Entiendo que hay mujeres que pueden decidir no ser madres y que es algo que en estos tiempos se puede llevar a cabo y desarrollar una vida completamente plena. Ahora bien, si decides ser madre y desde mi propia experiencia me parece la más grande y maravillosa que he tenido en mi vida.

Hoy celebramos el día de la Madre, una celebración que viene de la Antigüedad, ya en Grecia se celebraba y también en Roma y esta celebración se ha mantenido en muchos países del mundo. Se celebra en diferentes días, en algunos lugares se hace coincidir con el día de la mujer trabajadora y en otros como en España se mantiene en un día único para celebrarlo. En nuestro país se celebra el primer domingo de mayo, porque la iglesia, bien entrado el siglo XX decidió que coincidiera con el mes de María.

Mujer y madre

Como mujer y creo que tenemos un privilegio en lo que significa ser madres, la experiencia de gestar, parir y criar a mis hijos es la más grande que me ha deparado la vida.

La relación más auténtica, más genuina, más de verdad, exenta de las miserias humanas, que he tenido y que tengo es la de mis hijos.

Todas somos hijas y somos madres y esta última es la relación en la que el vínculo de unión es como el del cordón umbilical, aunque ya no esté ahí se mantiene de manera virtual, nunca se rompe.

Criar a tus hijos, quererlos, educarlos, buscar permanentemente su felicidad es una constante en una madre. Estas son la mayoría de las madres, aunque también hay algunas y porque no decirlo que se pueden olvidar de sus hijos, que pueden despreciarlos e incluso injuriarlos.

Siempre he pensado que un hijo es alguien a quien nunca puedes renunciar, pase lo que pase. Es esa persona a la que siempre proteges y quieres educar ¡que tarea tan difícil! A la que nadie te enseña.

Valores y ética

Transmitir a tu hijo los valores más importantes: el respeto, la humildad, la compasión, el amor hacia el prójimo, la bondad, la generosidad……. Conseguir que la ética presida su vida. Ayudarle a convertirse en una persona integra que pueda desarrollarse plenamente para ser FELIZ.

Procurarle una formación y acompañarle también en esta tarea para que pueda elegir lo que más le guste y atrae, para que pueda desarrollar una profesión en la que se sienta cómodo y alcanzar un trabajo que le reporte satisfacción y realización.

Al mismo tiempo, conseguir disfrutar del día a día, porque el PRESENTE es lo que tenemos y es de lo que no podemos olvidarnos, porque siempre debemos pensar que mañana podemos no estar aquí. Ponemos todo nuestro empeño en que nuestros hijos sean felices siempre, pero eso conlleva encontrar el equilibrio, no se puede acceder a todo. Me viene aquí muy a la medida lo que relata Fabio Rosini en “El arte de recomenzar”: “Cría a un niño endulzándole todos los “no”, evitando todos los posibles tropiezos con los límites, condescendiendo con todos sus caprichos. Y criarás a un infeliz”

Todo lo que aprendemos

Qué bonito es enseñar y aprender cada día. Mis hijos me enseñan muchas cosas: sus reflexiones, su jerga particular de vocabulario: drip, ma g ….. Su música, yo no escucharía a Anuel, a Morad, a Benji Jr, sino me lo hubiera acercado mi hijo. El conocimiento de los videojuegos, plataformas tecnológicas y aplicaciones. La tecnología es absolutamente intuitiva en ellos.

Claro que ser madre no es cosa de un día, de una celebración, pero es cierto que todos queremos compartir este día en familia, con nuestros hijos y madre. Con mucha más profusión que el día del Padre. Todos los restaurantes estaban llenos hoy desde hace semanas.

Gestar y parir

Quizás las madres tenemos un plus de reconocimiento por nuestros hijos que también podemos destacar. Queremos mantenernos al lado de nuestros hijos, cuando nacen sabemos que son para toda la vida y que están en nuestro corazón y en nuestro día a día, como esa pieza de nuestro engranaje que es imprescindible para sentirnos felices.

Cuando tienes delante a tu hijo por primera vez, no hay ninguna otra emoción o sentimiento comparable con el que se despierta en ti en ese momento. Un hijo es un milagro que te llena el alma, que te hace sentir un ser superior, un sentimiento que sólo podemos tener las madres porque nace de nuestro interior, de nuestras entrañas.

Salvando todas las formalidades por las que los hijos lo son por igual de ambos: padre y madre, hay un plus en el hecho de que el hijo se forme y crezca dentro de la madre que la propia naturaleza nos brinda: es como la planta que hunde sus raíces en la tierra a partir de la semilla que llego del fruto. La experiencia de la gestación y del parto te unen a tu hijo de una manera muy especial porque las sensaciones que experimentas son indescriptibles y únicas.

Solo hay algo de lo que me siento plenamente orgullosa en mi vida y es de tener la suerte de tener a mis dos hijos. ¡FELIZ DÍA DE LA MADRE!