Cuando teníamos olvidadas aquellas comparecencias repetitivas y cansinas al estilo de los 'Aló Presidente' bolivarianos con los que el Presimiente Sánchez nos atosigaba durante la pandemia, el desvergonzado inquilino de la Moncloa reaparece de nuevo y "con un pie en el estribo" como Jorge Manrique en las Coplas a la muerte de su padre, sino con un pie en la escalerilla, no sé si del Superpuma o del Falcon, exhibiendo su gestión en los últimos siete meses que no se cree ni el que le redactó el documento.

Lo primero que llamó la atención es que SuperSanchez apareció sin corbata ante los medios, en un ejercicio de coherencia con la recomendación hecha dias antes a sus ministros y por extensión a todos los españoles como si semejante ocurrencia sirviera para algo. Por lo demás, más de lo mismo. Ni una sola palabra de autocrítica como es habitual en él: si hizo una sola referencia a la pandemia fue para presumir de los miles de vidas salvadas gracias a su gestión olvidando que liderábamos todas las listas negativas en relación con la COVID-19, que fuimos los que más caímos en la economía y los únicos en Europa que todavía no hemos recuperado los niveles previos a la pandemia, y que los Estados de Alarma fueron declarados inconstitucionales. En este tema, su única verdad fue el buen desarrollo del programa de vacunaciones, eso sí, olvidando que este programa fue desarrollado por las CCAA.

Presumió de la reforma laboral, que al final se quedó en un leve maquillaje de la reforma de Rajoy y no en la derogación anunciada, y presumió de la aplicación de los ERTES, que habían sido un salvavidas para empresas y trabajadores, olvidando que esta figura fue introducida en la legislación laboral por Fátima Báñez.

Después de recordar reiteradamente que la culpa del desastre económico que padecemos es culpa de la pandemia, de la guerra de Putin y de la nula colaboración de la derecha y la ultraderecha, sin la más mínima referencia a la incompetencia de los miembros de su gobierno, comenzando por la propia, y por supuesto ni una sola referencia a la extrema izquierda, esta sí, integrada en el gobierno y a su alianza con separatistas, golpistas y filoterroristas y olvidando que gobierna por Decreto Ley y que como las lentejas, si quieres las comes… y luego se queja de la falta de colaboración de la oposición, con la que no consulta y que le ha ofrecido cinco grandes pactos de estado.

Ninguna explicación a la subida de 28 impuestos desde que gobierna, y al enorme incremento de la recaudación tributaria ligada al crecimiento de la inflación próxima al 11%, algo que no se soluciona cambiando al Presidente del INE. Por supuesto ninguna explicación de su negativa a la deflactación del IRPF a las “clases medias y trabajadoras” como le ha propuesto el PP, algo, por cierto, que sí ha autorizado al Gobierno Vasco.

Y el culmen de sus mentiras llega cuando habla del crecimiento del empleo y la afiliación a la seguridad social y la caída del paro, en la que deja corto el maquillaje que denunció Feijóo cuando Yolanda Díaz presentó sus logros. Antes a los empleados temporeros, ligados fundamentalmente al turismo, la agricultura, la viticultura, socorristas de piscinas, actividades ligadas al esquí y todas las actividades que por su propia naturaleza sólo se desarrollan en determinadas épocas del año, y que cuando no trabajaban aparecían en las listas del paro, hoy han sido incluidos en el capítulo de los fijos discontinuos, con lo que aparecen como fijos cuando están trabajando y como no activos, no como parados cuando no trabajan. Ayer mismo un acreditado diario económico aseguraba que oculta más de medio millón de parados, y yo quiero recordar que buena parte de los nuevos contratos son hechos desde las administraciones y no desde las empresas que son las que crean auténtico empleo.

Anunció la creación de nuevos impuestos para las empresas energéticas y los grandes bancos, impuestos que a buen seguro terminaremos pagando los ciudadanos de a pie si antes no hay problemas con la legalidad de estos impuestos, y anunció una serie de medidas que se aprobarían en el Consejo de ministros del lunes pasado en relación con el ahorro energético del 7 % que nos impone Europa y que ha sido rechazado de forma casi unánime por su invasión de competencias de las CCAA, y su ambigüedad, su falta de especificidad en cada región de España o en cada tipo de establecimiento, y que, por supuesto, no se ha negociado ni con la oposición ni con los sectores implicados.

Después de tanta mentira, y de la ronda turística internacional por los Balcanes, (cada vez se le nota más su búsqueda de un empleo internacional post presidencial),ha quedado tan fatigado que inmediatamente ha cogido el falcon con la familia y no sabemos si también con los amigos, y se ha ido a descansar a la Mareta, palacio que fue regalado por el rey Juan Carlos el patrimonio del Estado y que está disfrutando como nadie Su Sanchidad. Por cierto, me gustaría saber qué temperatura hay en las dependencias de aquella mansión.y mientras SuperSanchez descansa, dos de sus ministras ocupan cargos de responsabilidad en el partido, con lo que la confusión entre Gobierno y partido es cada vez mayor. Y además, seguimos creando altos cargos para colocar amigos.

Y como en su modelo de enseñanza, se pasa de curso con asignaturas pendientes, en septiembre volverá. Lamentablemente en este caso no nos importaría nada que incrementase el abandono escolar, pero me temo que no será así, y a la vuelta de las vacaciones nos reaparecerá un nuevo Decreto Ley, rectificando este último, pero que a buen seguro no afectará al gobierno, que ha aprobado el techo de gasto más elevado de toda la democracia.

Y si no hay novedad, hasta la semana que viene.