en Los Arribes salmantinos. De lo que hablaremos en un artículo.

FOTOS LUIS FALCÃO