jmm-caminero

jmm-caminero

Opinión

Sobre el mal, los males y los malos, I

7 septiembre, 2019 18:19

El señor Winston Manrique Sabogal, en un artículo de Babelia, número 1.244, se hace la siguiente pregunta: “¿Cuándo entró el mal en Adi, cómo llamaba su madre a H. de niño?

Esta es una de las cuestiones eternas, el problema del bien-bondad-bueno, y del mal-maldad-malo.

Ciertamente, ahora, se estudia este problema, no solo desde la filosofía o la ética, ni desde la religiosidad o espiritualidad, sino desde todas las ciencias sociales. Por lo cual, hagámonos algunas preguntas y observaciones:

- Cada siglo, parece una obviedad y olvidamos, aparecen hechos y actos y personas, que las clasificamos malas, a nivel privado, colectivo o social. Pero también, personas y actos que podemos definir como bienes y buenos, incluso en nivel muy altos o elevados o perfectos.

Olvidar esta realidad, es solo percibir el mundo de un tono o de un color, cuándo hay que verlo bajo todo un arco iris.

- Un acto equis o un conjunto de ellos, son malos o buenos, desde la moralidad o desde la espiritualidad, y desde diríamos la materialidad de ese acto.

Y esto no se puede obviar, ni olvidar, porque esto es un hecho universal que nadie puede negar. Y si lo negamos, negamos la realidad y la evidencia.

Otra cuestión es el grado de responsabilidad, culpabilidad, libertad, conocimiento y todo lo demás, que ese individuo o colectivo o conjunto de individuos, tiene en el acto negativo o malo o pernicioso.

Estimo, que se han confundido estos dos niveles. El acto en sí, es bueno o malo o indiferente, como la moral de siglos, nos lo indica. Pero la responsabilidad-libertad-voluntad-conocimiento-entendimiento del que lo hace, sea individuo o colectivo puede ser muy variada.

Al decir, que el individuo está condicionado o determinado, por la sociedad, el ambiente, los genes, la familia, la psicología profunda, los traumas, hemos caído en una doble trampa, en una doble falacia.

Hemos confundido la libertad-voluntad-responsabilidad de quién lo hace, con la materialidad de ese acto, sea bueno o malo.

Tenemos que volver a considerar que determinados actos, tipos o clases o realidades, son actos buenos o malos. O tienen niveles de bondad y algo de maldad, y viceversa, pero otra cuestión, es la responsabilidad-libertad-voluntad-deseo-etc., del actor o autor de ese mal tiene.

El mal no deja de ser un mal, si el actor o autor, tiene mayor o menor grado de libertad o voluntad o intención o conocimiento o… El mal seguirá siendo tan malo, pero no la responsabilidad.

El mundo moderno, ha caído en esta trampa. Y justifica muchos males, dando explicaciones naturales, sociales, biológicas, psicológicas, etc.

Y éste es el gran error, en este tema. Alguien no puede tener responsabilidad en conducir mal y atropellar a un niño de tres años, porque le han echado una substancia en el café, y él o ella no lo sabía. Su responsabilidad, sería casi nula, porque además los efectos, se han producido unos segundos antes del accidente. Pero el mal que produce la muerte de un niño, sigue siendo un mal, y sus consecuencias también.

- El mal, igual que el bien, está en un contexto de poder, podríamos definirlo. No es lo mismo, el mismo tipo o clase de mal, realizado por una persona que tiene equis poder, que otra persona que tiene cien equis de poder.

Esto parece una obviedad, pero es esencial. Un padre de familia, realiza un acto malo moralmente, y tiene una actitud y aptitud mala en un tema, y su influencia, es grande y grave, pero limitada, en sus hijos o en conocidos o en amigos, es decir, con consecuencias incluso a descendientes que no va a conocer. Por tanto, no quito responsabilidad individual y colectiva en los males, pero…

No es lo mismo si ese mal, actitud o aptitud para ese clase de mal, lo legisla un jefe de Gobierno o Estado, las consecuencias, pueden ser para cientos de miles o millones de seres humanos, incluso también para varias generaciones y descendientes…

Por tanto, el mal, sin negarle influencia, cuántos biznietos están pagando, en mayor o menor grado el bien y la bondad de sus tatarabuelos, pero también, el mal o la maldad de algunos de sus tatarabuelos, aunque parece que se ha diluido esa responsabilidad, esas cargas, esas consecuencias…

- Otra realidad conceptual y real, es o sería “que del mal hay que huir, que de las personas malas también”.

¿Por qué hay que huir? Porque es la manera, o una de ellas, que todo ser, sujeto o persona, individual o colectivo, puede defenderse del mal y de la maldad y de los malos.

Es una forma de evitar más males, más consecuencias de la maldad y de los malos.

No digo que sea la única, que sea la mejor, que sea la ideal. Porque enseguida, usted estará pensando, lo mejor es enfrentarse al mal, la maldad, lo malo y los malos.

Pero también le debo indicar, que a veces, esto no es posible, y entonces, huir del mal, es la mejor receta. O uno, se ha enfrentado al mal y a los malos, y se ha perdido la partida, o incluso te puede llevar “al lado malo de la fuerza”, como en una película famosa lo indica tantas veces…

Para terminar este fragmento, pensemos sobre el bien y sobre el mal. Añadamos explicaciones…