Sin duda, uno de los temas de actualidad, y que debe hacernos reflexionar a todos es el de la energía y todas las circunstancias que se mueven alrededor de este tema, y muy especialmente en estos días, en los que la invasión de Ucrania por parte de Rusia, la sequía que afecta a toda Europa y muy especialmente a España y la intransigencia de los ecologetas urbanistas y en nuestro país, del propio gobierno en su guerra con los combustibles fósiles y la energía nuclear, en su afán por ser los primeros en completar la agenda 2030, como lo somos en inflación, paro, paro juvenil y tantos acontecimientos negativos en los que seguimos siendo líderes.

Parece razonable que, despropósitos gubernamentales al margen, hagamos todos los humanos un esfuerzo por ahorrar energía y de esta forma disminuir la contaminación atmosférica y el calentamiento del planeta, y seamos conscientes que algunas de estas fuentes de energía se agotan, es decir son las llamadas no renovables, apostando de forma progresiva por la utilización de las energías renovables. 

Curiosamente, Europa rectifica introduciendo la energía nuclear y el carbón entre las energías limpias, haciendo de la necesidad virtud, algo que por supuesto en España es impensable con este Gobierno Sanchezstein, aún conscientes de que los pantanos que nutren las centrales hidroeléctricas se están secando.

El ahorro energético es definido como "la reducción en el uso de energía, la utilización de energías no renovables, la utilización de fuentes de energía no contaminantes y renovables y la disminución en el recurso de recursos naturales para generar energía ", algo que es aplicable tanto en la industria como en el consumo doméstico, procurando un uso eficaz de la energía que consumimos, siendo muy diversas las formas de lograr un ahorro energético, tanto en la esfera profesional como en la personal:

1. Utilizar energías renovables como la eólica y la solar.       
2.Utilizar electrodomésticos y maquinaria que consuman poca energía.
3. Controlar que todas las luces estén apagadas cuando no las necesites.
4. Optimizar la utilización de la calefacción y el aire acondicionado hasta obtener una temperatura agradable.
5. Aprovechar la luz natural cuando sea de día y haya luz suficiente.
6. Elegir bombillas de bajo consumo.

En 2013 la Unión Europea estableció una directiva para reducir el consumo de energía, de la que deriva el Plan Nacional 2011-2020, para reducir el consumo un 16%, que establece auditorías energéticas, ayudas públicas, mejorar la tecnología, etc. asimismo establece requisitos cada vez más exigentes al sector de la construcción.

Pero las circunstancias a las que hacía referencia en el primer párrafo han obligado a todos los países a aumentar las exigencias anteriores, especialmente con un verano tan tórrido y seco como el que estamos padeciendo, y un invierno que se prevé especialmente duro para los europeos del norte y de centro Europa, máxime ante las dificultades cada vez mayores de obtener gas y petróleo procedentes de Rusia.

A la vista de todo lo anterior, Su Sanchidad (o más bien sus asesores), han elaborado un decreto ley sobre el ahorro energético, que además de un bodrio jurídico que a buen seguro anulará en su día el Tribunal Constitucional, algo que a nuestro Presimiente no le preocupa lo más mínimo, está lleno de inconcreciones, (apagamos los escaparates a las diez... pero ¿hasta qué hora?), regula la temperatura a la que tienen que estar establecimientos públicos de todo tipo, y una serie de zarandajas para de forma precipitada e improvisada que recogen las ocurrencias de SuperSanchez y sus muchachos, algo que anunció, eso sí, sin corbata, poco antes de coger el Falcon y partir hacia la Mareta, palacio que a buen seguro estará a la temperatura permitida por el real decreto ley, y aprovechando su comparecencia, para variar, para exigir al PP su apoyo al decreto, que invade competencias autonómicas, y que como todos los demás ha conocido a través de los medios.

Y todo esto mientras en las escuelas se explican las matemáticas con perspectiva de género y se olvida una educación medioambiental que a buen seguro les sería mucho más útiles a nuestros jóvenes... e incluso a los menos jóvenes, organizando charlas en residencias de la tercera edad, centro de mayores, asociaciones vecinales, etc. y mientras tanto la impresentable Irene Montero hablando de niños, niñas y niñes...

Y esto mientras se está programando un nuevo viaje, esta vez a la america española, esa que tanto nos quiere, mucho me temo que como Zapatero buscando un enchufe bien remunerado apoyado por las dictaduras chavistas para cuando lo saquemos de la Moncloa. Y si sale algo para la Bego, mejor que mejor.

Y ahora sí, me despido de vosotros, sin tener que regular el aire acondicionado de mi casa, sencillamente porque no lo tengo.

Hasta la semana que viene.